La agencia DARPA fue creada en 1958 como respuesta al lanzamiento del Sputnik por parte de los soviéticos. Su función era la de mantener la tecnología de Estados Unidos por delante de la de sus enemigos, en una época donde todo lo que parecía importar en el mundo era la Guerra Fría. DARPA ha aportado fondos para el desarrollo de algunas de las tecnologías mas interesantes de los últimos tiempos, incluida ARPANET, la red de ordenadores que más tarde se convirtió en Internet.
La famosa agencia, ha anunciado que sus científicos están trabajando en el diseño de un equipo que -gracias a la emisión de ultrasonidos- podría lograr el “control mental” de sus soldados de forma remota. La idea detrás del proyecto es lograr que las tropas aliadas puedan evitar el dolor, el estrés, mantenerse alertas por más tiempo y, en definitiva, tener un mejor rendimiento en el campo de batalla. Por supuesto, la misma tecnología podría convertir al enemigo en una especie de zombie comatoso inofensivo. Si bien un aparato capaz de proporcionar placer a distancia o eliminar el dolor y el estrés seria sumamente bienvenido entre la población civil, la naturaleza bélica de DARPA hace que este invento esté pensado especialmente para la guerra.
Hay aparatos que mediante una técnica conocida como “estimulación magnética transcraneal” logran “inducir” estados determinados en el sujeto que se somete a su influencia. Lo que busca DARPA es el mismo tipo de efecto, pero aplicable mediante un “control remoto”.
El máximo responsable del desarrollo de estos chismes es el neurocientífico William Tyler, de la Universidad de Arizona, quien ha recibido los fondos necesarios de la agencia DARPA para que diseñe el equipo de control mental sin electrodos. Cuando esté construido, su “pulsador ultrasónico transcraneal” (“transcranial pulsed ultrasound”) podrá interferir en los circuitos neuronales desde el exterior del cráneo. Según el científico, es posible lograr la estimulación de regiones especificas del cerebro sin necesidad de utilizar técnicas invasivas, reemplazando los electrodos que acostumbramos a ver por ultrasonidos. Para lograr el control individual de cada soldado, se incorporaría un receptor en el casco de cada uno, que comandaría un pequeño emisor de ultrasonidos. El responsable de la operación podrá, desde el puesto de mando, activar el estimulador de un soldado para despertarlo, o el de otro para que deje de sentir dolor en una pierna. Desde el punto de vista psicológico, la estimulación de algunas regiones específicas del cerebro lograrían que los soldados no sientan culpas ni malestar cuando matan a sus enemigos. Pero por supuesto, cuando todo haya terminado y el aparato deje de emitir sus balsámicos cantos de sirena, la realidad puede golpear con toda su dureza y el sentimiento de culpa frente a lo actuado apoderarse del soldado. Pero en ese momento, con la batalla finalizada, poco le importará a DARPA que el soldado se sienta bien o mal…
La famosa agencia, ha anunciado que sus científicos están trabajando en el diseño de un equipo que -gracias a la emisión de ultrasonidos- podría lograr el “control mental” de sus soldados de forma remota. La idea detrás del proyecto es lograr que las tropas aliadas puedan evitar el dolor, el estrés, mantenerse alertas por más tiempo y, en definitiva, tener un mejor rendimiento en el campo de batalla. Por supuesto, la misma tecnología podría convertir al enemigo en una especie de zombie comatoso inofensivo. Si bien un aparato capaz de proporcionar placer a distancia o eliminar el dolor y el estrés seria sumamente bienvenido entre la población civil, la naturaleza bélica de DARPA hace que este invento esté pensado especialmente para la guerra.
Hay aparatos que mediante una técnica conocida como “estimulación magnética transcraneal” logran “inducir” estados determinados en el sujeto que se somete a su influencia. Lo que busca DARPA es el mismo tipo de efecto, pero aplicable mediante un “control remoto”.
El máximo responsable del desarrollo de estos chismes es el neurocientífico William Tyler, de la Universidad de Arizona, quien ha recibido los fondos necesarios de la agencia DARPA para que diseñe el equipo de control mental sin electrodos. Cuando esté construido, su “pulsador ultrasónico transcraneal” (“transcranial pulsed ultrasound”) podrá interferir en los circuitos neuronales desde el exterior del cráneo. Según el científico, es posible lograr la estimulación de regiones especificas del cerebro sin necesidad de utilizar técnicas invasivas, reemplazando los electrodos que acostumbramos a ver por ultrasonidos. Para lograr el control individual de cada soldado, se incorporaría un receptor en el casco de cada uno, que comandaría un pequeño emisor de ultrasonidos. El responsable de la operación podrá, desde el puesto de mando, activar el estimulador de un soldado para despertarlo, o el de otro para que deje de sentir dolor en una pierna. Desde el punto de vista psicológico, la estimulación de algunas regiones específicas del cerebro lograrían que los soldados no sientan culpas ni malestar cuando matan a sus enemigos. Pero por supuesto, cuando todo haya terminado y el aparato deje de emitir sus balsámicos cantos de sirena, la realidad puede golpear con toda su dureza y el sentimiento de culpa frente a lo actuado apoderarse del soldado. Pero en ese momento, con la batalla finalizada, poco le importará a DARPA que el soldado se sienta bien o mal…

“Montar el emisor de ultrasonidos en el casco permitiría una resolución espacial extremadamente específica, lo que aportaría enormes ventajas sobre los enfoques actuales. El control preciso de la profundidad y del lugar que se está estimulando con los ultrasonidos harán de este proyecto algo único”, dice Tyler. Por supuesto, una tecnología como esta también puede convertirse en un arma capaz de desarticular los pelotones enemigos. Cuando esté listo, el ejército de Estados Unidos podría utilizar la maquina puesta a punto por Tyler para generar los efectos contrarios en las tropas enemigas: cansancio, desorientación, estrés o dolor, simplemente pulsando un botón. Aquí ya no hace falta poner un emisor en el casco -algo bastante difícil de hacer cuando el casco es de un enemigo- porque no se necesita un “efecto” especial para cada uno. Se puede hacer aullar de dolor a todo el mundo por igual. Incapaz de dejar de pensar en aplicaciones para su proyecto, Tyler imagina aparatos de estos colocados en las empresas para lograr que los empleados sean más eficientes, o en lugares públicos para intervenir rápidamente en caso de desmanes o frente a un atentado o crisis con rehenes. Si llegamos a dispone de algo como esto, viviríamos en un “mundo feliz”, ya no controlado mediante drogas sino por emisiones ultrasónicas. ¿Se trata de una realidad o es solo fantasía?
Fuentes:
Lo cierto es que las robo-ratas controladas mentalmente, ya existen. Las ratas teledirigidas o robo-ratas, son ratas normales y corrientes que llevan unos electrodos implantados en el cerebro. Desde el ordenador, el investigador les envía señales para indicarles hacia donde deben moverse. Nada impide a las ratas ignorar las señales que les llegan, pero entonces, las descargas que reciben como recompensa en el centro de placer de su cerebro, también se acabarían. Veremos donde acaba todo esto, pero sin duda pone los pelos de punta lo que se podría llegar a hacer con semejantes tecnologías desarrolladas... |
Fuentes:
- [neoteo.com] El mando a distancia mental de Darpa
- [portalcienciayficcion.com] Resolviendo los misterios del cerebro (2)
- [wikipedia.org] DARPA