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Yo o tú podríamos ser unos psicópatas

Escrito por Admin el . Posteado en VARIOS

He hablado en varias ocasiones acerca del motivo por el que considero que somos autómatas biológicos; explicando que es el contexto y circunstancias que experimentamos, lo que determina nuestras acciones ( y no un supuesto libre albedrío que nos dota de plena libertad de acción, independientemente de condicionantes mentales y materiales). En resumidas cuentas, o tu base de datos y funcionamiento cerebral desemboca irremisiblemente a que hagas lo que haces (e inconscientemente, te apropias de las decisiones emanadas causalmente como si fueran elecciones conscientes y personales), o tú tienes la asombrosa capacidad de abstraerte de todo condicionamiento fisiológico funcional y ejecutas acciones desvinculadas de tus circuitos neuronales y estructura mental (poseyendo algo así como una especie de «yo» que trasciende a lo físico-material y te identifica inequívocamente como un ente con identidad única). En resumidas cuentas; o somos el resultado de procesos fisiológicos y materiales que nos condicionan, o albergamos alguna especie de alma inmaterial misteriosa o “yo” que trasciende lo mundano y nos dota de libertad plena como individuos únicos (en cuyo caso, ¿quién podría elegir la suya?). Hasta que no me empape de consecuente información convincente, personalmente estoy instalado en la primera suposición (y no por elección, sino como consecuencia de mi funcionamiento cerebral y bagaje vivencial).

Pero no voy a profundizar más en ese sentido, sino en la aplicación de estos conceptos en la cotidianeidad. A fin de cuentas, lo que yo intento hacer es aplicar el “Todo es relativo y depende” de Einstein, más allá del campo de la física. Si yo hubiera tenido la idéntica genética, experiencias, vivencias, contextos y circunstancias universales que has tenido tú, yo sería exactamente tú. Y del mismo modo, en las mismas circunstancias, tú podrías ser idénticamente yo. Podría haber nacido en un país tercermundista con pocos recursos, y “yo” ya no sería yo. Mis padres podrían ser otros, o haber tenido un accidente y quedar minusválido, heredar otro genoma, etc. En realidad, que seamos quienes somos es tan superfluo y casual, que cabe considerar lo insustancial de aferrarse al concepto que tenemos de nosotros mismos. Las personas son simplemente lo que las circunstancias y contextos han forjado en ellas, en base a su genética impuesta. Si realmente es eso lo que determina lo que somos y hacemos, ¿Qué sentido tiene idolatrar a alguien? ¿O culpabilizar a nadie? En efecto; no hay mérito ni demérito en nuestras acciones (ni culpa), ya que uno no elige ser lo que es (y lo que haces va en función de tu personalidad; algo que uno no puede cambiar a voluntad cuando te apetezca).

Eso es precisamente relativizar a las personas y sus comportamientos, y establecer dependencias. Como humano, tengo obviamente mis preferencias (y  empatizo o rechazo a otros en función de ello), pero la aplicación teórica y desprovista de influencias personales es clara; No procede juzgar a los demás (y relativizo lo que somos). Los delincuentes, son personas cuya genética y experiencias vitales consecuentes, los han convertido en eso. Y simplemente por perpetuación armoniosa de la especie, deben ser apartadas hasta ser reprogramadas y luego reinsertadas en la sociedad. Así lo veo yo, y no proceden linchamientos ni culpas. Yo o tú podríamos ser unos psicópatas con el debido contexto, pero las circunstancias nos han llevado por otros caminos (y quizá otra coyuntura nos haga matar algún día). Y si eres un asesino o un héroe como resultado de lo que has vivido, heredado,  y te ha condicionado, esencialmente todos somos iguales.

Esta premisa relativista hace precisamente lo que indica; relativizar. Así, cuando sientes que alguien es sumamente brillante, puedes sopesar; “Bah, pero no será tanto» (el contexto circunstancial lo hace así). Y cuando sientes extrema repugnancia e indignación hacia alguien, pues lo mismo: “Bueno, pero en sus exactas circunstancias universales yo haría lo mismo”. Es así de casual y ajeno a tus deseos, que hagas lo que haces. Y en todo caso, los deseos tampoco se eligen.

Se trata de controlar el instinto irracional que como animales poseemos, para racionalizar más las situaciones en función de lo verdaderamente relativo que son las cosas. Pero la mayoría de personas están tan sumamente absorbidas por el instinto y la visceralidad animal, que no atienden a razonamientos lógicos y se dejan llevar permanentemente por la primitiva química emocional del momento. Suelen ser personas convencidas de la legitimidad de sus acciones, que juzgan constantemente a los demás (e incluso se enorgullecen de actúar por impulsos,  intuiciones e instintos). Son las mismas personas que idolatran desproporcionadamente a celebridades o personas destacadas, y al mismo tiempo se ensañan y promulgan linchamientos hacia aquellos que hacen cosas que no les agradan (como si estubieran en posesión de la verdad). Hasta que se llega al absurdo de matar legalmente a alguien por haber matado ilegalmente…

Yo podría haber sido Einstein. Yo podría haber sido Jack el destripador. Tú podrías ser yo, y yo tú. Pero las circunstancias universales han determinado que yo sea el administrador de portalcienciayficcion. Ni mérito, ni demérito. Consecuencia.

Ese comportamiento teórico a adoptar que he apuntado antes, es un razonamiento teórico que puede servir en muchas ocasiones para minimizar desencuentros (y ayuda a comprender posturas ajenas, pues es útil entender que son las circunstancias coyunturales y contextuales las que determinan nuestro comportamiento).  La realidad es que nuestros gustos y preferencias nos obligan a posicionarnos frecuentemente (y adoptar una constante tolerancia comprensiva siempre, no hace más que convertirte en blanco de pisotones e imposiciones permanentes: en la ley del más fuerte, que es donde actualmente estamos, los débiles son desconsideradamente sometidos). Así, y teniendo en cuenta todo, yo pienso: Defiende tus ideales si es preciso, pero razona humanamente que la otra parte está igualmente cohartada, al igual que tú, por un contexto que en ningún caso ha sido elegido por ninguna de las partes. Y la afinidad o rechazo con según qué personas, es algo intrínseco de nuestro ser condicionado. No hay que darle demasiadas vueltas. Nadie puede elegir libremente ser distinto de cómo es.

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Admin

Víctor Vila Muñoz: Administrador de Portalcienciayficcion.com. Diseñador de páginas web y programador de videojuegos. Músico y escritor ocasional (con algunos relatos publicados). Youtuber. Mi otra web: Mejormetalgratis.com.

Comentarios (4)

  • Peluche Jason Voorhees

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    Hay circunstancias del medio en que vivimos, por ejemplo vivir en grandes ciudades o con mucho estress que psicopatizan o suben el grado de psicopatía, pero no hay que asustarse mientras no lleguemos a matar a alguien…

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  • 55end55

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    Estoy bastante de acuerdo con la reflexión que has hecho.
    Solo decir que, partiendo de que fuera algo así la realidad, podríamos crear
    un tipo de sociedad que permitiera relacionarnos con los más afines. Aunque se precisaría que el propio sistema estuviera conforme.
    Un abrazo.

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  • Admin

    |

    En el cosmos problemas de espacio no hay…

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  • Brunnen G

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    Muy interesante el artículo, ayuda a reflexionar sobre como vemos a los demás y como nos vemos a nosotros mismos. La verdad, durante toda mi vida he estado buscando la respuesta a la pregunta de si podemos cambiar, y aún no lo sé.Lo más probable es que me vaya a la tumba sin saberlo.En cuanto a la afirmación «Nadie puede elegir libremente ser distinto de cómo es»,puede llevar a paradojas, ya que en realidad no sabemos cómo somos ¿Y si fueramos máquinas biológicas especializadas en cambiar? La frase terminaría en una paradoja, es decir…No podemos cambiar pero somos máquinas del cambio.La neurobiología demuestra que las sinapsis son plásticas, que los circuitos se refuerza, que las neuronas mueren y son reemplazadas por nuevas (al menos en algunas areas del cerebro). Las memorias sufren el proceso de consolidación, cambian con el tiempo, asi que hasta nuestro «pasado» es inestable. Creo que como especie también somos psicopatas, despues de todo somos animales «racionales», un cuerpo biológico, una mente y leyes para mantener a raya este manojo de instinto, hormonas, nervios y músculos que en definitiva somos. El problema es cuando las leyes son psicopatas en si mismas.

    Si quieren pueden ver mi relato sobre este tema:

    http://losdiasdelcondor.blogspot.com.ar/2014/09/normal-0-21-false-false-false-es-ar-zh_18.html

    Si son muy religiosos, no vayan, puede que no les guste lo que escribo, ya que soy muy pero muy ateo jajajaja.

    Saludos!

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