Yo creo que la explosión del libro electrónico tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Lo bueno, sencillo, que permite a escritores y lectores llegar a rincones quizá inaccesibles de otra forma. Novelas al alcance de la mano (o de un click), escritores con posibilidad de darse a conocer, véase el caso de la Hocking, y que, quizá, por vicisitudes del mercado, pues no olvidemos que la literatura, como cualquier otro arte, al final es un negocio, no hubiesen podido llegar. Globalización, facilidad de comunicación entre autor y lector y libre circulación de contenidos. Esos son para mí los aspectos más positivos.

Los negativos, pues sólo uno, la masificación tiende a producir demasiada basura. Cada vez nos va a resultar más complicado separar a los buenos escritores de los malos. Todos, con un poco de paripé, nos podemos agregar cuatro o cinco comentarios positivos en la página de Amazon de la novela y atraer así a clientes despistado hacia una mediocre o mala creación.

Pero bueno, la solución es saber separar el grano de la paja. Escritores buenos siempre quedarán y surgirán.