En realidad, no puede decirse que sus primeros discos sonaran maravillosamente, ni que estuvieran grabados con la última tecnología del momento. Parecerá una tontería, pero me gusta su sonido imperfecto, con esa especie de ruido de fondo, también característico de otras bandas contemporáneas. Lo encuentro más natural que la música que se hace hoy en día, a menudo tan limpia que lleva al límite la sensación de producto enlatado y listo para el consumo, frío y retocado en el estudio hasta la saciedad.
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