Harbisson nació afectado de acromatopsia. Eso significa que él lo ve todo en escala de grises. Eso representa un gran hándicap para un artista. Por eso, hace casi una década, decidió que él quería ver lo que los demás ven. El resultado fue el eyeborg y, ahora, en realidad, Harbisson consigue ver más allá de lo que vemos los demás. El dispositivo convierte los colores que le rodean en ondas de sonido que son transmitidas a su oído interno a través de vibraciones producidas por un mecanismo en su cráneo. De hecho, Harbisson escucha y siente los colores.
Y ha llegado a un punto en que el artista ya siente que el dispositivo está plenamente integrado en su organismo, hasta llegar a desarrollar respuestas emocionales a los colores de su entorno.
El eyeborg es tan importante para su vida, que Harbisson ha conseguido algo que se consideraba burocráticamente imposible. Otras personas con implantes cibernéticos externos, como aparatos para poder oír, deben extraérselos al entrar en edificios oficiales. En cambio, la fotografía del pasaporte de Harbisson demuestra que el eyeborg es parte de la cara del artista, que no es un accesorio opcional. Y nadie puede obligarle a quitárselo.
Todo esto sólo es un paso más en la lucha por los derechos de los ciudadanos ciborgs. Harbisson ha fundado la Cyborg Fundation con el objetivo de proteger los derechos de un colectivo cada vez más extendido.
Fuentes:
- [io9] The first person in the world to become a government-recognized cyborg
- [Dezeen] People “will start becoming thecnology” says human cyborg
- [Cyborg Foundation] Extending Human Senses