Empezaré diciendo que yo soy un gran admirador de la trilogía original, especialmente de la primera película.
Pues bien, una vez vista Matrix: Ressurrections tengo que decir que no me ha parecido un bodrio infumable pero tampoco me ha entusiasmado.
Me parece una película de ciencia ficción correcta sin más, pero claro, viniendo de donde viene sabe a poco.
Esta saga es un icono que reinventó el género de ciencia ficción, pero esta nueva película no innova nada.
Si eres fan de la trilogía yo te aconsejo que vayas a verla con las expectativas bastante bajas y dispuesto a no hacer comparaciones con las pelis anteriores.
Los productores estuvieron varios años intentando levantar el proyecto pero fue retrasándose por problemas legales con los derechos.
Mientras realizaban las tres entregas iniciales de la franquicia de Matrix, las hermanas (antes, los hermanos Wachowski) afirmaron que no tenían intención de hacer otra película después de The Matrix Revolutions.
Sea como sea en 2017 Keanu Reeves comentó que solo volvería al universo de Matrix si escribían y dirigirían el nuevo capítulo las hermanas Wachowski.
Finalmente, el duelo por la muerte de sus padres y dos formas distintas de afrontarlo provocaron que solo Lana Wachowski se embarcara en esta peculiar continuación.
Para la directora, pensar en Neo y Trinity juntos de nuevo fue como un bálsamo reconfortante. Ambos habían muerto en Matrix Revolutions, pero ahora Lana podía hacer su magia de guionista y devolverles la vida.
Es de justicia decir que el guión no es un despropósito pero tampoco es tan ocurrente como esperaba.
"Matrix Resurrections" es un intento de ampliar y actualizar el revolucionario concepto argumental presentado en la trilogía original. Lamentablemente, estamos ante una continuación que nadie había pedido. Entre otras cosas, porque el cierre de 'Matrix Revolutions' aunque imperfecto, era satisfactorio y suficientemente auto-conclusivo.
La cinta empieza bien, luego se deshincha un poco y finalmente se anima en la parte final. Pero, y que quede entre nosotros, el desenlace es bastante disparatado.
Esta vez Neo es un aclamado diseñador de videojuegos que a veces no distingue entre fantasía y realidad. Y tiene guasa la cosa, porque en realidad el actor Keanu reeves no juega a videojuegos.
También decir que no me ha gustado la ausencia de Laurence Fishburne y Hugo Weaving pero bueno, cosas que pasan.
La película deja de lado el eterno enfrentamiento entre el hombre y la máquina, la filosofía existencialista y el misticismo religioso, la dualidad entre realidad y ficción, el libre albedrío versus el determinismo, etc, para centrarse en la omnipresente historia de amor entre unos envejecidos Neo y Trinity que, todo sea dicho de paso, mantienen la forma y un buen aspecto para la edad que tienen.
El filme no consigue mantener siempre el interés, y hay algunas partes de diálogo demasiado explicativo que se hacen un poco cuesta arriba.
En esta ocasión se ha abandonado uno de los elementos más llamativos y distintivos de la trilogía original: ese look cyberpunk artificial que hace uso de una paleta oscura y de color verdoso.
Hay bastantes clips y secuencias de la primera película para enfatizar explicaciones que están bien como elemento nostálgico, pero quizá sobran un poco a pesar de estar argumentalmente justificados.
El apartado artístico se siente menos cultivado y poco inspirado que antes; con unos efectos especiales que están muy por debajo de la innovación que supusieron en las primeras películas.
Son competentes, que quede claro; lo que quiero decir es que no crearán escuela como sí lo hicieron los de 1999.
En este sentido, las escenas de acción se sienten vibrantes y son más o menos efectivas, pero las de cuerpo a cuerpo son algo confusas y carecen de la espectacularidad y vistosidad coreográfica de antaño.
Las actuaciones son correctas y la banda sonora cumple sin ser ninguna maravilla.
En conclusión: Estamos ante una secuela innecesaria y con algunas carencias, pero que en el global se deja ver y puede gustar si llega a atraparte el nuevo enfoque de su historia.
Es muy tentador dejarse llevar por el desánimo y catalogarla como un bodrio de proporciones bíblicas, pero esta película no es exactamente un ejercicio de nostalgia para satisfacer a los fans, sino algo más arriesgado y distinto que pretende llegar a las nuevas generaciones. Veremos si lo consigue y hay continuación, aunque las primeras reacciones no están siendo demasiado buenas.
La película no es un completo desastre, pero es un producto raruno que está a años luz de la primera entrega.
Por cierto, la escena post-créditos es una chorrada descomunal que os podéis ahorrar.
Y tú, ¿ya has visto esta película? ¿Qué te ha parecido?
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