Lo de estimular el cerebro para ser mas inteligente o curar enfermedades puede que sea algo positivo y de resultado, aunque todavía esta el tema muy verde. Pero estimularlo para sentir placer, un grado tremendo de placer, sin duda alguna no puede tener mucho de inocuo, ¿por que? La razón es sencilla, el cerebro tiene su bioquímica, cuando lo estimulas artificialmente para que genere mas sustancias en los centros de placer y todas a la vez, es como subir “el listón”, vamos un subidon de noradrenalina, serotonina y algunas sustancias parecidas a los derivados del opio que el cerebro genera en los centros de recompensa. Si lo haces de continuo, el cerebro necesita generar cada vez mas de estas sustancias para sentir el mismo placer, y los resultados de esa “drogadiccion” cerebral que cada vez aumenta mas la dosis son impredecibles. Puede que estemos ante una nueva generación de “yonkis”, que se enganchen a estos artilugios, dejándolo todo de lado, pudiendo padecer lesiones cerebrales aun por constatar, y que acabaran o muy mal (puede que algunos mueran), o como indigentes después de haber abandonado incluso el trabajo por su adicción.
Y es que los centros de recompensa no están para jugar con ellos, son claves y fundamentales en el día a día del individuo, la base de la motivación para realizar la mayoría de las acciones.
Por ultimo decir que ni voy a hacer apología de estos cacharros ni le digo a nadie que deje de utilizarlos, simplemente expongo algunas consecuencias a medio-largo plazo, de su uso indiscriminado.