El astronauta Neil Armstrong, primer hombre que pisó la Luna con el Apolo XI, ha muerto a los 82 años. Armstrong se sometió a una operación cardiaca a principios de este mes para aliviar una obstrucción de las arterias coronarias, una intervención que se complicó, según informan fuentes familiares y compañeros a la cadena estadounidense NBC. Falleció durante su período de convalecencia tras la operación de bypass coronario a la que fue sometido el pasado 8 de agosto. Su familia se mostró “devastada” al informar de su muerte y aseguran que era además “un cariñoso marido y padre”. “Era un héroe estadounidense a regañadientes, porque siempre creyó que sólo estaba haciendo su trabajo”, señala la familia en un comunicado citado por la cadena CNN, en el que subraya su pasión por la aviación y la exploración espacial.

Como comandante de la misión Apolo 11, Armstrong se convirtió en el primer ser humano en pisar la Luna el 20 de julio de 1969. “Fue especial y memorable, pero también muy breve, porque había trabajo que hacer”, declaró Armstrong en 2012 a la televisión australiana. Armstrong y su compañero, Edwin “Buzz” Aldrin, pasaron las siguientes tres horas después del alunizaje andando por la superficie de la Luna, realizando experimentos y tomando fotografías.
“Las vistas eran simplemente majestuosas, más allá de cualquier experiencia visual que haya tenido”, según declaraciones recogidas en su día por el ‘Washington Post’. Armstrong, a los 39 años, fue el primer hombre que pisó la Luna. Quedó para la posteridad como uno de los hitos más importantes de la historia, que se puede resumir en su famosa frase: “Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”.
En su regreso a la Tierra con sus compañeros de expedición Edwin E. Aldrin y Michael Collins, Amstrong abandonó las actividades aeronáuticas para ser catedrático en la universidad de Cincinnati, y, además, recibió numerosos honores y distinciones.
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