No pretendo ganar ningún premio ni tocar nada a nadie. Y seguramente mis relatos serán los peores del mundo, no digo lo contrario. Pero el hecho de no mencionar los errores, míos o de quien sean, no va a hacer que éstos desaparezcan.

Cuando digo algo, lo argumento. Si alguien cree que estoy equivocado, basta con argumentar en contrario. En cuanto a las formas, prefiero la sinceridad a las palmaditas en la espalda.

En lo que respecta a este relato, aunque puedo equivocarme, como cualquiera, creo no haber dicho nada que no sea cierto. Algunas cosas son, simplemente, de sentido común.