La religión, como tal, es lo que nos ayuda vivir todos los días. Sin embargo, las personas cercanas al ámbito religioso, no siempre son buenas, eso es lo que me entristece. Muy a menudo los que nunca van a las misas, viven en los pueblos poco desarrollados y ni siquiera tienen un alto nivel de formación, son mucho más agradables, amables, generosos, amigables y sabios que los sacerdotes que trabajan en las iglesias.