La primera vez que la enferma escuchó las voces, estaba de vacaciones en Canarias y tenía 22 años. Algún tiempo después, contaría a sus médicos que alguien invisible la había empujado escaleras abajo. En otra ocasión, las voces que solo ella escuchaba le dijeron que se suicidase y eso mismo intentó. “El espíritu se metió dentro, me violó varias veces… comencé a sentir una presencia que me hacía retorcerme en la cama, vomitar y sentirme enferma”, relataba a sus médicos.
Podría parecer el argumento de una película de terror religioso, pero era un caso de enfermedad mental. Los psiquiatras del Hospital Clínico San Carlos de Madrid que la trataron, hicieron un diagnóstico claro: esquizofrenia paranoide.
Podría parecer el argumento de una película de terror religioso, pero era un caso de enfermedad mental. Los psiquiatras del Hospital Clínico San Carlos de Madrid que la trataron, hicieron un diagnóstico claro: esquizofrenia paranoide.
La familia mostró dudas de que fuese una enfermedad psiquiátrica, y acabó acudiendo a un exorcista (gracias a un programa de televisión que les puso en contacto con un sacerdote que comenzó a practicarle exorcismos para que le sacara al diablo del cuerpo).
El sacerdote la reafirmó en su creencia de que estaba poseída, y María se sometió a los ritos sin ningún fundamento científico de aquel exorcista español. Cada cierto tiempo, relatan sus médicos, la enferma volvía a aparecer por la consulta sin ningún signo de mejora.
Se trataba de un caso de esquizofrenia resistente; no respondía a los fármacos que se usan contra esta dolencia.
María pensaba que la mitad de su enfermedad se debía a un trastorno psiquiátrico y que la otra mitad se debía a un diablo. Pero la realidad era que todos sus síntomas encajaban con cuadros médicos bien definidos.
“Llegamos a contactar con la Archidiócesis de La Almudena para contactar con un clérigo con un cargo oficial”, relata Tajima-Pozo, uno de los psiquiatras que vio a la enferma. “Nuestra intención era pedir a un clérigo experto de la Archidiócesis de Madrid, que intentase convencer a la paciente de que sus síntomas se debían a una enfermedad mental. Para nuestra sorpresa, los clérigos asumieron que los síntomas psicóticos se debían a una presencia maligna”, lamenta.
La última vez que la paciente apareció por la unidad de enfermedades mentales agudos, había dejado la medicación (tal vez conminada por el cura o por su familia), y también había comenzado a consumir drogas.
Es común que haya sacerdotes que deriven enfermos mentales a consultas psiquiátricas tras haber comprobado que pueden tener trastornos clínicos, pero, en casos excepcionales como este, sucede lo contrario; la enferma acude a un sacerdote porque se siente poseída, y el sacerdote da crédito a esas creencias e incluso las potencia y trata con ritos dudosos.
La buena comunicación con los sacerdotes es lo recomendado, y sorprende que en la Europa del siglo XXI haya aún expertos y clérigos que piensan que algunos tipos de esquizofrenia se deben a una posesión demoniaca.
La buena comunicación con los sacerdotes es lo recomendado, y sorprende que en la Europa del siglo XXI haya aún expertos y clérigos que piensan que algunos tipos de esquizofrenia se deben a una posesión demoniaca.

Aunque su caso fue muy extraño, comenta Díaz-Marsá (una de las psiquiatras del Hospital Clínico que la trataron), no es el único caso que ha pasado por su consulta recientemente. En otra ocasión, una niña de madre filipina y padre español fue tratada por un trastorno que parecía autismo o trastorno de la personalidad. La niña se negaba a hablar, y solo lo hacía cuando estaba en casa. “Su madre llevó a la niña a su diócesis y allí comenzaron a hacerle prácticas raras”, comenta. En este caso, un médico de la Unidad de Psiquiatría Infantil del Clínico acudió a la parroquia del sacerdote exorcista y, tras hablar con él y explicarle el caso, el sacerdote accedió al menos a parar con sus conjuros.
Pero en ocasiones la familia de estos enfermos es contumaz. En ese caso, relata Díaz-Marsá, la madre comenzó a enviar dinero a brujos de Filipinas para que allí hicieran ritos de vudú a distancia. “En muchos casos son las familias las que inducen a los enfermos, son familias con creencias muy primitivas e ideas mágicas”, comenta la psiquiatra. Pero lo peor llega cuando un sacerdote fomenta esas creencias sin fundamento.
Por eso, dice Díaz-Marsá, sería importante que los sacerdotes tuvieran más formación sobre enfermedades mentales para saber derivar estos casos a las manos de profesionales y evitar a los pacientes daños innecesarios. “En la esquizofrenia se ven muchos casos con delirios místicos, y esta enfermedad es un trastorno que se identifica muy bien”, resalta. “Hay que formar bien a los sacerdotes y que sepan distinguir”, añade.
Lamentablemente, eso no es suficiente. Proliferan las creencias en entes sobrenaturales y posesiones, gracias a multitud de programas como por ejemplo, el del Obispo Guaracy (de la Iglesia Pare de Sufrir, Brasil), en el que personas supuestamente poseídas por espíritus malignos, se entregan en directo a través de la oración de los pastores.
El reverendo Bob Larson afirma ser uno de los mejores exorcistas del mundo, y el mayor experto en sectas, ocultismo y fenómenos sobrenaturales. En su programa televisivo, hasta ha saca al “demonio homosexual” del cuerpo de una persona;
Programas españoles de gran audiencia y aceptación como Cuarto milenio, también dan crédito a todo tipo de testimonios de posesiones demoníacas y fantasmales. Por no hablar de la plaga astrológica que inunda las parrillas televisivas en horario nocturno, y que fomenta una amplia gama de creencias tales como males de ojo y espiritualidades dispares sin ningún tipo de rigor científico ni regulación legal.
Fuentes:
- [esmateria.com] La iglesia española realiza exorcismos a enfermos de esquizofrenia
- [noticiacristiana.com] Iglesia Pare de Sufrir abre programa de TV para realizar exorcismos
- [cristianosgays.com] Patético: Un reverendo “expulsa” la homosexualidad de los hombres en TV