Un grupo de investigadores de la Universidad británica de Sheffield afirma haber encontrado formas de vida extraterrestre en la atmósfera de nuestro planeta tras analizar los datos obtenidos por un globo enviado a la estratosfera.
Milton Wainwright, del Departamento de Biología Molecular y Biotecnología de la citada Universidad y director del trabajo, está convencido de que una serie de microorganismos hallados en la estratosfera, a 27 km. de altura, no pueden proceder de nuestro planeta. Destaca el hecho de que el hallazgo se produjo precisamente en el punto máximo de las Perseidas, una de las lluvias de estrellas más espectaculares de cuantas se pueden observar desde nuestro mundo.
“La mayoría de las personas sostendrá que estas partículas biológicas deben, por fuerza, haberse desplazado a la estratosfera desde la Tierra, pero es sabido que una partícula del tamaño de las que hemos encontrado no puede elevarse desde la Tierra hasta alturas, por ejemplo, de 27 km. La única excepción podría deberse a una violenta erupción volcánica (que empujara a esas partículas hacia arriba), pero nada de eso ha sucedido durante los tres años en que hemos estado recogiendo muestras”.
“En ausencia de un mecanismo capaz de explicar cómo estas partículas pueden ser transportadas desde aquí hasta la estratosfera –continúa el investigador- lo único que podemos hacer es concluir que esas entidades biológicas se originaron en el espacio. Por lo tanto, nuestras conclusiones son que la vida está llegando continuamente a la Tierra desde el espacio, que la vida no está restringida solo a nuestro planeta y que es prácticamente seguro que no se originó aquí”.
Milton Wainwright, del Departamento de Biología Molecular y Biotecnología de la citada Universidad y director del trabajo, está convencido de que una serie de microorganismos hallados en la estratosfera, a 27 km. de altura, no pueden proceder de nuestro planeta. Destaca el hecho de que el hallazgo se produjo precisamente en el punto máximo de las Perseidas, una de las lluvias de estrellas más espectaculares de cuantas se pueden observar desde nuestro mundo.
“La mayoría de las personas sostendrá que estas partículas biológicas deben, por fuerza, haberse desplazado a la estratosfera desde la Tierra, pero es sabido que una partícula del tamaño de las que hemos encontrado no puede elevarse desde la Tierra hasta alturas, por ejemplo, de 27 km. La única excepción podría deberse a una violenta erupción volcánica (que empujara a esas partículas hacia arriba), pero nada de eso ha sucedido durante los tres años en que hemos estado recogiendo muestras”.
“En ausencia de un mecanismo capaz de explicar cómo estas partículas pueden ser transportadas desde aquí hasta la estratosfera –continúa el investigador- lo único que podemos hacer es concluir que esas entidades biológicas se originaron en el espacio. Por lo tanto, nuestras conclusiones son que la vida está llegando continuamente a la Tierra desde el espacio, que la vida no está restringida solo a nuestro planeta y que es prácticamente seguro que no se originó aquí”.

Uno de los organismos encontrados por los científicos en la atmósfera
Wainwright afirma que estos resultados pueden ser revolucionarios: “Si la vida sigue llegando de forma continua desde el espacio, entonces debemos cambiar por completo nuestra visión sobre la Biología y la evolución. Habrá que reescribir por completo los libros de texto”.
Wainwright asegura que su equipo ha extremado las precauciones para evitar la posibilidad de contaminación tanto durante la recogida como durante el análisis de las muestras. Es decir, que los resultados obtenidos no pueden deberse a que algún organismo terrestre se haya “colado” por error.
Tanto Wainwright como sus colegas esperan poder extender y confirmar sus impactantes resultados llevando a cabo un nuevo vuelo en octubre, coincidiendo con la lluvia de estrellas asociada al cometa Halley. El investigador espera encontrar entonces nuevos organismos que no dejen lugar a dudas.
Si las conclusiones de Wainwright se demuestran sin lugar a dudas, podríamos estar contemplando en directo un episodio de “panspermia” en el que un cometa “siembra” vida en nuestro planeta.
“La prueba definitiva llegará con un próximo experimento, absolutamente crucial, llamado “fraccionamiento isotópico”. Entonces tomaremos algunas de las muestras que hemos aislado, procedentes de la estratosfera, las introduciremos en una máquina y apretaremos un botón. Si el porcentaje de ciertos isótopos arroja un determinado número, entonces los microorganismos proceden de la Tierra. Si el número es otro, entonces proceden del espacio. Obviamente, la tensión que tenemos es tal que resulta casi imposible vivir con ella”, asegura Wainwright.
El equipo ya tiene preparados nuevos datos que aparecerán durante las próximas semanas.
Fuentes: