Capítulo 6

Después del nutritivo desayuno, las extrañas imágenes de los eventos en la nave espacial se habían disuelto casi por completo con el agua de la ducha. El cómodo cambio de ropa limpia había dejado a John fresco y despejado para afrontar los desafíos de aquel jueves.

Cuando entró en la inmensa sala de juntas con sus mejores galas del modista Coronel Tabioca, vio a Jane al fondo, subida al escenario y probando el proyector en la pantalla gigante.

Ella se giró al oír sus pasos y le brindó una emocionada sonrisa: "¡Ya estás aquí! ¡Justo a tiempo!"

Él avanzó hacia el escenario para subir los cuatro escalones hasta ella, pero Jane le señaló un lugar en el centro de la primera fila de asientos: "No. Tú siéntate ahí y espera un minuto que yo prepare esto."

John retrocedió hasta la primera fila caminando de espaldas, y dijo con tono de impaciencia: "¿Vas a darme una conferencia y todo?"

Ella le dio la espalda, alzó la vista hacia la pantalla y habló con una pícara sonrisa que John no podía ver, pero que sí podía oír: "He tenido tiempo de preparar algo mientras tú dormías abrazado a tu Gusiluz."

John se sentó en la primera fila y preguntó: "¿Mi Gusiluz?", con la sonrisa tonta de quien no termina de entender el chiste.

"Esa esfera luminosa." Jane soltó una risita. "Cuando desperté esta mañana estabas a mi lado marmota total con un brazo agarrando la bola y el pulgar de la otra mano en la boca."

"Venga ya. Yo no me chupo el pulgar." Objetó él.

Ella giró sobre los talones y le miró con una sonrisa divertida en el rostro y el mando del proyector en una mano: "Sabía que dirías eso. Yo nunca te había visto así."

Y con esas palabras, pulsó un botón y...

Alli estaba John en la pantalla gigante. Veinte metros por seis de superficie con él durmiendo sobre la cama exactamente como Jane lo había descrito.

Los ojos de John se abrieron como platos y ella soltó la carcajada que ya no podía seguir conteniendo. Tras reír a gusto al ver la expresión de su chico, se giró hacia la pantalla y comenzó a ensañarse.

"¡Mira que cosita más mona!", dijo ella con tono meloso más denso que el platino, riendo. "Esta foto le va a encantar a mi madre."

John admitió su derrota. "Imprime unas cuantas por si el resto de tu familia las quiere dedicadas. Tengo un boli aquí mismo, pero tendrás que prestarme tú el lápiz de labios."

Jane dio otra carcajada al oír eso, tan fuerte que le hizo dar un traspiés y tener que apoyarse en el atril para no caer. Le había hecho gracia la réplica, era ingeniosa y deportiva. Dos aspectos de su chico que ella adoraba.

John continuó: "¿Ha terminado ya la conferenciante para que el espectador pueda subir al estrado y presentarle apropiadamente sus románticos deseos de buenos días?"

Ella apoyó ambos brazos en el atril y se inclinó hacia adelante para mirarle de frente, mostrando algo de escote y una sonrisa insinuante: "No ha terminado aún, pero puedes subir aquí si me dedicas a mí la foto."

Él ya estaba de pie pisando el primer escalón, "Trato hecho. ¿Dónde quieres el beso?"

Ambos se encontraron a medio camino sobre el escenario y cada uno apoyó las manos en la cintura del otro. Nariz con nariz.

Jane dijo: "Sorpréndeme."

"Buenos días." dijo John y le dio un breve beso en la punta de la nariz. luego dijo: "El comandante informa de que la nave espacial está a punto de..." Luego le pasó rápidamente un brazo por detrás de las rodillas, "... ¡DESPEGAR!", y la levantó del suelo en volandas entre sus brazos.

Esto provocó que ella soltara un chillidito de momentáneo pánico y se abrazara al cuello de John con fuerza, soltando el mando del proyector, el cual se abrió al caer al suelo y envió las dos pilas AAA en una carrera rodante por la tarima.

John comenzó a girar con ella por el escenario en una loca danza derviche que llevó a Jane a una histérica lucha entre chillar y reir.

Una docena de giros fue suficiente para que John notara la nueva imagen que había aparecido en la pantalla.

Los giros fueron perdiendo velocidad y su sonrisa pasó gradualmente a una seria curiosidad antes de quedar ambos inmóviles de pie ante la imagen, Jane aún en los brazos de John.

"¿Qué es eso?", preguntó John.

En la pantalla se mostraba un plano de planta como los que se usaban cuando el mundo existía. Este era enorme y estaba lleno de letras y rectas y círculos por todas partes.

"Eso es nuestra casa.", dijo Jane mirando la pantalla. Luego giró el rostro hacia él: "¿Hemos aterrizado ya?"

"¿Qué?" dijo John pillado en ese momento fuera de juego. "Ah, sí, claro." Bajó despacio las piernas de Jane. "Gracias por volar con nosotros." y quedó observando la misteriosa imagen.

Jane dijo a su lado: "He encontrado algunos planos que pueden ser útiles para encontrar el resto de zonas de la base que aún no hemos visto."

John alzó las cejas. Estaba empezando a comprender un poco el mapa: "¿Cuánto mide esta planta?"

"Dos acres."

"¿Qué es un acre?"

"Poco más de 4 kilómetros cuadrados."

John no tenía idea de cómo iba ser posible explorar tanto espacio en tan poco tiempo.

"¿Tienes alguna pista sobre por dónde empezar?", preguntó él. "Porque si esperas que repasemos la planta entera en tres días será mejor que vaya sacando las bicicletas."

"No es una pista exactamente," Jane le miró con una sonrisa. "Pero he encontrado otra cosa que creo que nos va a ahorrar mucho tiempo."