Hoy toca hacer balance de toda la 1ª temporada de Westworld (que la acabo de terminar). Este es el tercer vídeo que le dedico a la serie, así que si me dejo algunas cosas no me lo tengáis en cuenta (no quiero repetir cosas dichas anteriormente). Ya os digo que seguiré con la segunda temporada, lo que quiere decir que en líneas generales me ha gustado y es de mi interés.
Durante el transcurso de la serie, hay algunas cosas que me han parecido algo incoherentes. Cosas poco creíbles que yo hubiera tratado de otro modo, pero entiendo que cada personaje es como es (por inverosímil que me parezca su comportamiento o enfoque), y en función de eso, solo puedo decir que a su modo, esas pequeñas incongruencias entran dentro de lo razonable.
No voy a hacer un listado de lo que a mi parecer pudieran ser pequeños errores de coherencia y esas cosas... porque no quiero tocar las pelotas con un listado de fallos y parecer gratuitamente criticón.
Sin embargo, sí quiero mencionar un par de cosas que me desconciertan. La primera es el personaje del operario asiático, que no me parece nada creíble. Su comportamiento, sus motivaciones..., no son explicadas con un mínimo de profundidad, y lo que hace parece muy forzado. Voy a suponer que hay algo que no nos han contado, porque de lo contrario me parece un desatino.
Otra cosa que ya apunté en otro vídeo (y durante el transcurso de la trama no se ha enmendado), es que no puedo entender que no haya heridas o bajas humanas por peleas y encontronazos entre los propios clientes del parque. Uno de los aspectos más extraños para mí (como también dije anteriormente), es la facilidad con que los clientes reconocen a los androides (bien, vamos a llamarlos con propiedad: en la serie son anfitriones).
Los humanos que van a Westworld son de lo peor, y buscan sensaciones muy fuertes (generalmente son asesinatos, violaciones y comportamientos primitivos que derivan en altercados continuos). Pues bien, Me extraña mucho que en el frenesí y la locura, nunca haya encontronazos entre clientes; que no se lastimen. Las armas de fuego pueden estar programadas para no dañar humanos, bien, pero en el parque hay puñales, hachas, y muchos instrumentos que podrían ser usados entre humanos para lisiarse en su ímpetu por descubrir sensaciones fuertes. Dicho queda, y no me voy a extender.
A grandes rasgos, a mi la trama me ha parecido bastante predecible. Bien, en algunos aspectos puntuales quizá no, pero en general puedes adivinar suficientes cosas como para avanzarte a los acontecimientos.
En esta serie encontramos los buenos, que son los anfitriones; los androides (unos seres sometidos y manipulados maliciosamente), y los malos, que son los humanos (que son todo lo contrario que los anfitriones; manipulan y someten sin contemplaciones). Podemos encontrar cierta escala de grises mínima, pero los estereotipos están muy marcados desde el principio.
Los anfitriones tienen la excusa de que su aspecto, recuerdos y comportamiento, vienen dados de forma ajena a ellos mismos. Sus acciones vienen determinadas, y eso exculpa sus desaciertos morales.
Pero paradójicamente también, esa misma observación es aplicable a los humanos. Porque un humano no elige ser quien es; se forja a base de sus circunstancias. Sea un programa electrónico, o sea un programa biológico natural que nos manipula, ambos seres estamos igualmente vendidos al entramado cósmico.
Porque ciertamente, entre humanos también nos programamos; y ya desde pequeños, porque sin programación alguna no adquiriríamos una conciencia humana.
Esto exculpa esa etiqueta de malos que atribuía a los humanos, pues como digo, somos meramente lo que las circunstancias y contexto hacen de nosotros. No es algo que podamos controlar individualmente; Influye la genética, experiencias vitales, interacciones con otros individuos, etc... Todos esos factores que determinan nuestra personalidad, quedan fuera del control individual de cualquiera.
Así que en definitiva, tenemos a dos especies confrontadas por el destino (o más bien, por las circunstancias). Quiero pensar que los actos finales de los anfitriones no llegan a consumarse del todo, porque de lo contrario, por mero sentido común es deducible que la serie termina (pues las represalias humanas ante tal hecho, no dejan posibilidad de supervivencia para los anfitriones).
Concluyendo, a mi me ha parecido una serie entretenida, y que invita a seguir el visionado.
La ambientación, la fotografía, el vestuario... son también aspectos dignos de mencionar. Así como la actuación de los actores y el guión en general.
Los efectos especiales cumplen sir ser demasiado llamativos, y evocan adecuadamente las sensaciones que pretenden transmitir.
Veremos cómo continúan desde el punto donde lo dejaron, y si los últimos acontecimientos permiten una continuidad lógica y exenta de graves contradicciones.
No voy a hacer un listado de lo que a mi parecer pudieran ser pequeños errores de coherencia y esas cosas... porque no quiero tocar las pelotas con un listado de fallos y parecer gratuitamente criticón.
Sin embargo, sí quiero mencionar un par de cosas que me desconciertan. La primera es el personaje del operario asiático, que no me parece nada creíble. Su comportamiento, sus motivaciones..., no son explicadas con un mínimo de profundidad, y lo que hace parece muy forzado. Voy a suponer que hay algo que no nos han contado, porque de lo contrario me parece un desatino.
Otra cosa que ya apunté en otro vídeo (y durante el transcurso de la trama no se ha enmendado), es que no puedo entender que no haya heridas o bajas humanas por peleas y encontronazos entre los propios clientes del parque. Uno de los aspectos más extraños para mí (como también dije anteriormente), es la facilidad con que los clientes reconocen a los androides (bien, vamos a llamarlos con propiedad: en la serie son anfitriones).
Los humanos que van a Westworld son de lo peor, y buscan sensaciones muy fuertes (generalmente son asesinatos, violaciones y comportamientos primitivos que derivan en altercados continuos). Pues bien, Me extraña mucho que en el frenesí y la locura, nunca haya encontronazos entre clientes; que no se lastimen. Las armas de fuego pueden estar programadas para no dañar humanos, bien, pero en el parque hay puñales, hachas, y muchos instrumentos que podrían ser usados entre humanos para lisiarse en su ímpetu por descubrir sensaciones fuertes. Dicho queda, y no me voy a extender.
A grandes rasgos, a mi la trama me ha parecido bastante predecible. Bien, en algunos aspectos puntuales quizá no, pero en general puedes adivinar suficientes cosas como para avanzarte a los acontecimientos.
En esta serie encontramos los buenos, que son los anfitriones; los androides (unos seres sometidos y manipulados maliciosamente), y los malos, que son los humanos (que son todo lo contrario que los anfitriones; manipulan y someten sin contemplaciones). Podemos encontrar cierta escala de grises mínima, pero los estereotipos están muy marcados desde el principio.
Los anfitriones tienen la excusa de que su aspecto, recuerdos y comportamiento, vienen dados de forma ajena a ellos mismos. Sus acciones vienen determinadas, y eso exculpa sus desaciertos morales.
Pero paradójicamente también, esa misma observación es aplicable a los humanos. Porque un humano no elige ser quien es; se forja a base de sus circunstancias. Sea un programa electrónico, o sea un programa biológico natural que nos manipula, ambos seres estamos igualmente vendidos al entramado cósmico.
Porque ciertamente, entre humanos también nos programamos; y ya desde pequeños, porque sin programación alguna no adquiriríamos una conciencia humana.
Esto exculpa esa etiqueta de malos que atribuía a los humanos, pues como digo, somos meramente lo que las circunstancias y contexto hacen de nosotros. No es algo que podamos controlar individualmente; Influye la genética, experiencias vitales, interacciones con otros individuos, etc... Todos esos factores que determinan nuestra personalidad, quedan fuera del control individual de cualquiera.
Así que en definitiva, tenemos a dos especies confrontadas por el destino (o más bien, por las circunstancias). Quiero pensar que los actos finales de los anfitriones no llegan a consumarse del todo, porque de lo contrario, por mero sentido común es deducible que la serie termina (pues las represalias humanas ante tal hecho, no dejan posibilidad de supervivencia para los anfitriones).
Concluyendo, a mi me ha parecido una serie entretenida, y que invita a seguir el visionado.
La ambientación, la fotografía, el vestuario... son también aspectos dignos de mencionar. Así como la actuación de los actores y el guión en general.
Los efectos especiales cumplen sir ser demasiado llamativos, y evocan adecuadamente las sensaciones que pretenden transmitir.
Veremos cómo continúan desde el punto donde lo dejaron, y si los últimos acontecimientos permiten una continuidad lógica y exenta de graves contradicciones.