La frialdad de una pantalla se mide por las costumbres de cada persona. Supongo que a un chaval de 14 años (acostumbrado a los videojuegos y a Internet), la pantalla le transmite sensaciones muy vivas (contrariamente a la mayoría de personas mayores de 50, que en su infancia no trataron con ordenadores). Lo de que cansa más la vista, es extremadamente relativo; Seguro que alguna vez hemos tenido el disgusto de comprar un libro impreso con un tipo de letra que nos cuesta leer (o cuyo tamaño es demasiado pequeño o desacertado). Comprar un libro digital supone superar esos inconvenientes; puedes cambiar el tamaño, la letra, y además, siempre queda la opción de utilizar tu impresora para imprimirlo si tu predisposición (o costumbre), es leer hojas de papel. Además hay que tener en cuenta la evolución de las pantallas; No es comparable las pantallas que se utilizaban hace 20 años, con las actuales (o con las que en el futuro vendrán). Pero a parte de esto, el formato digital implica otras ventajas que el método tradicional no ofrece; Un libro puede incluir ya no solamente imágenes o ilustraciones, sino también vídeos, enlaces, audio, etc. Además, y dependiendo del género o la trama, puede tener pequeños juegos interactivos (imaginemos por ejemplo que en una historia fantástica o de ciencia ficción, por momentos puedas resolver acertijos, protagonizar una simulación de comunicación con otras especies, descifrar los mandos de control de una nave para moverla, etc). Ya no se trata de leer linealmente un argumento, sino de implicarte y sumergirte en un entramado de opciones “jugables”, disfrutar de transiciones animadas, escuchar sonidos que en determinados momentos pueden resultar extremadamente pertinentes, e incluso, hacer todo eso en 3D.
Resumiendo, la única ventaja de la literatura tradicional es el apego que muchas personas no acostumbradas a lo digital, tienen al papel (pero obviamente, si imprimes un libro digital, eso ya queda resuelto). La imprenta “industrial” se concibió como un método eficaz para dar a conocer textos al público en general, pero actualmente (y más en el futuro), la mayoría de gente tendrá en su casa las herramientas para imprimir cualquier cosa (si ese es su deseo, cosa que en mi opinión será cada vez más infrecuente). Lo cierto es que actualmente la mayoría ya podemos “publicar” un libro (se envía por email o se permite su descarga en una web, y quien lo quiera imprimir que lo haga).