El tabaco mata a más de ocho millones de personas al año, pero... ¿y si te dijera que podría convertirse en una fuente clave para fabricar medicamentos?
Aunque hoy lo asociamos con enfermedades, el tabaco fue usado durante siglos como planta medicinal. Los pueblos indígenas de América lo utilizaban para aliviar dolores de cabeza, resfriados, llagas o problemas estomacales. Incluso en el siglo XVIII, en Londres, se usaban enemas de humo de tabaco para revivir a personas que se habían ahogado en el Támesis. Curioso, ¿verdad?
Sin embargo, sus riesgos se hicieron evidentes con el tiempo. Y hoy lo consideramos un símbolo del daño a la salud. Pero ahora, gracias a la ingeniería genética, el tabaco podría tener una segunda oportunidad… como salvador.
Muchos medicamentos provienen de plantas, como el Taxol (contra el cáncer) o la digoxina (para el corazón). Pero producir tratamientos más complejos, como insulina o vacunas, requiere procesos carísimos, usando células modificadas en biorreactores que cuestan miles de millones.
Ahí es donde entra el tabaco. Esta planta es muy fácil de modificar genéticamente y puede producir proteínas como medicamentos con tan solo tierra, agua y sol. Es resistente, crece en todo el mundo y genera una enorme cantidad de biomasa. Todo esto la convierte en una candidata ideal para una nueva forma de fabricar fármacos: la agricultura molecular.
En 2012, la empresa canadiense Medicago produjo 10 millones de dosis de la vacuna contra la gripe en un solo mes… usando tabaco. Un logro revolucionario.
Hoy, ya se están probando inmunoterapias contra el cáncer, el VIH e incluso el ébola, todas creadas a partir de esta planta. Y lo mejor es que podrían ser mucho más accesibles para países de bajos ingresos, donde ya se cultiva tabaco.
Además, a medida que cae el consumo de cigarrillos, muchos agricultores en esos países están perdiendo su sustento. ¿Por qué no reconvertir esos cultivos para salvar vidas en lugar de arruinarlas?
Y si miramos hacia el futuro... ¿y si necesitamos producir medicamentos en Marte? Llevar un puñado de semillas de tabaco ocuparía mucho menos espacio que toneladas de medicinas. Y podríamos cultivarlas allá mismo.
El tabaco podría pasar de ser un símbolo de muerte... a una herramienta para preservar la vida.
Como dijo Oscar Wilde: "Todo santo tiene un pasado, y todo pecador tiene un futuro."
¿Será este el futuro del tabaco?