Jacques Rougerie es el responsable del diseño del SeaOrbiter, un plataforma de investigación que tendrá 58 metros de altura que promete una nueva aproximación a la investigación oceanográfica. La mitad de esta estructura permanecerá sumergida mientras navega, lo que permitirá a un equipo de oceanógrafos recorrer los mares del mundo como si fuesen una versión moderna del Capitán Nemo imaginado por Julio Verne. Rougerie comenzó a trabajar en el proyecto SeaOrbiter hace 12 años, y luego de recorrer el mundo buscando el dinero necesario para construirlo, parece que podrá convertir su sueño en realidad. Convertido en la pieza central del pabellón francés en la Expo 2012 de Corea del Sur, el SeaOrbiter ha superado exitosamente las pruebas industriales y de diseño necesarias para su puesta en marcha, y comenzará a ser construido antes de fin de año.

"Todos los detalles técnicos están resueltos, y hemos trabajado desde hace cinco o seis años para conseguir apoyo industrial e institucional. SeaOrbiter se ha convertido en un proyecto financiero real hace dos años,” dijo el portavoz del proyecto Ariel Fuchs. Se sabe que construir este laboratorio costará unos 43 millones de euros, provenientes de instituciones de la talla de la Agencia Espacial Europea (ESA). Estudiará los fondos y corrientes marinas, y se propulsará principalmente con energía proveniente de fuentes limpias y renovables.
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