Ingenieros españoles diseñan estructuras que generan electricidad sin palas. Lo que inspiró a David Yáñez fue el colapso del Puente de Tacoma, en el estado de Washington (EEUU). Era 2002 y estaba estudiando Ingeniería en Valladolid cuando empezó a darle vueltas a la espectacular desintegración de aquel puente que quedó grabada en vídeo para siempre.
La destrucción del que en su día había sido uno de los mayores puentes del mundo se debió a los vórtices de von Kármán, que constituyen uno de los mayores enemigos de los ingenieros y arquitectos de todo el mundo habían luchado siempre, y que se producen cuando un fluido choca contra un objeto más o menos cilíndrico.
La idea de Yáñez era simple: «Construir una estructura que, apoyada en la generación de vórtices de Von Kármán y en la frecuencia de oscilación de un cuerpo, absorba energía del aire sin ningún elemento susceptible de desgaste o rozamiento». Traducción: hacer un molino de viento sin palas, que oscile con el viento y que genere electricidad gracias a un juego de imanes que hagan innecesarias tuercas, engranajes o nada que provoque rozamiento.
La destrucción del que en su día había sido uno de los mayores puentes del mundo se debió a los vórtices de von Kármán, que constituyen uno de los mayores enemigos de los ingenieros y arquitectos de todo el mundo habían luchado siempre, y que se producen cuando un fluido choca contra un objeto más o menos cilíndrico.
La idea de Yáñez era simple: «Construir una estructura que, apoyada en la generación de vórtices de Von Kármán y en la frecuencia de oscilación de un cuerpo, absorba energía del aire sin ningún elemento susceptible de desgaste o rozamiento». Traducción: hacer un molino de viento sin palas, que oscile con el viento y que genere electricidad gracias a un juego de imanes que hagan innecesarias tuercas, engranajes o nada que provoque rozamiento.

Eso comporta muchas ventajas. Entre las más obvias: caben más molinos en menos espacio; los costes de mantenimiento prácticamente se desploman; no hay contaminación acústica, porque los molinos no hacen ruido; y ningún ave va a saltar hecha pedazos al chocar con un aspa. Vortex Bladeless afirma que su sistema es un 60% más eficiente en términos económicos, ya que permite colocar más aerogeneradores, éstos son más baratos y no requieren mantenimiento.
En estos momentos, la empresa negocia la entrada de inversores institucionales extranjeros en su capital. Todo con vista al lanzamiento, previsto para 2016, de su primer producto: un aerogenerador de unos tres metros de alto que produzca 100 kilovatios/hora.
Esa idea ha despertado el interés, sobre todo, de países en vías de desarrollo, que tienen unas necesidades de electrificación inmensas, pero carecen del capital para desarrollar sistemas de generación y transmisión de energía a gran escala.
Fuentes:
- [elmundo.es] Molinos de viento sin aspas