(22) Jim Munroe: "Todos de Silicio" Bajo licencia Creative Commons Attribution-
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Doug (VII)

Tras ser esposado y vendado, Doug iba a la deriva. Estaba exhausto...
(...)

-"Te estás ablandando, mierda inútil," dijo ella.

("Llévalo con calma.")

-"Perdón."

-"¿Perdón... qué?"

-"Perdón... ama."

-"Eso está mejor, gusano llorón," dijo ella azotándole el pecho.

(Ouch. Joder)

Doug cerró los ojos bajo la venda y trató de averiguar porqué las bonitas bromas estándar sonaban como insultos. Siempre le habían parecido como algo poco divertido y esteriotipado, sólo charla dura sexual. Pero solía excitarle ver a Cheryl tan agresiva, tan diferente de su yo normal.

(...)

Escuchó a Cheryl rebuscar en su caja de juguetes pensando sobre lo ocurrido dos navidades atrás cuando él le había regalado su kit de iniciación.

En una reunión de personal, Doug había estado anunciando a campana que aún tenía que hacer la compra del regalo para Cheryl y Lauden había sugerido una marca japonesa llamada DominaTrix Aplenty por su buen precio y construcción. Un poco esteriotipado, supuso Doug, pero, qué demonios. Al fín, resultó que ella le había regalado La Guía Completa del Último Idiota. No fue una coincidencia tan enorme, supuso, S/M estaba en alza ese año con el estreno de aquella película. Pero, maldición, ¿acaso le hizo todo aquello parecer alguna vez ser el mejor de los maridos?.

Incluso aunque el juego era bastante suave, a Doug le divertía ver a su esposa en una buena sesión de látigo. Pero los últimos tres meses había sido diferente. Él lo sentía más personal, de algún modo. Cuando le llamaba cosas, él pensaba sobre su chapuza financiera y se preguntaba si aquellos nombres no serían precisos, en realidad. Cuando habìa estado en la cima de la agencia, la idea de ser tratado como esclavo era divertida, incluso seductora en su novedad. Pero él ya no estaba en la cima de la agencia.

(...)

De pronto, sintió moverse la cama cuando ella cambió de posición. Luego sintió un toque en la espalda.

(...)

-"¿Qué... qué es ésto?" dijo Cheryl calladamente, su voz era agitada y fuera del papel.

-"¿qué es qué... Cheryl...Ama?"

Ella estaba frotando un punto en su espalda. "¿Es un...tatuaje? ¿Un logo? ¿Qué... qué es ésto, Doug?"

Oir su nombre implicaba que el juego se había terminado.

-"No lo sé."

-"¿Qué quieres decir con No lo sé?" su voz era de frenético disgusto. "¿No pensabas que lo vería?"

-"Yo, honestanente; no sé de lo que..."

-"Oh, Doug," dijo ella con grave decepción.

Se levantó de la cama. (...)

-"¿Me dirás, al menos, lo que es?" preguntó Doug.

Cheryl hizo un sonido denotando molestia cuando salió del dormitorio.
Doug se dió la vuelta y trató de quitarse la venda con los pulgares.

("Demasiado apretado. Mierda. ¿Qué es lo que hay en mi espalda? Ella había dicho logo. ¿Era éso lo que era?")

Doug recordó, unos pocos años atrás, cuando Cheryl había sugerido que se hicieran logos cada uno por su aniversario. Había visto un episodio de Oprah sobre ello y pensó que sería romántico. Aunque a Doug no le entusiasmó la idea pues recordaba a alguien hablar sobre alguien que se había hecho uno con el nombre mal escrito. Y, a diferencia de un tatuaje, esas cosas eran permanentes.
Por supuesto, él sabía cuándo había ocurrido lo que fuera que era: esa noche en la que él, Lauden y esa chica habían ido a esa fiesta.

-"¿Cariño?" llamó. ¿Qué hora es?

Quizá estaba sirviendo el desayuno. Podía oir voces... Olivia se había levantado. Confió en que Cheryl le diría que no entrase. No sería la primera vez que ella veía a su Papi atado hasta arriba, pero no se sentía con ganas de dar largas explicaciones antes de tomar café.

Quizá pudiera llamar a Lauden y preguntarle lo que habìa ocurrido.
Recordaba que, después de salir del Coors, habían ido al Pilar. Recordaba que la chica quedó impresionada con la comida; pero probablemente, era fácilmente impresionable. Bueno, ciertamente lo era, pues se había reído mucho con los chistes de Doug.

Su reloj sonó. Cheryl respondió.

("¡Otro chico de los envíos!. Dios la maldiga. ¡¿El desayuno también?!"), Doug echaba humo.

Pero luego, recordó con culpabilidad cómo había luchado contra Lauden por la cuenta del Pilar. Por no mencionar su insistencia en comprar algo de dopa antes de ir a la fiesta. La cerveza y la belleza siempre le convertían en un derrochador.

Tras la dopa, los recuerdos de esa noche se interrumpían en diminutas secuencias. Lauden en el taxi, despidiéndose con la mano de él y la chica; La chica caminando por la cerretera con él hacia un extraño lugar; Él contándole a ella lo precioso que era su pelo...

("Oh dios ¿se había acostado con ella?")

...La fiesta misma y él, de pie, inmóvil en el remolino de todo tipo de rarezas y césped, observando crecer esa cosa planta mural, inhalando el humo de algo...

La puerta del dormitorio se abrió y se cerró. Aguardó a que Cheryl dijera algo pero sólo la oía vestirse. Al fín, ella dijo: "¿Estás dormido?"

-"No."

-"Eso es un cambio," dijo ella tratando de sonar leve pero sonando amargada.

Doug oyó el tintineo de llaves.

-"¿Sabes, Doug?," dijo Cheryl mientras le liberaba, distinguiendo las palabras. "He tenido ofertas."

Sus manos cayeron y él las dejó caer.
("¿Ofertas de empleo?")

Se obligó a respirar.

("¿Y si quería ahora irse a buscar un empleo en Frisco?")

Siempre habían querido ir como una familia pero Doug sabía que estaba ansiosa por volver a la fuerza laboral...

("¿Y si quería ahora el dinero para mejorarse?")

Se alborotó frenéticamente en busca de una excusa. Tiró de la venda y cerró los ojos, cegado por la brillante luz matinal.

Cheryl, totalmente vestida, estaba lanzando las esposas en la caja de juguetes.

-"Tienes suerte de que fuera un idiota," dijo ella, su cara estaba compuesta de tristeza.

Cerró la caja de juguetes y la empujó fuera de la vista.

("Oh. ESE tipo de oferta.")

La miró a la cara, no sabía qué decir. Suspiró otra vez.

-"Oh, deja esa mierda," dijo Cheryl saliendo de la habitación.

Se levantó, frotándose ausente sus muñecas magulladas y dió pasitos hacia el cuarto de baño. Se giró y miró su espalda para ver sobre lo que trataba todo el jaleo. Tuvo que ponerse de puntillas para hacerlo.

Era un pequeño círculo con una "i" dentro de èl. Le llevó unos segundos relacionarlo como la etiqueta de Los Infiltrados. Lo frotó...era un tatuaje. Probablemente radiado cuando estuvo distraído en la fiesta.
Levantó la tapa y orinó. Trató de recomponer sus recuerdos de la fiesta pero todo lo que tenía eran fragmentos. Podía visualizar el edificio en el que estuvo: el techo mayormente destruído y las estrellas. El suelo cubierto de tierra.

("O la habían llevado dentro o habían quitado el suelo.")

También había algún tipo de música pero no podía recordar de dónde venía, si era la gente la que la hacía o qué...

("¡Y los humos!")

El incienso estaba por todos lados pero no picaba ni ahogaba...justo lo contrario, hacía sentir sus pulmones infinitos, como si pudiera respirar ese aire frío y delicioso para siempre.

Mientras el agua bajaba en espiral por la taza, recordó la planta mural. Sólo podía verse de lejos, no tenía sentido de cerca. Tenías que ir hasta una plataforma superior alejada y, entonces, se podía ver el diseño espiral.

Había pensado que, quizá, si encontraba un lugar lo bastante alto, podría ver los esquemas de su vida.

* * * * *

Doug daba animados pasos por el centro comercial tratando de no arrastrar a Olivia.

-"Vamos, chica," dijo, "Tenemos que ir con mamá dentro de una hora."

-"Eso es mucho tiempo," se quejó Olivia tratando de parar en una ventana que mostraba la última banda del chico, vestida a cuadros. Uno de los miembros estaba burlándose de la audiencia con la lengua fuera y Doug frunció el ceño.

("Encantador."), pensó notando que su irritación paternal implicaba que la agencia que reunió a Pole Position habìa hecho bien su trabajo.

-"Habrá tiempo para comprar ventanas después de que Papi haya hecho lo que tiene que hacer." prometió jovialmente.

Escaneó los nombres de la tiendas, vió uno que parecía prometedor: Logo XXX.

Se paró en la pantalla, Marca Prometedora, Obra de Piel,
Musculado, Bod Mods de Todas Clases, y tras unos segundos, una rubia alta vestida con una bata caminó por dentro de la pantalla.

- "Hola ahí," dijo el holograma desatándose el cinturón, "Acabo de terminar un trabajo en Logo XXX que me moría por enseñarte..."

Siguieron caminando. No hizo lista específica de lo que él necesitaba y parecía que iba plantear todo tipo de preguntas en la mente de nueve años de Olivia. Un segundo después: "¿Papi?"

-"¿Si, Oliviaceite?" dijo él deseando que no hubieran parado.

-"¿Cuándo nos vamos a Frisco?"

-"¿Porqué lo preguntas?" dijo tratando de mantener la agudeza de su voz, deseando que hubiera sido una inocente pregunta sobre sexo.

Llegaron a un escalador.

("Vamos, está aquí, en algún lugar...")

-"Porque Savana, la nueva, se fue hace unos dìas. Tiene tanta suerte. Mi escuela es tan cutre."

("Cutre es todo lo que puedo permitirme, mi dulce niñita.")

El escalador se movía despacio pero Doug no tenía energía para andar. Evitando los ojos de Olivia, encontró la tienda que estaba buscando.

-"Allí está," dijo Doud señalando.

Olivia giró la cabeza. "¿Dónde?"

La pantalla de la ventana del Dr. Bodmodz era comparativamente austera, más como de hospital que de lupanar. El interior no había cambiado mucho desde que había estado aquí con los amigos unos veinte años atrás.

("Jesús.")

La recepcionista se apoyaba en el marco de la puerta. Era una señora en sus últimos sesenta con un corte de pelo conservador. A Doug le alegró: siempre se sentía bobo al discutir estas cosas con alguien más joven que él.

-"Uh, hola," le dijo a la señora de sólidos ojos negros pero con sonrisa de bienvenida. "Me gustaría quitarme un tatuaje."

Ella asintió y Doug apreció sus maneras profesionales.

("Nada de sarcasmo aquí.")

-"Puede usar la cabina uno. ¿Y para la señorita?"

Olivia soltó una risilla pero era demasiado tímida para responderle a la mujer.

-"Papi, ¿puedo hacerme un tatuaje?" susurró ella.

-"Claro, cariño," dijo él contento de que ella estaría ocupada.

Antes de entrar en la cabina, miró a su carita de satisfacción: "¡Pero nada de implantes!"

Ella negó con la cabeza y sus rizos rubios se balancearon. La señora le estaba mostrando cómo elegir un dibujo.

Doug cerró y atrancó la cabina. Una caricatura de un amiguito redondo con esmoquin apareció: "Hola, Soy el Doctor... "

-"Quitar tatuaje," dijo Doud para ver si podía saltarse la introducción. El dibujo gorjeó: "¡No hay problema! Ppr favor, muestre el área el tatuaje." Doug lo hizo.

Un rayo de luz escaneó rápidamente su cuerpo y proyectó una imagen ampliada del tatuaje.

("Ojalá que Lauden haya venido a la fiesta. Podría preguntarle lo que pasó.")

-"Diagnóstico: tratar este tatuaje costará $130.54 y llevará menos de un segundo. Debe saber que el tatuaje, en realidad, no desaparece. El área es radiada con el mismo.color qie su piel circundante. ¿Desea la operación?"

("Debo de haber balbuceado algo sobre mi misión de Los Infiltrados y algún chico pensó que sería divertido etiquetarme una i dentro del círculo. Sí."), pensó entrecerrando los ojos para ver la imagen ampliada.

("Incluso es borrosa...lo hizo con algún chisme barato portátil.")

Justo cuando empezaba a sentirse mejor, notó que era borrosa de forma extrañamente regular.

-"Amplía imagen al 500%," dijo.

Ahora la imagen ocupaba la mayor parte del muro de la cabina y estaba claramente hecha con números y letras, tan densamente empaquetados, que semejaban una imagen sólida.

("Santo dios, ¿qué demonios es ésto?").

Se quedó de pie allí durante un segundo.

El doctor de dibujos empezó a dar golpecitos en el suelo con el pie: "¿Y bien?"

En un soplo de inspiración, usó su reloj para escanear la imagen.

- "Esta imagen parece ser un archivo encriptado. Desencriptando...", dijo el reloj.

-"Tengo otros pacientes, ¿sabe?," dijo el doctor, irritado "Y, francamente, estoy perdiendo mi.paciencia con..."

-"Vale," dijo Doud.

El tatuaje quedó limpio.

-"Desencriptado completo. Conectando..."

-¿Conectando...a qué?

Su reloj proyectó en su retina una oficina. Había un hombre en su escritorio cuyas facciones estaban cambiando constantemente.

-"Hola Doug," dijo él buscando algo. "Me alegro de que te pusieras en contacto."

-"¡Desconecta!," dijo Doud entrando pánico.

El silencio en la cabina fue súbito y completo. El doctor de dibujos se había ido. Esperó un segundo para que su reloj sonara, pero no lo hizo..

("¿Quién demonios era ese?")

Se vistió y abrió la puerta.

- "¡Recuerde pagar a la enfermera a la salida!" , le indicó la voz del doctor tras él.

La enfermera alzó la vista cuando él cerró la puerta de la cabina.

-"¿Todo ha ido bien?" preguntó preocupada al ver su mirada afligida.

-"Estoy...todo va bien," dijo él.

Olivia se giró y le mostró una sonrisa. Tenía un vívido tercer ojo de largas pestañas en mitad de.la frente.

- "¿No es precisoso?. ¡Igual que Ultrachica Suprema!"

-"Muy bonito, cariño," dijo con sonrisa fatigada.

La enfermera había calculado el total. Doug tocó la placa de pago con su reloj, ya saboreando los Big Macs que estaría comiendo cada día de la siguiente semana.

-"Gacias por venir a Dr. Bodmodz... la cirugía más divertida de toda la ciudad." dijo ella.

Salieron de la tienda y les llevó un tiempo regresar al punto se encuentro. Naturalmente, el nuevo album de Pole Position: ¿En Qué Posición Quieres Mi Pole? fue comprado por el camino. Llegaron algunos minutos tarde pero Cheryl aún estaba de compras. Él escaneó a la pequeña multitud buscándola, imaginando que cada minuto adicional arrancaba dinero de su cuenta.

-"Ooh, sólo soy un sucio mono grasiento," cantaba en voz baja Olivia a dúo con su reloj. "Ooh, si me miras el bum puedes ver," ella dijo. "¿Quieres oir, Papi?"

-"No, pequeña," dijo distraídamente apollado en la barandilla.

Escaleras abajo en la planta inferior, había un poco de conmoción.

La seguridad del centro trataba de acompañar a alguien hacia la salida. Era una mujer joven de vestido chillón. Estaba gritando algo y Doug
trató de oir lo que decía.

-"¡No podéis controlarme!" decía con sus labios pintados doblados de rabia.

Un guarda de seguridad alzó una mano para tranquilizarla mientras llevaba la otra hacia su pistola.

-"No, ¡que os dén! ¡No voy a irme hasta que consiga lo que quiero!"

El guarda de seguridad, sonriendo, dió unos pasos hacia ella con la mano aún extendida. Ella le agarró por la muñeca y le retorció el brazo hasta que mantuvo al hombre con una presa en el cuello.

De pronto, el resto de guardas fue apuntado por una pistola que parecía absurdamente grande en su mano. Ella la agitaba alrededor frenéticamente, haciendo huir a los clientes.

Doug cogió a Olivia y la separó de la barandilla.

La mujer golpeó al guarda que tenía agarrado con el culata de la pistola y éste dejó de resistirse. Otro guarda alzó las manos con los ojos abiertos por la conmoción.

- "¡Lo quiero grátis!" le gritó.

Doug suspiró aliviado y dejó libre a Olivia, sintiéndose bobo. Olivia volvió a la barandilla y observó.

El guarda negó con la cabeza y la mujer le disparó en el ojo. Su cuerpo se derrumbó como un castillo de naipes. Su cabeza golpeó el suelo.con un "splick" húmedo y la sangre se concentró alrededor de ella. Parecía, desde el ángulo picado de Doug, un halo rojo.

La mujer, dió una patada al bulto gimoteante a sus pies y caminó hacia la salida.

-"¡Sois una jodidas ovejas!" gritó a los clientes del centro comercial moviendo la mira saler por la masa acurrucada. "¡Hacéis todo lo que os dicen!"

El otro guarda de seguridad se había recuperado y se erguía en posición arrodillada deslizando la pistola fuera de la funda lentamente con torturadora precaución mientras la mujer harangueaba a la multitud.

-"¡Pagáis todo lo que os dicen que paguéis!. Bien, pues...¡que les dén...! "

Le llevó apenas un segundo girarse y disparar al guarda, que cayó con una herida axfisiante en la garganta.

- "¡Liberaos vosotros mismos!" gritó disparando al aire, un disparo por cada palabra: "¡Liberaos...Vosotros...Mismos!"

Cada uno de los tres disparos soltó una bandera plateada que se desplegó desde el techo en cúpula del centro.comercial. Las banderas decían: Paquete Plata de Usted, ¡Ahora es Grátis! y Restricciones Aplicadas.

La mujer desapareció y la mayoría de la gente ya se había dispersado pero había un barullo sano. La gente estaba señalando las banderas y sonriendo, si era a causa de la sorprendente oferta o a causa de que probaban que todo había sido una escena, era difícil de saber.

-"¿Porqué siguen allí tirados, Papi?" dijo Olivia con voz aburrida.

Él miró sobre la barandilla a los dos guardas que, ciertamente, parecían convincentemente muertos. Le vino la perturbante idea de que habían decidido llevar la ahogante estrategia de mercado a un nuevo extremo pero no lo dijo en voz alta.

-"Creo que es para mantenernos atentos." dijo. "Probablemente haya toda una escena secundaria con bolsas de cadáveres o zombies o viudas de luto."

Aunque, principalmente, él estaba confundido con la oferta. El Plata no era tan malo. No tenía ninguno de los frills pero no era el equivalente de ropas de plástico como lo era el Bronce. Tenía cierta dignidad y quizá, tras pocos años podía trabajar hasta el Oro...

-"Olivia, ¿pero qué...?" exclamó Cheryl con sus brazos llenosde paquetes de Deportes Gap y Camino Seguro.

-"¡Soy Ultrachica Suprema!", cantó Olivia.

Ella se frotó la sienes con loa dedos alrededor de su tercer ojo.

- "Yo predigo que... ¡hay algo de chocolate para mí en esa bolsa!" dijo ella.

Cheryl le dió una sonrisa lánguida.

- "Quizá cuando volvamos al coche...bueno, a casa," corrigió.

Doug sintió una punzada de culpabilidad...

("¿Quién va al centro comercial en taxi?")

...y la sublimó cogiendo algunos paquetes que llevaba.

-"Tengo algo aquí para tí," dijo señalando con la barbilla una bolsa de Secretos Victorianos.

-"Es una réplica exacta de los que solían usar en los burdeles en 1900."

Él miró dentro y vió el mango de un látigo.

-"Yiiijaaa,", dijo alzando las cejas.

("Juguetes sexuales de época.")

Cheryl era tan 18—34. Empezaron a salir del centro comercial.

-"¿Algún problema con tu...?" empezó Cheryl.

-"No, no, era sólo una obra radiada de broma," dijo Doud, desesperado por dejar el asunto. No podía pensar en ello en ese momento. "Debe de haber ocurrido en la fiesta."

Cheryl cogió a Olivia de la mano, negaba con la cabeA cuando miraba su nuevo tatuaje.

-"Tiene fotos de escuela la semana que viene, ¿sabes?"

Doug se golpeó la frente.

- "Oh, maldición."

Llegaron al escalador. Doug señaló una de las banderas.

- "¿Has visto el anuncio...?"

-"Por eso llegué tarde, estaba llena de miedo," dijo con una mueca. "Esas estúpidas cosas me engañan siempre."

Llegaron al nivel donde yacían los cuerpos y Cheryl agitó la cabeza.

- "Van demasiado lejos."

Doug, normalmente, habría señalado a los adolescentes con capucha que curioseaban en torno a los cuerpos y dicho que reacción positiva compensaba su ligera desaprovación... demográficamente hablando. Pero no quería empezar una charla de tiendas ahora mismo. Quería tantear las aguas.

-"Sí," dijo él. "pero es una muy buena oferta. Estoy tentado de apuntarnos."

Las cejas de Cheryl se elevaron.

- "¿Apuntarnos? ¿al Plata? Estás bromeando. Estás bromeando, ¿verdad??"

Doug sonrió con valentía, temblando por sentro.

-"No, en serio," dijo levemente, "Piensa en el dinero que ahorraríamos."

Le peinó un rizo a Olivia mientras escuchaba a Pole Position.

-"¿Qué pasa si en el trabajo te necesitan allí?" dijo con un tono histérico ascendente. "Me refiero a que, el dinero que ahorraramos si estuviéramos en Frisco, podría volver en un empleo que diera dinero en vez de..."

Doug estaba riendo con las manos en los bolsillos y paseando.
Le dolía el pecho por la insinceridad de la risa, pero funcionó.

-"Serás capullo," dijo Cheryl golpeándole en el brazo.

-"No me sorprende que ese anunciobte asustara," dijo él. "¡Eres una boba!

Olivia, captando sólo el final de la frase cantó.

- "¡Tú boba madafaka!"

Todos se rieron, dejaron el centro comercial y entraron en un taxi que parecía esperarles.

* * * * *