LA MUERTE AMERICANA (El ocaso del héroe) Compatible con MetaScifi
Ya desde pequeños se nos quedaban los ojos abiertos como platos cuando presenciábamos el duelo de espadachines de la película. Pero hubo algo que nos pasó desapercibido: el héroe de aquella película era demasiado bueno, el malo casi lo mata por la espalda cuando ya se creía terminada la pelea. Menos mal que la chica le avisó con un grito, que si no nos matan al pobre. Y esto pasó desapercibido porque no era lo habitual, hasta que dejó de serlo. De repente ya fueran pistoleros, espadachines o policías, los protagonistas comenzaron a repetir un mismo patrón de conducta: eran buena gente y por tanto confiaban en que los malos respetaran unos principios básicos de conducta. De acuerdo, ¿Quién iba a recriminarles ser unos caballeros? Pero con ellos llegaron otro tipo de héroes, “los hombres tranquilos” y estos a decir verdad eran bastante más emocionantes. Les podías insultar, empujar, quemar la cosecha, eran tipos buenos, unos santos que diríamos. Hasta que cuando aquellos malvados sobrepasaban el límite que cualquier espectador estaba dispuesto a aguantar nuestro héroe abría aquel baúl donde guardaba su oscuro pasado. Desempolvaba su viejo revolver y repartía una justicia que parecía propia del antiguo testamento.
Pero para un tipo de héroe se necesitaban otro tipo de villanos y cuando fue necesario apareció el más odioso de todos: el que sin mancharse las manos no dejaba de incordiar al héroe y a la chica guapa. A éste sí que se le cogía manía. Taimado, venenoso, a veces tras una máscara de bondad… odioso. Y alguien en Hollywood descubrió la veta: era el personaje que permitía subir la tensión en la historia cuando hiciera falta, controlándose según sus planes para por lo general terminar al final de la película enfrentándose al héroe con sucias artimañas, violencia y juego sucio. Por supuesto nuestro héroe luchará con él en el momento de mayor desventaja y lo matará cuando el villano le ataque a traición posiblemente ayudado por el grito de ella.
Para cuando uno se quiso dar cuenta, en este juego de héroes y villanos algo se había trastocado. ¿Dónde estaba ese héroe enérgico de cuando pequeño? Ahora sólo contábamos con héroes que o bien matan casi sin preguntar, fruto de la herencia de Charles Bronson, Chuck Norris, o los momentos cafres de Jhon Wayne. Y héroes alelados que le ponen nervioso a uno de lo incompetentes que son.
Siento cierta debilidad por la serie “Perdidos” para ilustrar este ejemplo: tenemos a un médico como principal héroe de la historia “Jack Shephard” (con más complejos que Woody Allen) al estilo de los que están de moda y a un villano inicial “Sawyer” que inexplicablemente sobrevive en los primeros episodios. Contamos también con la chica “Kate Austen” …. pues eso una chica. Jack y los demás aguantarán las marranadas de Sawyer como si en USA no conocieran las rebajas y por tanto violencia colectiva amateur. Si os imagináis la serie con estos personajes como base ya en la cabeza no aguantaría ni el episodio piloto. ¿Porqué aguantó lo que aguantó? Pues porque había un héroe como los de antes, imperfecto, decidido, del cual esperamos que haga lo que el mojigato del doctor no se atreve: “John Locke” que a fin de cuentas es casi el papá que vigila ese campamento de adolescentes. ¿Pero porqué aguanta el bueno de Locke? La respuesta bien de otro clásico, un villano que aunque taimado solventa muy bien su personaje apoyándose en la estupidez de los protagonistas: “Ben Linus”. Sí, estos dos aguantan por si solos un episodio piloto y con solvencia… tal vez incluso contando con esa tara que los diferencia de los otros: Sí, no son unos guaperas.
Un servidor está harto de tanta “Muerte americana” de tanto héroe de escaparate que se cuela en todos los géneros llenándolos de personajes mentalmente adolescentes en el mejor de los casos y auténticos tarados en otros. Respecto a los héroes sólo quedan una certeza: queda lejos “Humphrey Bogart” y “El nota” nuestro entrañable Lebowski. Con suerte volverán algún día, si no ellos, algún otro para salvarnos del tedio en el que nos encontramos y del que pocas excepciones nos salvan. Mientras ese momento llega nos refugiaremos bajo el amparo de “William Munny”.
Etiquetas:Ci-Fi, cine, Metascifi
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Comentarios (1)
Admin
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No me gusta generalizar. Hay buenos muy buenos, buenos no tan buenos, malos buenos, malos malísimos, etc
Ha variedad de propuestas y cada cual se sentirá atraído por una u otra. El croma es consecuencia de nuestro tiempo y tecnología. Cada época usa las herramientas a su alcance; figuritas fotogrmama a fotograma como en furia de titanes, u ordenador como en el señor de los anillos…
A mi entender los efectos especiales de ahora son mejores que hace 50 años.
En cuanto a perdidos, insufrible. Tanta intriga y tontería me mata…
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