Existe actualmente un intenso debate acerca de lo que implica ser un humano y si en el futuro, nos desprenderemos del cuerpo físico biológico para pasar a ser seres post-biológicos.
Para el magnate de los medios ruso Dmitry Itskov y su “Iniciativa 2045”, un ser humano pasaría de su cuerpo de carne y hueso a avatares holográficos con transferencia completa de conciencia, en apenas treinta años. Es muy discutible la fecha, pero sí parece marcar una tendencia. Todo depende de la capacidad que tengamos de transferir los datos cerebrales de una conciencia humana, a soportes no biológicos (sin que para ello, la sensación y experiencia de ser humano desaparezca).
El científico Ken Hayworth, de la universidad de Hardvard, lleva años trabajando en la posibilidad de realizar un experimento consistente en el “download” (descarga) de todas las conexiones de un cerebro humano (lo que para él implica volcar la personalidad entera de un humano, a una máquina).
Para algunos, tal escenario representaría la deshumanización completa de la especie. Para otros, el recipiente biológico no es lo que importa, sino la información que se baraja mentalmente (independientemente del soporte que se utilice).
Realmente, vivir una posible realidad virtual de infinitas posibilidades exentos de cuerpo quizá ahora suene muy extraño, pero a medida que las experiencias futuras vayan ensamblando este escenario como algo cotidiano y habitual, la animadversión inicial podría convertirse en el anhelo del futuro.
Para el magnate de los medios ruso Dmitry Itskov y su “Iniciativa 2045”, un ser humano pasaría de su cuerpo de carne y hueso a avatares holográficos con transferencia completa de conciencia, en apenas treinta años. Es muy discutible la fecha, pero sí parece marcar una tendencia. Todo depende de la capacidad que tengamos de transferir los datos cerebrales de una conciencia humana, a soportes no biológicos (sin que para ello, la sensación y experiencia de ser humano desaparezca).
El científico Ken Hayworth, de la universidad de Hardvard, lleva años trabajando en la posibilidad de realizar un experimento consistente en el “download” (descarga) de todas las conexiones de un cerebro humano (lo que para él implica volcar la personalidad entera de un humano, a una máquina).
Para algunos, tal escenario representaría la deshumanización completa de la especie. Para otros, el recipiente biológico no es lo que importa, sino la información que se baraja mentalmente (independientemente del soporte que se utilice).
Realmente, vivir una posible realidad virtual de infinitas posibilidades exentos de cuerpo quizá ahora suene muy extraño, pero a medida que las experiencias futuras vayan ensamblando este escenario como algo cotidiano y habitual, la animadversión inicial podría convertirse en el anhelo del futuro.

Llegados a este punto, podríamos decir que una vez desplegada ampliamente la tecnología, lo biológico podría dejar de tener una aplicación práctica. ¿La biología podría ser solamente un apaño, hasta culminar a eras post-biológicas (un paso hacia nuestra inevitable existencia tecnológica)?
Así lo cree el doctor y científico de la NASA Steven Dick; “Si los extraterrestres están allí fuera, probablemente vivan en civilizaciones mucho más antiguas que las nuestras, y hayan transicionado a través de la biología, hacia la tecnología. La gran mayoría de mundos allí fuera son ya postbiológicos”, afirma.
El Dr. Dick sugiere que la comunidad SETI debería considerar la tolerancia ambiental de los robots y la disponibilidad de recursos más allá de los planetas; la inteligencia artificial buscará lugares que proporcionen la materia primera y energía (y piensa en cuásares, no en planetas habitables).
Este razonamiento nos hace cuestionar lo que comúnmente entendemos por “vida”, cómo buscarla, y una redefinición de la misma (ya que quizás un ser vivo no necesariamente deba tener una condición biológica tal y como la entendemos ahora).
En resumidas cuentas, se trata de considerar si la programación biológica a la que hemos estado sometidos desde nuestros inicios, es materialmente reproducible en otros soportes. De todas formas, y aunque en el hipotético caso de que la conciencia solamente pudiera aflorar a partir de lo orgánico (algo de lo que no hay indicios en principio), como ciborgs siempre podríamos mantener cierto grado de biología indispensable para reproducir funcionalidad pensante.
¿Con el tiempo transitaremos completamente hacia lo artificial, o nunca podremos desembarazarnos completamente de lo biológico (con su ADN), si pretendemos seguir teniendo una conciencia humana?
Es más; ¿La conciencia tiene inevitablemente su base en la biología?
En última instancia, quizá tampoco sea consecuente, en términos evolutivos, perpetuar indefinidamente la condición biológico-pensante humana actual (y una conciencia, incluso todavía más refinada, podría aflorar de un cambio de soporte estructural).