La terapia consistió en un inhibidor de la miostatina para incrementar la masa muscular y evitar la fragilidad del envejecimiento y por otra parte también, prolongar los telómeros. Existen cientos de estudios científicos que relacionan el acortamiento de los telómeros con enfermedades de la vejez. Ya hemos hablado con anterioridad de los telómeros. Para que os entendamos, éstos se encuentran en los extremos de los cromosomas, y se van a cortando con cada división celular (hasta que desaparecen y el organismo se degrada hasta morir). Son un marcador biológico, que nos sugiere la esperanza de vida que puede tener una persona.
Pues bien, una año después ya tenemos los primeros resultados del experimento. Los resultados indican que la terapia ha conseguido revertir veinte años el acortamiento de los telómeros de sus células.
Según las palabras de Parrish: Cuando me sometí al tratamiento tenía 44 años, pero la longitud de mis telómeros indicaba que mi edad biológica era de 65 años. Este dato no es raro para alguien que tiene una vida tan estresante como la mía. Ahora, un año después y tras la terapia, la longitud de mis telómeros se corresponde con la de una persona de 45 años, mi edad.
Pues bueno, esta es la noticia. No deja de ser conveniente que esta mujer haya rejuvenecido 20 años y muestre ahora una edad de 44 (la suya). Que anteriormente al proceso, según dice, su marcador biológico fuese de 65 años, y ahora muestre una edad 20 años más joven: la edad que realmente.
¿Concidencia? ¿Conveniencia? ¿Curioso? ¿O directamente es un engaño?
Supongo que tendremos que esperar todavía algún tiempo, antes de sacar conclusiones más definitivas...