The Netfighter:

[cazaazor]

Sí, bueno, vale, señor Admin tiene usted razón.

Es que estaba practicando mis habilidades literarias, si es que tengo alguna.

Pero de forma inesperada he expuesto la posibilidad de que en el futuro, surjan guerras electrónicas en Internet.

Bueno, en realidad estas guerras ya son un hecho, solo que en el futuro serán mucho más importantes que ahora.

También digo que la humanidad en el futuro podrá estar esclavizada mediante sistemas de control mental subliminal, y que como es de esperar unos pocos rebeldes a los que este control mental no les afectará, por causas varias como daños cerebrares, la dislexia, etc., pues, que estos tipos lucharán para liberar al resto del mundo.

En julio de 1968, en el hospital vietnamita de Bien Hoa se implantaron electrodos en el cerebro de prisioneros del Viet Cong, para comprobar si era posible dominar la mente ajena mediante impulsos eléctricos. La tarea estuvo a cargo de Edwin Land, un ingeniero que, en nombre de la CIA, creó el grupo SEI (Scientific Engineering Institute, Instituto de Ingeniería Científica). Los resultados obtenidos nunca se publicaron y los prisioneros fueron asesinados.

Además el interés de la CIA en este tipo de experimentos, comenzó mucho antes de Vietnam, en 1963, es cuando publicaron un manual de 350 páginas en el que se explicaba: “Cuando una parte del cerebro recibe un pequeño estimulo de fuentes externas, por la visión, el oído, etc., se puede reproducir una emoción parecida a la ira que se desata al ver a alguien pegar a una mujer mayor. Y esta emoción puede crearse artificialmente”.

Basta una conexión a Internet para gobernar tus pensamientos, “y nada más”. ¿No lo creen? Hace unas semanas, Rajesh Rao, profesor de la Universidad de Washington, se colocó un casco especial conectado a un electroencefalógrafo (EEG) y a Skype. Mediante el EEG los pensamientos de Rao llegaban a su colega Andrea Stocco, a kilómetros de distancia, que conectado a otro casco recibía las ondas que estimulaban la región de su cerebro que coordina el movimiento. Cuando el primero pensó en pulsar un botón, el dedo de Stocco se movió y lo pulsó.

Vladimir Putin, Presidente de la Federación Rusa, ya ha anunciado en una entrevista en el Herald Sun, que dentro de 10 años existirá un arma capaz de doblegar la voluntad humana. Lo inquietante es que la idea no es nueva y esto podría ser ahora una realidad.

En plena Guerra Fría, los rusos dirigieron un constante flujo de microondas en una frecuencia de 2,5 a 4,0 GHz a la oficina del embajador de Estados Unidos en Moscú.

El ardid fue descubierto en 1962 y los estadounidenses llenaron la embajada de monos, para saber qué consecuencias podían traer estas ondas. Al cabo del tiempo, los animales desarrollaron anomalías en la sangre y un número inusual de cromosomas.

Pero para los empleados de la embajada ya era tarde. Un estudio publicado sobre este caso en Environmental Health aseguraba que el 40% tenían los glóbulos blancos por las nubes; y el embajador, objeto directo del ataque, murió de una enfermedad similar a la leucemia, después de padecer terribles dolores de cabeza y sufrir que los ojos le sangraran constantemente.

Ante estos sucesos, la inteligencia estadounidense decidió tomar cartas en el asunto y creó el Proyecto Pandora, cuyo objetivo era sembrar la mente de los enemigos con voces que les dieran órdenes. Y para conseguir esto el plan era utilizar microondas de muy baja frecuencia.

Después la CIA reclutó al psicólogo Donald Ewen Cameron como líder del proyecto. Este especialista sumía a pacientes en coma durante largos períodos (su récord fueron tres meses), mientras les hacía escuchar cintas con órdenes repetidas una y otra vez. Para la CIA, la prueba de que este método era eficaz fue el desfile de pacientes de Cameron que se paseaban por el gimnasio del hospital recogiendo papeles: el médico les había hecho escuchar, durante semanas, el siguiente mensaje: “Si ves un papel tirado en el suelo, querrás recogerlo”. Gracias a este éxito, la CIA financió sus experimentos durante 20 años.

Otro reconocido científico que trabajó en la CIA fue un español, José Delgado. Este neurofisiólogo malagueño se hizo conocido por la creación de unos pequeños electrodos denominados “estimorreceptores”, que operaban mediante ondas de radio y al insertarse en el cerebro permitían modificar el comportamiento de quien los llevara puestos, aun cuando estuviera a kilómetros de distancia de la fuente emisora.

Un día Delgado logró frenar en seco la embestida de un toro, únicamente pulsando un botón. Para este científico español, “el control físico de las funciones cerebrales es un hecho demostrado”, aseguraba en 1970. Por medio de la estimulación eléctrica de estructuras cerebrales específicas, la hostilidad puede aparecer y desaparecer, la jerarquía social puede ser modificada, el comportamiento sexual cambiado, y la memoria y las emociones influenciadas por control remoto.

Hoy día y con su ordenador personal se pueden hacer inaudibles las palabras habladas de una grabación, mientras que su cerebro sigue siendo capaz de percibirlas y procesarlas correctamente, de hecho su cerebro las percibirá mucho mejor así que de forma consciente.

Además alguien puede dirigirse siempre que quiera a las capas más profundas de su mente, ya sea cuando usted esté durmiendo, trabajando, relajándose o haciendo una masa de pizza, y puede sortear a su consciente crítico e implantarle directamente ideas y afirmaciones en el subconsciente, que cambiaran su comportamiento sin que usted se de cuenta.

Gracias a dios no todas las mentes funcionan igual, ¿no creen ustedes?

En fin, a veces escribo lo primero que se me ocurre, luego más tarde intento encontrar significado a lo escrito.

Es como empezar a pintar un cuadro, empiezas con un bodegón y terminas pintando un retrato o un paisaje.

Supongo que de vez en cuando hay que dejar libre la imaginación……