Basada en la cautivadora novela ‘Mickey 7’ de Edward Ashton, ‘Mickey 17’ nos transporta a un futuro donde la humanidad moribunda se aventura más allá de su planeta natal, buscando colonizar nuevos mundos. Este avance, aunque esperanzador, da lugar a una oscura realidad: la creación de trabajos para "desechables", personas cuyo único propósito es llevar a cabo tareas y experimentos peligrosos o misiones suicidas. Pero para las empresas, esto no es un problema, ya que cada vez que un desechable muere, su cuerpo es reemplazado por un clon idéntico, equipado con todos los recuerdos del anterior, gracias a una tecnología asombrosa, aunque aterradora. Esta rutina se convierte en un ciclo interminable de vida y muerte para estos trabajadores atrapados en una esclavitud moderna.
La película no solo es una historia de ciencia ficción, sino también una exploración conmovedora de la identidad, el propósito y la fragilidad de la condición humana. Mickey no es simplemente un clon; es un reflejo de las luchas internas que todos enfrentamos.
Cada vez que Mickey "muere", renace como un nuevo individuo con los mismos recuerdos. La película plantea preguntas fundamentales como: ¿somos más que la suma de nuestras experiencias? ¿Qué nos define realmente como seres humanos? ¿Qué valor tiene la identidad humana?
Bong Joon-ho utiliza su destreza cinematográfica habitual para crear un universo que, aunque futurista, está profundamente conectado con nuestras propias realidades actuales.El director combina acertadamente humor negro con una narrativa visual impactante, manteniendo su sello característico.
Robert Pattinson lleva a cabo una interpretación relevante, dando vida a las distintas versiones del clon con gran acierto.
En su actuación no destaca solo su técnica, sino un talante profundamente humano y una representación de la lucha por encontrar el equilibrio entre lo que somos y lo que aspiramos a ser.
Pattinson ha recorrido un camino impresionante, dejando atrás su icónico papel como el enigmático vampiro de "Crepúsculo" para adentrarse en proyectos mucho más ambiciosos y serios.
A pesar de la lamentable High Life, con títulos como The Batman, The King, El faro y Tenet, ha demostrado una asombrosa versatilidad y su indiscutible talento como intérprete, forjando una carrera tan diversa como original.
Por otro lado, Mark Ruffalo y Toni Collette irradian pura exageración en sus interpretaciones, encarnando a dos caricaturas de capitalistas arrogantes, embriagados de poder y dinero. Ambos están tan excesivos y desbordantes que logran un efecto fascinante: sus personajes son absurdamente ridículos y aterradoramente reales al mismo tiempo, reflejando los peores excesos de una élite carente de moral.
Aunque algunos críticos han comentado que el guion puede volverse algo predecible, el impacto emocional de las imágenes y los diálogos mantiene al espectador atrapado.
Mickey 17 no solo busca entretener, sino que nos empuja a reflexionar sobre los límites éticos de la tecnología, la explotación del individuo en sistemas capitalistas y la necesidad inherente de esperanza en un mundo que parece haber perdido el norte.
A pesar de las críticas positivas, la película no está logrando conectar con el público, resultando muy probablemente en pérdidas financieras.
A pesar de todo, para mí la peli está bien, puede verse con cierto agrado, y me quedo con eso.
Mala no es, a pesar de su fracaso en taquilla.
Si te emociona la ciencia ficción que te deja pensando mucho después de que hayan pasado los créditos finales, Mickey 17 podría ser una experiencia realmente valiosa.
Y tú ¿Ya la has visto? ¿Todavía no? Apresúrate, porque va a durar poco tiempo más en cartelera.