Películas cientificamente correctas / incorrectas

Películas cientificamente correctas / incorrectas

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2001: una odisea en el espacio (1968), es una de las grandes películas de la historia, y además, Stanley Kubrick se tomó la molestia de hacerla lo más cercana posible a la ciencia. Mucha de la tecnología usada en la cinta es ahora es muy común, y no solo en los viajes espaciales, sino también, en la vida diaria. Sin embargo, se quiso dejar la película abierta a una interpretación filosófica y alegórica. Al igual que otros elementos de la cinta, el enigmático monolito ha sido objeto de incontables interpretaciones: incluyendo religiosas, alquímicas, históricas, y evolutivas. Es por ello que la película acaba alejándose un poco, de la ciencia ficción más hard.

Blade runner (1982) ha sido destacada por la NASA como una película científicamente muy adecuada. El argumento se centra en la búsqueda y exterminación de unos androides llamados replicantes, que son prácticamente indistinguibles de los humanos. La película enmarca su trama en un futuro inminente, por lo que ya podemos deducir que tal fecha no fué calculada con precisión. Sin embargo, en un futuro relativamente cercano, sí podríamos encontrar androides del tipo como se ve en la película (así como la tecnología mostrada, a lo largo de toda la cinta).

Contact (1997) nos muestra de manera muy fiel a la realidad, cómo podríamos tener contacto con una civilización lejana a nuestro Sistema Solar: por ondas de radio. El Instituto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI por sus siglas en inglés) tiene como directriz usar radiotelescopios para encontrar anomalías en el espacio, que podríamos considerar una comunicación. Bajo este argumento real, se hila una película asombrosa y bastante pulcra (científicamente hablando), en la que las reacciones políticas y públicas son también bastante realistas. Sin embargo, el final de la cinta (y a falta, obviamente de referencias), culmina con un muy discutible contacto extraterrestre de lo más extravagante y fantasioso.

En Gattaca (también del 1997), los niños nacen con los mejores genes de sus padres, buscando que sean perfectos. Esto no está muy lejos de la realidad, porque ya a día de hoy hay maneras de experimentar con la genética y mejorar a las personas, antes de que nazcan. Es una de esas pocas películas en las que la tecnología mostrada así como su trama, se muestran convincentes.
Gattaca es un filme que trata con elegancia los asuntos de la privacidad de los datos genéticos, el determinismo genético, la discriminación por motivos genéticos, la eugenesia y los hijos a la carta. Todo ello, en un tiempo ficticio que al comienzo de la película se define como “un futuro no excesivamente lejano”. Todo un acierto de película, y todo un acierto de ciencia bien tratada.

Cuando se estrenó Matrix el 1999, a todo el mundo le pareció pura fantasía. Los hermanos wachowsky se avanzaron a su tiempo, sin duda, porque con el transcurso del tiempo, y gracias a los avances en realidad virtual y teorías sobre mundos virtuales y vida digital, su premisa resulta ahora mucho más creíble. Actualmente, se cree que el Universo al completo podría ser un complejo entramado de bits; unidades de información agrupadas y manejadas por un elaboradísimo programa informático.
Matrix se toma sus licencias, resulta poco probable que las máquinas nos utilicen como pilas debido a nuestro calor corporal, pero el concepto de vivir virtualmente, en una simulación informática, está siendo serio objeto de debate por numerosos científicos en la actualidad.

Gravity (2013) es junto con Apolo 13, la película que refleja de forma más fiel, la experiencia de estar en el espacio. Nunca antes una producción cinematográfica había retratado con tal grado de precisión una nave Soyuz o la estación espacial internacional, pero desgraciadamente, también contiene varios errores de bulto que resultan un poco molestos.
El argumento central de Gravity gira alrededor del llamado Síndrome de Kessler. Es decir, una reacción en cadena de colisiones de satélites que genera una cantidad tal de chatarra espacial que impide el acceso a la órbita baja, con consecuencias especialmente dramáticas para las naves tripuladas. Este síndrome es, hoy por hoy, un escenario altísimamente improbable. A partir de aquí, una serie de acontecimientos tomados por los pelos y rizando cada vez más el rizo a medida que el argumento se va desarrollando, acaban por quitarle bastante valor científico a la propuesta.

Interstellar (2014) es una película que ha mostrado los agujeros negros como nunca antes los habíamos visto. Y para ello, se contó con la supervisión e implicación en el proyecto, del reconocido físico  Kip Thorne. En la película se ve, y es cierto, que la gravedad, dilata el tiempo. Pasa más lento para alguien que se encuentra en un sitio con gravedad fuerte, que en lugares con poca gravedad. Eso explica porqué los protagonistas no envejecen en relación a las personas que están en la Tierra, dado que una hora en ese sitio cercano a un agujero negro, equivale a 7 años de nuestro planeta. Sin embargo, la parte más fantasiosa de la película es lo que acaba encontrándose en el interior de ese agujero negro. Pese a todo, según los científicos, los maestros deberían pasar Interstellar en clase debido a su valor didáctico.

Otra película que ha contado con un importante asesoramiento por parte de la NASA, es El marciano (2015). Los aciertos a la vista están, y son muchos, sin embargo, en Marte no pueden cultivarse patatas del modo como se hace en la película (además de que en el muy poco probable caso de crecer patatas en tierras marcianas, no serían comestibles para un humano). Tampoco puede darse una tormenta del tipo como se ve en la película, y el prolongado tiempo de exposición a las radiaciones del intrépido protagonista a lo largo de su prolongada estancia en Marte, le provocarían cánceres y alteraciones letales.

Vamos a por el mayor despropósito, calificado por la NASA como la aberración científica más absurda de la ciencia ficción de la historia; Estoy hablando de 2012 de Roland Emmerich.
La cinta apocalíptica del director alemán fue señalada, al margen de sus variopintos gazapos científicos de lo más hilarantes, de alentar en la población la idea de que el mundo se acabaría el año 2012. Todos lo recordamos: las profecías mayas y toda la parafernalia magufa, engrasó su maquinaria para hacernos creer en el inminente apocalipsis. Hoy, cuatro años más tarde de la fecha señalada, todavía seguimos dando guerra...

En el segundo lugar del ranking de las cintas más absurdas está El Núcleo (2003), otra cinta sobre el fin de la vida en el planeta, pero esta vez, provocado por el colapso del centro de la Tierra: "Por razones desconocidas, el corazón del planeta Tierra ha detenido su movimiento giratorio, lo que causará en pocos meses un tremendo desastre natural, eliminando la vida tal y como la conocemos". Una vaga premisa, para un desarrollo argumental de lo más descabellado.

El tercer puesto del podio inverosímil, es para una cinta mucho más conocida: Armageddon. Y es que, desde que se estrenó, al menos una vez al año podemos ver por televisión a Bruce Willis y compañía, salvar el mundo del letal impacto de un asteroide a golpe de perforación y explosión. Un proceder nada científico, a pesar de que expertos de la NASA aconsejaron a Michael Bay a la hora de elaborar el guión (aunque parece que el director de Transformers no les hizo mucho caso).
 



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