"El novelista que pretende darnos una imagen exacta de la vida debe evitar cuidadosamente cualquier encadenamiento de hechos que pudiera parecer excepcional. Su finalidad no estriba en contarnos una historia, divertirnos o entristecernos, sino en forzarnos a pensar, a comprender el sentido profundo y oculto de los sucesos. A fuerza de observar y meditar, mira el universo, las cosas, los hechos de los hombres de cierto modo que le es peculiar y que se deriva del conjunto de observaciones meditadas. Ésta es la visión personal del mundo que intenta comunicarnos reproduciéndola en su libro. [...] Ahora hago una comparación de una descripción de este escritor y la de otro que recientemente he leído. Jean Y Pierre de Guy de Maupassant. "Roland contempló como de costumbre la dársena del Comercio, prolongada por otras dársenas y donde los cascos de los grandes buques, descansando en la arena, se alineaban en cuatro o cinco hileras. Los numerosos mástiles, sobre una extensión de varios kilómetros de muelle, todos con sus vergas, sus flechas y sus cordaje, daban a aquella abertura, en medio de la ciudad, el aspecto de un bosque seco. Por encima de este bosque sin hojas volaban las gaviotas, preparadas, dispuestas a lanzarse como una piedra que cae sobre los desperdicios qeu caían al agua; y un grumete, que ataba una polea en el extremo de un sobrejeanete, parecía haber subido en busca de nidos." [Pág. 35 de Pierre y Jean] Esta es la soberbia y breve descripción que hace Maupassant de un pueblo pesquero francés. La comparo con esta otra descripción de Paolo Bacigalupi en su novela "La chica mecánica": "La noche malaca era negra y viscosa, una selva poblada de los chillidos de las aves nocturnas y el palpitante zumbido de los insectos. En el puerto, las aguas oscuras batían suavemente ante ellos. Él y Cuarta Hija, esa perra callejera que no servía para nada, la única que había podido mantener, se escondieron entre los embarcaderos y los botes que se mecían, y cuando la oscuridad se hizo soberana de todo, la condujo hasta el agua, donde las olas corrían al encuentro de la playa en avalanchas acompasadas y las estrellas eran alfileres de oro prendidos en la negrura sobre sus cabezas." [ Pág. 115 de la "Chica mecánica] Provoca hilaridad (al menos a mí) la comparación de lo que es una impecable descripción con otra que no le llega a la suela de los zapatos. Paolo Bacigalupi cuenta una historia pero en absoluto sabe escribir y no le han dado el Premio Hugo por ser escritor creo yo. Porque sale muy mal parado si le compara con un gran escritor como Maupassant. Su lenguaje es rimbombante y ridículo, sus comparaciones futiles y estúpidas: comparemos el bosque seco sin hojas con la imagen de estrellas como alfileres de oro. ¿Alguien duda que hay que leer a los clásicos? Cuanta mediocridad premiada hay hoy en día.
Última edición por oriafontan; 27-Oct-2011 a las 10:04
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