viajeros de azul

[nekoland]

De entre el aroma de las flores la suave brisa de aquella noche delató la presencia de su esposa tras él. Quizás la única persona que entendía la magnitud de sus sueños para el clan. Ella se acercó hasta rozarle con sus pechos la espalda y colocarle con delicadeza una de sus manos sobre el hombro. Él inspiró y cogió su mano para atraerla a sus labios y besarla con dulzura…
Destemplada, casi fría al contacto con sus labios, a ella también la afectaba todo aquello… Antius se giró suavemente para mirarla a la cara y prometerle que no tenía por qué preocuparse. Incredulidad, sorpresa, horror… nada de vida sostenía a su amor. Tras ella el siniestro rostro de Cayo que la mantenía erguida, con los talones elevados del suelo, sujetando con la izquierda la cuerda con la que la estranguló y que aún permanecía enrollada a su cuello. Antius no fue capaz de soltar siquiera la mano cuando Cayo le atravesó el corazón con su espada. Cuando su asesino la extrajo él cayó lentamente de rodillas, incapaz de recuperarse por hallarse en su forma humana y mientras dirigía la mirada nuevamente hacia ella, que ya se semejaba a un muñeco roto, Cayo sin prisas ni piedad separó de un solo corte su cabeza del cuerpo. A continuación y a pesar de creer haber descubierto que en su forma humana se les daba muerte al romperle el cuello volvió a hacer uso de su espada y decapitó a la esposa.