El doctor español Fernando Asuero descubrió que estimulando el nervio trigémino, el cerebro descargaba una cascada de endorfinas, que podía producir una serie de procesos curativos asombrosos.

En multitud de ocasiones hemos podido ver a curanderos, que con la ayuda de la sugestión realizan curaciones sin explicación aparente.

Muchos de estos personajes dicen que es la fe la que cura, es la fe en uno mismo o la fe en nuestra curación, esta fe es lo que hace posible el supuesto milagro.

Estudios recientes sobre el complejo sistema inmunológico, han demostrado que está conectada la medula ósea, con la granulas suprarrenales y el sistema nervioso central, a través de numerosas conexiones.

También está en estudio el sistema de producción de las famosas células madre, que en los adultos se producen en la medula ósea.

Con respecto al cáncer, estudios recientes están demostrando que el sistema inmunológico puede identificar y destruir a las células cancerosas, gracias a una proteína. Las células cancerosas por una mutación en el gen PK-M, comienzan a producir una proteína que estimula su crecimiento, a una velocidad mucho mayor que las sanas, aparentemente para que un tumor prolifere y sobreviva, necesita una gran cantidad de esta proteína, que está presente sólo en las células cancerígenas.

Puede que un engaño o un truco salve vidas.

Pero claro aquí está la ética, no sería moralmente honesto decir que si alguien te engaña diciendo que te vas a curar, realmente te puedes curar.

Sobretodo por el tema económico, ya que sería como cobrar a la gente por curarse por si misma.

Aunque no sería del todo cierto, ya que la mayoría de la gente carece de la capacidad de autosugestión para entrar en trance, y activar con esto los procesos de autocuración para salvarse de una muerte certera.

Digamos que la mayoría de nosotros, necesitamos la ayuda de alguien para creer en nosotros mismos.

Talvez de la necesidad humana de creer en símbolos o ilusiones, nazcan las religiones.