George Church afirma que la imaginación es el único límite de la Biología Sintética. “Se puede usar la Biología Sintética para generar materiales inorgánicos y orgánicos. Así que podemos generar cualquier material”.
Según él, podemos diseñar el organismo que queramos. “En Biología Sintética puedes cambiar cualquier cosa. Y, además, puedes cambiar muchos genes al mismo tiempo”. “Lo más interesante es que podemos diseñar por ordenador todo el sistema completo, no solamente una pieza. Hace 30 años sólo podíamos hacer un volante, ahora podemos construir un Mercedes Benz completo”.

No son afirmaciones banales, este año ya desarrollaron nuevas tecnologías con las que es mucho más fácil hacer ingeniería genética con animales y con humanos, de modo casi tan sencillo como era antes hacerlo con bacterias; “Podemos coger un modelo humano y hacer una nueva versión que resulte más sana. Podemos sintetizar miles de millones de pares de bases. Ya hemos sintetizado cantidades de ADN mucho mayores que un genoma humano.”
Y convencido, y por increíble que parezca, añade; “Podemos cambiar todo lo que queramos, eso seguro. Da igual si es un humano o una bacteria, podemos cambiar cualquier cosa. Es sólo un problema de dinero.”
Church atestigua que hoy ya es factible diseñar un embrión sano para una pareja con ambos progenitores portadores de una enfermedad hereditaria. Y que esta tecnología podría estar disponible para la gente en los hospitales dentro de poco.
Los usos en el futuros de sus investigaciones es extender nuestra juventud y estar muy sanos hasta que muramos; “Ya tenemos las herramientas para revertir muchos de los componentes epigenéticos del envejecimiento. Podemos coger una célula y convertirla en joven. Así que podemos hacer lo mismo con todas las células de un ser humano.”
Y a la pregunta de si hoy en día se pueden transformar en jóvenes todas las células de un ser humano, responde con suficiencia; “Sí. Sabemos que podemos hacerlo en el laboratorio. Podemos coger de mi piel una célula vieja de 59 años de edad y transformarla en una célula joven, tan joven como cuando era un embrión”.
Lo más sorprendente es lo que añade a continuación; “De hecho, podemos incluso reprogramar epigenómicamente una célula cancerígena y hacer que deje de serlo.”