El equipo de seis voluntarios vive en habitaciones próximas unas a otras bajo una cúpula sin aire ni comida frescas o privacidad; así como ningún contacto físico con el mundo exterior durante este periodo.
El experimento denominado «HI-SEAS IV» es el intento más prolongado en el tiempo de simular un vuelo espacial de larga duración. La NASA había realizado pruebas similares, pero de cuatro y ocho meses. Los expertos han estimado que una hipotética misión tripulada al Planeta Rojo durará de uno a tres años. La cúpula bajo la que ya viven estas seis personas mide 11 metros de diámetro y seis metros de alto, y servirá para ver a lo que tendrán que enfrentarse los primeros colonos en el Planeta Rojo.

Una vez a la semana, a la «tripulación» se le permitirá estirar sus piernas en el exterior para realizar experimentos, como si formaran parte de una misión tripulada a Marte. Además se le permitirá comunicar con el control de la misión, sus familias y el público por medios electrónicos, si embargo, tendrá que programarlo con retraso para simular cuánto tardaría el mensaje en viajar desde el Planeta Rojo a la Tierra.
El experimento también busca observar cómo individualmente cada miembro del equipo se enfrentan a la carencia de privadidad, viven del atún y del queso en polvo o pasando tiempo lejos de sus seres queridos y, en general, cómo se desenvuelven como grupo en un espacio tan pequeño. Investigadores de la Universidad de Hawaii Manoa serán los encargados de monitorizar todo esto durante los próximos doce meses.