Soy autor de “N3URON3T”, historia publicada en esta misma web: http://www.portalcienciayficcion.com...ose-luis-.html

¿La has tenido en cuenta para escribir “La asesina de la calle Yahoo”? Creo que sí. ¿Y por qué lo creo? Porque “N3URON3T” también está protagonizada por un policía (Dámaso Baeza, agente de Neuropol), y en ella aparecen un personaje llamado “Yajú”, un burdel (“Paradise”), un garito de copas llamado “Error 403” (casi el 404 del “El hangar feliz”) y, además, los ciudadanos, portadores de un neuronavegador, tienen asignada una NP (Neuronet Protocol), versión evolucionada de la actual IP. Demasiadas “casualidades” para ser tales.

Y no pregunto pretendiendo reprochar nada. Al contrario: gracias por tener mi trabajo como referencia.

Algunas observaciones al tuyo:

Faltan signos de puntuación (exclamaciones, comas, acentos): “Maldita sea chicos queréis meterme en un lío con el fiscal”, “Joder, claro como no me di cuenta de inmediato, tenía la prueba ahí delante”, “no hacÍa falta decir nada”…

Escritura arbitraria de cantidades. Unas veces utilizas números (“4 minutos”, “5 días”…) y otras, letras (“diez minutos”, “treinta años”…). Para más información: http://desequilibros.blogspot.com.es...l#.Uk_YTCe1vwY

Uso indebido de extranjerismo: “hall”. http://www.reglasdeortografia.com/extranjerismos.htm

Aliteraciones: “El viejo escondía sus ojos tras unas gAFAS de sol, pero su compañero conocía de sobras (“SOBRAS” SIN ESE FINAL) la mirADA que acompañABAN sus pALABRAS”, “no hACÍA fALTA decir nADA”, “pasarse un dÍA, (…) su mujer lo agradecerÍA”...

Debe mejorarse: “hemos ido a hacernos un masaje”. ¿El uno al otro?, “Mientras los lamentos siguieran apaleando sus tímpanos…”. ¡¿Apalear los tímpanos?! Apalear es, literalmente, dar golpes con un palo.

Hay detalles que “chirrían”:

La víctima (Hiro Rodríguez) tiene nombre japonés, apellido latino y esposa afroamericana. Le falta haber nacido en Islandia.

¿Por qué seguir con el “caso” supone para Norris tener un lío con el fiscal?

¿Y para qué necesita el recibo de un prostíbulo la asesina… ni nadie? Yo nunca lo pido.

“esas robo-pilinguis saben lo que se hacen. No le iría mal pasarse un día, jefe, no tiene buena cara. Seguro que su mujer lo agradecería”. Lo dudo mucho. Si la mujer se entera, Méndez y Nilson tendrían que ir a casa de los Norris para ver si ella también ha guardado el ticket del asesinato.

Y seamos sinceros: los dos policías no son, precisamente, Sherlock Holmes. Visitan “esa misma mañana” a la viuda, encuentran el recibo, y sólo se les ocurre sospechar de ella cuando “ya era tarde”, “cuando llegaron a la oficina”. Y “el refinado instinto del viejo Nilson“ tampoco sirve de mucho porque la solución del “caso” se le ocurre a… ¿Méndez? (no indicas, de ser así, lo contrario):
-¡Méndez! No me…
-¡Ya está, ya lo tengo! ¡Ha sido ella!