Hoy voy a hacer un repaso a diversas buenas películas de ciencia ficción estrenadas en los años ochentas.

Son películas que ya tienen sus años (por lo que no esperéis unos efectos brutales), pero yo pienso que con un poco de generosidad y unas palomitas al lado, pueden disfrutarse a día de hoy.
Los ochentas nos trajeron películas como: Flash Gordon, Regreso al futuro, Terminator, Depredador, Las de Star Wars, E.T. el extraterrestre, Aliens: el regreso, Blade runner, Dune, Los cazafantasmas, Robocop... etc.
Bien, seguro que os suenan y las conocéis, ¿verdad? Pues precisamente por eso, no voy a tratar ninguna de ellas... Me centraré en películas no tan conocidas, y así igual descubrís alguna interesante.

 

El final de la cuenta atrás (de 1980), es una película del director Don Taylor que contó con la actuación de 2 superestrellas del momento como Kirk Douglas y Martin Sheen.
Un portaaviones atraviesa accidentalmente un agujero de gusano, debido a una fuerte tormenta eléctrica de características desconocidas. Pronto se dan cuenta que se encuentran en el 6 de diciembre de 1941 (en medio de la Segunda Guerra Mundial), un día antes del ataque japonés a Pearl Harbor.
Como podéis imaginar, el dilema de paradoja temporal que se plantea es si puede alterar el curso de la historia, al atacar los barcos japoneses con el armamento moderno del que disponen.
Las décadas transcurridas desde su estreno, podríamos decir que la han elevado a la categoría de cierto culto. Una calificación merecida para una producción que, sin ningún tipo de pretensiones, consigue entretener.
Si te gustan los grandes barcos (y sobre todo la aviación moderna), disfrutarás de las exhibiciones de este tipo de armamento.

Heavy Metal (del 1981) es una película de animación para adultos dirigida por Gerald Potterton, que se basa en el comic francés de culto Metal Hurlant.
La película mantiene una estructura antológica, al estar compuesta de diversas historias unidas por un nexo común: La pervivencia del mal encarnado en la forma de una esfera consciente de energía verde cristalizada, llamada Loc Nar y su extensión por el universo.
Sí, suena un poco raro, pero bueno, la cuestión es pasarlo más bien mientras se van sucediendo unas historias muy interesantes y logradas.
Pero es una obra un tanto irregular; ya que como todo film por segmentos, éstos varían bastante en cuanto a su calidad de argumento y dirección.
Lo particularmente fascinante, es la proliferación de desnudos gratuitos, escenas de sexo y tripas a granel.

Atmósfera Cero (del 1981), es una cinta del director Peter Hyams que cuenta con la actuación del archiconocido Sean Connery.
Como en el western con el que se la compara, en esta película el tiempo es un elemento esencial de la narración. Nuestro protagonista, vive intensamente las horas que faltan para la llegada de unos sicarios que quieren terminar con su vida. Connery es un íntegro sheriff de una explotación minera en la luna ÍO, que investiga unas extrañas muertes relacionadas con una potente droga.
Suspense (mucho suspense), para una cinta infravalorada que desde aquí os recomiendo.
Sí, tiene una tecnología un poco trasnochada (vista ahora), pero su estética claustrofóbica y ambientación es de sobresaliente.
La verdad es que la película es muy disfrutable hoy en día, sobre todo porque tiene un ritmo y una historia muy bien manejados.

Videodrome es una película del 1983, del director David Cronenberg y protagonizada por James Woods.
Nuestro protagonista sintoniza unas perturbadoras imágenes de una mujer torturada, y empieza a investigar de donde procede esa transmisión. Esa transmisión, llamada Videodrome, es en realidad mucho más que un programa de televisión morboso: es una especie de experimento que utiliza transmisiones regulares de televisión, para alterar permanentemente la percepción de sus espectadores (causándoles daños en el cerebro).
‘Videodrome’ encontró su sitio en el mercado doméstico, y se convirtió rápidamente en un título de culto que hoy está considerado como un clásico del género.
Estamos ante una película que ofrece una buena ración de poderosas imágenes, que se quedan grabadas en la retina.

 

 

Juegos de guerra (del 1983), es un film dirigido por John Badham y protagonizada por una de las jóvenes estrellas del momento: Matthew Broderick.
Un estudiante y hacker brillante pero sin motivación, tras recibir una mala calificación en la escuela utiliza sus conocimientos informáticos para  introducirse en el sistema informático de la escuela y cambiar su nota.
Pero se le va la pinza (porque hace cosas chungas), y de forma inexplicable, acaba accediendo a un poderoso ordenador que controla los misiles nucleares de estados unidos.
A pesar del tiempo pasado, esta película sigue manteniendo atractivo por ser una de las primeras obras cinematográficas en mostrar una primitiva y emergente internet. Si te gusta la tecnología retro, esta es tu película.
Pero los demás, no penséis que es un truño: La trama absorbe completamente, y presenta situaciones muy de actualidad en cuanto a la interacción de los humanos con super-inteligencias artificiales. La cinta mantiene intacta la actualidad de su discurso.

Proyecto Brainstorm es una cinta del 1983, dirigida por Douglas Trumbull y protagonizada por el siempre peculiar Christopher Walken.
Un grupo de científicos inventa un casco que puede detectar todos los pensamientos, sentimientos y sensaciones del que lo usa, así como grabarlos y que otra persona los reciba. Las cosas se complican cuando el gobierno y el ejército, trata de apoderarse del invento para aplicaciones bélicas...
Se trata de una aproximación primitiva al mundo de la realidad virtual que, aun contando con más de 30 años de edad, se establece hoy como una producción visionaria cuya plausibilidad no ha hecho más que aumentar con el paso del tiempo.
Pero desgraciadamente, los muchos problemas que hubieron para poder terminar el proyecto quizá empañaron un poco el resultado final.
Pero por lo demás, es una película notable e inteligente, que explora una premisa fascinante en todas sus posibilidades.

El último starfighter (del 1984), es un film dirigido por Nick Castle y protagonizado por Lance Guest.
La vida de un joven sencillo gira alrededor de su novia y de una máquina de videojuegos de arcade que simula un combate espacial. Un día, recibe la visita de un curioso personaje que es en realidad... ¡un extraterrestre!, y que pretende reclutarlo para luchar en la Liga Estelar. Resulta que el videojuego era en realidad un cebo para seleccionar pilotos aptos en una batalla espacial...
La sensación que transmite esta película es de familiaridad: es una de esas cintas para ver en familia, sí.
Pero si hay algo por lo que 'Starfighter' es recordada, es por ser  una de las primeras películas de los años ochenta en introducir gráficos generados por ordenador de forma masiva: contando con casi 27 minutos de metraje en los que, escenarios y naves que normalmente habrían sido miniaturas, fueron sustituidos por modelos digitales que, en aquél momento, nos dejaron con la mandíbula a ras de suelo.
Ahora cojean... Pero bueno, seamos positivos. La película es entrañable, entretenida y sí: merece una oportunidad.

 

 

Enemigo mío, del 1985.
A finales del siglo XXI, los humanos y los Dracs (una especie de reptiles humanoides), se encuentran en plena guerra interestelar. En una batalla, Quaid se estrella en un planeta desolado y peligroso mientras perseguía una nave Drac. Tendrá que sobrevivir en un planeta hostil, y una serie de acontecimientos lo harán dudar finalmente sobré cual es verdaderamente su bando.
Enemigo mío es ahora un filme de culto, pero hay que recordar que fue un sonoro fracaso de taquilla en su momento. Se trata de una película entretenida del director Wolfgang Petersen, cuyo protagonista es un pletórico Dennis Quaid en el papel de un piloto humano que lucha contra una civilización extraterrestre. Estamos ante una de esas películas con pocos actores y bastante local (a excepción de algunos planos puntuales), pero que engancha y atrapa desde el principio.
 
 
 
Lifeforce, fuerza vital (del 1985).
Una nave espacial se dirige a estudiar el cometa Halley, y allí encuentran una nave extraterrestre que viaja en la cola del cometa. En su interior sólo hallan tres ataúdes de cristal con dos hombres y una mujer (los tres desnudos, los tres lozanos y enteramente humanoides). Esto acabará desencadenando una epidemia vampírica en la Tierra.
Esta película británica, es una adaptación de la novela Los Vampiros del Espacio de Colin Wilson (y todos los que la vimos en su momento, la recordamos probablemente por el impresionante cuerpo desnudo de la actriz Mathilda May).
Y perdonadme la banalidad, pero con once años que tenía, es lo que más me impactó en aquel momento. Por lo demás, una cinta que se deja ver, que trata el tema de las invasiones extraterrestres y cuyo principal reclamo, como digo, son las dosis de erotismo.

 
 
Guerreros del Sol (del 1986).
En un futuro postapocalíptico donde la mayor parte del agua ha desaparecido de la Tierra, un grupo de adolescentes viven en un orfanato bajo las estrictas reglas de unos despóticos dictadores. Un día encuentran una especie pelota con un poder especial, que produce extraños efectos en ellos. Cuando les roban la pelota se escapan del orfanato, y son perseguidos por la policía.
Esta película protagonizada por jóvenes promesas del momento, está enfocada a un público infantil-juvenil, pero con ese lado familiar ochentero que siempre gusta a los más nostálgicos de esta década.
La ambientación futurístico-apocalíptica está correcta, y la cinta entretiene lo justo como para verla una de esas tardes aburridas mientras comes palomitas. Cuando la vi con 12 o 13 años la disfruté bastante, pero un revisionado más reciente me ha mostrado sus carencias. Sin embargo, y como en esta lista tiene que haber de todo (también propuestas para gente muy joven), aquí queda esta propuesta adolescente de ciencia ficción por si os interesa.

La mosca (1986).
Un científico se utiliza a sí mismo como cobaya en la realización de un complejo experimento de teletransportación. La prueba es un éxito, pero empieza a sufrir unos extraños cambios en su cuerpo. Inquietantes acontecimientos, se sucederán después.
Esta película dirigida por David Cronenberg y protagonizada por Jeff Goldblum junto con Geena Davis, me impactó mucho la primera vez que la vi (pese a ser solamente, no recomendada para menores de trece años).
La película recibió críticas positivas por parte de la crítica especializada así como de la audiencia, y acabó recaudando cuatro veces lo que costó.
He de decir que los efectos especiales y su maquillaje (aspectos determinantes en un film de estas características), pese a puntuales momentos chirriantes, han envejecido dignamente.
Es una propuesta de entretenimiento asegurado. Si no la habéis visto, no os la perdáis.

Masters del universo (1987).
He-man y sus amigos tienen que viajar a la Tierra en pleno siglo XX para rescatar una llave cósmica que les permita destruir a Skeletor, quien se ha apoderado del castillo de Grayskull y que mantiene prisionera a la hechicera.
Bien, esta película no es un peliculón ni de lejos, pero trata un universo muy popular de la ciencia ficción y me parece que tiene de estar en esta lista (y además, porque es ochentera de cojones).
Pero he de decir en su contra, que la mayor parte de la historia transcurre en la Tierra (y esto, le resta puntos). Porque mucho más interesante hubiera sido que la trama se ambientase enteramente en Eternia, pero bueno...
El musculoso Dolph Lungren como He-Man, protagoniza esta vistosa cinta que no recaudó lo que costó (y hablamos de cifras bastante bajas).
Estamos pues ante un producto modesto y de efectos especiales discretos, pero que tiene como aliciente ambientarse en una saga mágica e icónica de la ciencia ficción (y que puede entretener a todos los amantes de los films de los ochenta).

Perseguido (1987).
En una cruel sociedad del futuro, el concepto del concurso de televisión es llevado a un extremo inhumano. Los concursantes, la mayoría prisioneros obligados a participar, deben huir de matones en un terreno restringido, seguidos por las cámaras y una audiencia sangrienta. Ninguno sobrevive para recoger el premio hasta que un hombre injustamente acusado, Ben Richards (Arnold Schwarzenegger), empieza a ganar a los asesinos y a tener el apoyo de la audiencia. En el borrador original del guión, el papel principal correspondía a un hombre de familia normal y corriente que lucha por su hija, pero cuando Schwarzenegger firmó para ese papel, tuvieron que cambiarlo debido a que el actor no daba ese perfil. Bueno, mentiría si dijese que no tengo un buen recuerdo de esta peli. Además el bueno de Arnold suele apuntarse a caballo ganador, así que su mera presencia es sinónimo de solvencia.
La película engancha, tiene mucha acción, está bien hecha y sí, como todo producto de esta década tiene alguna secuencia actualmente chirriante (pero en su conjunto, cumple).

El chip prodigioso (1987). Tuck Pendelton (Dennis Quaid) se presta voluntario para un experimento que consiste en miniaturizarle en el interior de una cápsula que debe ser introducida en un conejo. Pero unos delincuentes intentan apropiarse del invento, y Pendelton acaba en el interior de un ser humano hipocondríaco llamado Jack Putter (Martin Short). A partir de ahí, ambos se verán obligados a colaborar para conseguir que Tuck pueda salir del cuerpo de Jack. A todo esto, también sale Meg Ryan, que en ese tiempo lo petaba. Bueno, estamos ante una hilarante i divertida comedia salpicada de ciencia ficción, de lo más entretenida (si os gusta este tipo de cine de cachondeo, claro). Y aunque visto ahora ciertas escenas que simulan el interior del cuerpo humano puedan parecer algo trasnochadas, la cinta ganó un Óscar por mejores efectos visuales. Sea como sea, esta película solamente recaudó lo que costó. Pero pese a ello, me parece una propuesta digna todavía a día de hoy. Esta comedia fantástica presenta muchos de los elementos que conseguían que este tipo de películas funcionasen maravillosamente por aquella fascinante década que son los 80, pero si no te gustan los productos de tal época, quizá no la vayas a valorar.

Alien nación (1988).
Trescientos mil alienígenas pacíficos aterrizan en la Tierra y dan muestras de adaptarse perfectamente al medio. Tras serles concedido asilo por parte de las autoridades, los alienígenas se integran rápidamente en la sociedad pese al recelo de una parte de los humanos. Sykes (James Caan) no siente ninguna simpatía por los "recien llegados", pero sin embargo, cuando su compañero es abatido por uno de éstos, le asignan un compañero policía alienígena. Juntos, deberán investigar unos crímenes (cuyo origen, podría tambalear la relación entre humanos y extraterrestres).
Thriller policíaco de ciencia ficción bastante entretenido (y con buenas ideas pero que a veces se quedan a medias), que resulta ser interesante de principio a fin.
Sin embargo, un (a mi entender) error, es ambientar la película en un futuro demasiado próximo a la fecha de realización (el 1991, en una peli de 1988), causando de esta manera cierta sensación de producto rancio y pasado vista ahora.
Por cierto, la película recaudó el doble de lo que costó.

Leviathan: El demonio del abismo (1989). Voy a terminar con esta copia de "Alien" pero ambientada en un buque soviético hundido, con mineros submarinos en lugar de astronautas y el monstruo resultante de un experimento genético fallido en lugar de un extraterrestre.
Los trabajadores de una empresa dedicada a la extracción de minerales de los fondos marinos hallan un barco soviético hundido en extrañas circunstancias. Tras unas pequeñas pesquisas, descubren que en el navío se llevaron a cabo experimentos genéticos. Pero lo más inquietante es que todo parece indicar que fue hundido por el propio ejército soviético. Sin poder salir a la superficie, los mineros deberán sobrevivir y buscar la forma de acabar con un monstruo sediento de sangre...
Bien, esta película es quizá la más floja de todas las que os he mencionado (o no), pero si os gustan este tipo de films típicos de terror del monstruo que va matando a la tripulación, os puede gustar (y además, actores conocidos no le faltan).
Sin embargo, la propuesta argumental de esta cinta se limita a seguir los esquemas imitativos una y mil veces vistos en este tipo de films. Por cierto, otra película que no recuperó lo invertido.

Sobre el sitio

Soy un amante de la ciencia ficción y la tecnología, y en esta web publico mis obras futuristas. Gracias por la visita y recordad: ¡Futuro, es ahora!