Lo que proponen Gabrieli y sus colegas del MIT es utilizar ese acervo tecnológico capaz de medir la neurodiversidad humana para predecir el comportamiento futuro de las personas. “Esa predicción”, dice Gabrieli, "puede constituir una contribución humanitaria y pragmática para la sociedad, pero ello va a requerir una ciencia rigurosa y una serie de consideraciones éticas”.
Por ejemplo, un tipo de medida con un simple casco de electrodos (completamente no invasiva y llamada ERP, o potenciales relacionados con un suceso), realizada a las 36 horas del nacimiento del bebé y que determina su respuesta cerebral a los sonidos del habla, es capaz de predecir con un 81% de acierto qué niños desarrollarán dislexia a los ocho años. Y por tanto permitirían aplicar programas educativos especiales a esos niños durante los primeros ocho años de vida, un periodo crucial para el aprendizaje del lenguaje y la comprensión de la lectura. Estrategias similares pueden aplicarse al aprendizaje de las matemáticas y la música, donde también las diferencias entre niños son notables.
Otro ejemplo importante es la predicción de las tendencias delictivas. Esto es cualquier cosa menos una novedad. “El sistema judicial”, explica Gabrieli, “ya está plagado de solicitudes (por parte de los jueces, del fiscal o de los abogados de una de las partes) de predicción del comportamiento futuro del procesado, que se utilizan para elaborar dictámenes sobre qué fianza imponer, qué sentencia dictar, o qué régimen de libertad condicional imponer”.
Por ejemplo, un tipo de medida con un simple casco de electrodos (completamente no invasiva y llamada ERP, o potenciales relacionados con un suceso), realizada a las 36 horas del nacimiento del bebé y que determina su respuesta cerebral a los sonidos del habla, es capaz de predecir con un 81% de acierto qué niños desarrollarán dislexia a los ocho años. Y por tanto permitirían aplicar programas educativos especiales a esos niños durante los primeros ocho años de vida, un periodo crucial para el aprendizaje del lenguaje y la comprensión de la lectura. Estrategias similares pueden aplicarse al aprendizaje de las matemáticas y la música, donde también las diferencias entre niños son notables.
Otro ejemplo importante es la predicción de las tendencias delictivas. Esto es cualquier cosa menos una novedad. “El sistema judicial”, explica Gabrieli, “ya está plagado de solicitudes (por parte de los jueces, del fiscal o de los abogados de una de las partes) de predicción del comportamiento futuro del procesado, que se utilizan para elaborar dictámenes sobre qué fianza imponer, qué sentencia dictar, o qué régimen de libertad condicional imponer”.

Todo esto ya existe, pero se basa en dictámenes de expertos que, actualmente, resultan tremenda y demostradamente imprecisos. Los análisis de neuroimagen que miden el grado de impulsividad del sujeto, su control cognitivo y su capacidad de resolución de conflictos cognitivos, entre otros, tienen el potencial de informar la decisión del juez con una precisión mucho mayor que los actuales dictámenes de expertos. Son solo algunos ejemplos de las posibilidades de esta técnica.
La cuestión principal es encontrar formas legales de garantizar que toda esa información predictiva se utilice para ayudar a los ciudadanos, y no para que las empresas o las instituciones seleccionen a la gente que tiene más probabilidades de éxito. Este, de hecho, es un problema tan difícil que cabe preguntarse si la neuroimagen va a causar más daño que beneficio social.
Pero Gabrieli y sus colegas no lo creen así, por la sencilla razón de que las prácticas actuales son ya muy cuestionables. “Se ha demostrado”, arguyen los científicos, “que las decisiones sobre libertad condicional que toman incluso los jueces más experimentados vienen afectadas por factores como la hora del día y la proximidad de la hora de comer”. Un criterio objetivo de neuroimagen siempre será mejor que esa ruleta, opinan los investigadores del MIT.
Toda nueva técnica plantea en el fondo el mismo dilema ético: que se puede usar bien o mal. Si la experiencia sirve de algo, cabe predecir que al final ocurrirán ambas cosas.
Fuentes: