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    Post Jim Munroe: Todos de Silicio, Eileen (IV)

    (15) Jim Munroe: "Todos de Silicio"
    Bajo licencia Creative Commons Attribution-
    NonCommercial-ShareAlike License.

    ************************************
    Eileen (IV)

    Eileen estaba en la oscuridad. No literalmente pues su traje nunca paraba de transmitir visuales de los túneles por los que estaba corriendo,bien iluminados y detallados en sus retinas. Pero no tenía nada del resto de flujo de datos a los que estaba acostumbrada. Sin el enlace satélite, todo lo que tenía para continuar era la información que ella misma había reunido.

    Continuó por el túnel, eligiendo una dirección al azar. Una vez que había intuído lo que estaba haciendo, apareció una solicitud que ofrecía tomar el control de los movimientos repetitivos de sus piernas. Ella lo permitió pero después, casi lo estaba lamentando pues no había nada más que hacer. A diferencia de cuando estaba con enlace satélite, no había información fresca sobre sus objetivos que leer, ni mapas que consultar, ni co-agentes con los que charlar.

    No es que ella fuera de mucho charlar. Eileen había sido siempre más del tipo trabajadora perseverante, pero le gustaba el murmullo de voces humanas de fondo mientras navegaba por los nuevos datos. Siempre era más feliz cuando estaba ocupada, cuando sus manos estaban activas.

    Ahora, con nada que observar salvo los muros deslizándose ante ella, empezaba a sentirse un poco desconectada de su cuerpo, como si fuese un extraño artefacto sobre el que montaba. Se obligó a concentrarse, a sentir el latido de sus miembros, a notar la forma de los charcos del suelo frente a ella.

    El silencio era mejor que la charla casual, supuso. Recordó una misión en Uganda sobre la destrucción de alguna planta de embotellado que no cumplía con las nuevas normativas. Mary había estado hablando a una dura novata llamada Karen, burlándose de ella un poco.

    -"¿Porqué has pintado una calavera en tu máscara, Karen?" había dicho Mary por el comunicador.

    No hubo respuesta.

    -"¿Es porque te justa joder calaveras, Karen?" dijo Mary con voz dulce.

    Karen ignoró también ésto. Los cuatro corrieron en silencio durante algunos segundos en una fina línea negra.

    -"Quiero decir, no hay problema si te gusta ese tipo de cosas, Karen... "

    La calavera giró hacia ella: "Cierralabocasoperr..."

    Hubo un "thwock" enfermizo y el traje de todos se aceleró al 500%. El de todos excepto el de Karen pues estaba de rodillas con un machete dividiendo su cabeza. Eileen fue hacia ella y mientras desenganchaba el cuchillo...

    ("Francotirador")

    ...,se sintió atontada. ¿De quién fue la culpa? No fue de Karen por mirar hacia otro lado. No fue del jefe por proteger su inversión. No fue de Uganda por proteger sus intereses. No fue de Mary por nacer siendo una bocazas. Y no fue de ella por no decirle a Mary que cerrase el pico.

    Simplemente, fue.

    Nada parecía ser un corte limpio para Eileen y ella había asumido que siempre sería de ese modo.

    Pero él había crecido en su interior. Cuando el doctor le había dicho que el bebé había sido exitosamente embrioclonado como un chico, esa fue la primera patada en su interior. Cuando lo vió luchar por respirar en la atmósfera esterilizada de la incubadora clónica, empezó a creer. Y cuando habían limpiado el gel, nunca demasiado gentilmente y le habían pasado a su mismísimo niño de ojos arrugados, carne de su carne, ella lo supo. Había una cosa en la vida de lo que estaba segura.

    ("Jeremy me necesita. Y si piensan que pueden mantenerle en algún infierno electrónico mientras estoy viva...")

    Una alerta surgió y los impulsos eléctricos que contrajeron los músculos de sus piernas la deceleraron hasta parar frente a una sucia escalera.

    -"¿QUÉ CAMINO?"

    La alerta estaba parpadeando y ella la desactivó.

    ("Ésta es una de la veces en las que tener un mapa con el que cruzar referencias sería verdaderamente útil."), rumió Eileen para sí, mirando el túnel que continuaba.

    Nunca había volado a ciegas antes y recordó que había algo en su entrenamiento sobre ello.

    ("¿qué era? Eso es... el odómetro interno.")

    -"¿Distancia cubierta?"

    -"Ocho punto cuatro kilómetros," respondió su traje.

    -"¿Dirección?"

    -"Ocurre al Noroeste."

    Eso está bien. No demasiado lejos del objetivo. Arriba y fuera. decidió agarrando los horribles peldaños.

    Eileen emergió del túnel sintiendo el aire nocturno y el tropel de sonidos a su alrededor. Estaba al 200% de velocidad normal, siguiendo por las aceras y curvas, agradecida de que no estuviera en un barrio con paseantes de perros o corredores.

    En el momento en que pisó la acera, redujo al 150%, mirando alrededor en busca de ojos acechantes. Nada. Una furgoneta completó una curva y la alcanzó. Eileen la fijó como objetivo y mantuvo su ritmo. Observó una señal:

    CENTRO DE LA CIUDAD- 1KM.

    Sonrió bajo la máscara.

    -"Los pollos van a casa para el asado," dijo con la voz de Megan.

    O, para ser más precisos, la voz de Megan como sonaba llegando a través del enlace del comunicador: aplanada y digitalizada, algo que tenía que ver con que ciertos alcances de sonido eran más detectables por el enemigo. Eileen sospechaba que lo habían echo para hacerles sonar como robots, incluso entre ellos.

    Había muchas cosas que hacían así, cosas que habían parecido bobas para Eileen al principio pero, tras algunas misiones, comenzó a ver que ayudaban.

    Ahora estaba en el sector minorista y tenía que competir con las aceras, coches aparcados y luces brillantes. Ella, o más bien, esa maldita máscara en la que Mary había dibujado, estaba llamando la atención y girando cabezas. Iba contra el protocolo ser tan visible pero no le importó. Era bastante imparable en una multitud como ésta incluso si un equipo de seguridad era activado para lidiar con ella.

    Captó visión del mercado de Usted en el que había estado ayer. Tuvo una súbita fantasía de capturar a aquel pequeño bastardo de jefe allí en carne y hueso. Sacaría información de él. Disfrutaría haciéndolo. Se deslizó en el callejón junto al mercado y se ocultó tras una pila de cajas alineadas con el edificio. Le parecieron extrañas dado que Usted no tenía realmente productos. Movió con rapidez sus cuchillas y abrió una. Vacía.

    Su traje, al notar la proximidad de una puerta, le indicó que tenía una cerradura magnética de combinación de fácil apertura. Ella lo hizo así y se deslizó dentro hasta una sala bastante diáfana. Tenía unas cuantas cajas como las que había visto en el callejón, tras algunos golpes vió que también estaban vacías. Aumentó la entrada de audio pero no escuchó voces.

    Entró en un recibidor bien alfombrado que conducía a la oficina delantera donde había estado ayer, incluso podía ver a la gente pasar por la ventana y se sintió vulnerable en su traje negro contra el interior mayormente blanco.

    Pero reptó por el pasillo mirando por los umbrales alineados.

    La CABINA DEMO #3 y #2 estaban vacías, salas totalmente despejadas pero la #1 era una oficina con un hombre sentado en ella. Ella deceleró a velocidad normal.

    El hombre le daba la espalda pero la invitó a entrar.

    -"Entre," dijo él mientras consultaba unas páginas.

    Hambrienta de datos, Eileen las escaneó pero estaban encriptadas o eran galimatías. Miró por la sala, incluyendo los estantes de libros, el escritirio gigante de roble, la vista como sería desde un edificio de cincuenta plantas.

    ("¿Era esa la Estatua de la Libertad junto al Puente Golden Gate?")

    El hombre rió.

    -"Toda una vista, ¿eh? Especíalmente desde la primera planta."

    Ella se giró para mirarle. Era un hombre de amplios hombros, con sus mangas enrolladas para mostrar unos brazos carnosos. Su cara era un constante patrón cambiante, un borrón de facciones. Ella le pidió al traje que la descifrara. Su traje le respondió que allí no había nadie.

    -"¿Porqué no se sienta? Esa de ahí es bastante cómoda," dijo él.

    Ella la tocó para asegurarse de que estaba allí. Nadie allí.

    -"Así que, ¿Teniendo problemas con Usted?" dijo el hombre levantándose del asiento.

    Ella se sintió igual que con aquel jefe de ayer. Esto era ridículo. Ella no había venido aquí para que la arrastraran adelante y atrás entre intermediarios.

    -"Así estamos," concluyó el hombre. Puso las palmas sobre la mesa. "Quizá podamos solucionar algo."

    Ella se sentó con el audio abierto desconectado.

    -"Quién eres," dijo ella, su voz digitalizada desentonaba la pregunta en una afirmación.

    -"Me llamo Paul," dijo él.

    -"Trabajas para Usted."

    -"No."

    Eileen hizo una pausa. Él cruzó los brazos y esperó. Ella cerró los puños y continuó.

    -"Entonces porqué estás aquí."

    -"Reunimos datos sobre Usted. Uno de los míos te vió en la entrada trasera y decidí que sería bueno conocerte."

    Eileen miró alrededor, escaneó en busca de micros y resultó todo limpio.

    -"Este lugar estará monitorizado por Usted."

    Paul negó con la cabeza. "Estos mercados son células sin conexión con las operaciones reales de Usted. He estado usando ésta como base de operaciones durante un mes, ahora. Es bastante conveniente, estas salas son muy caras de instalar y llaman la atención. Es como ocultarse a plena vista."

    Eileen miró alrededor, tratando de averiguar si Paul era de alguna utilidad para ella. Sus ojos cayeron sobre la Estatua de la Libertad, percibió una pequeña "i" en un cìrculo sobre los libros que la dama sostenìa.

    -"No confío en tí," dijo ella.

    Paul se rió, una llana risita.

    -"Extraños compañeros de cama. Si hubiera sabido hace 15 años que estaría negociando un trato con uno de vosotros, merodeadores de medianoche... vosotros, psicóticos esquiroles..."

    Él se reprimió y soltó la misma risita.

    -"Pero aquí estoy. Y aquí estás. Y sé que no trajiste ese traje negro del retiro para dar una vuelta a la manzana."

    Ella se congeló ante la mención del traje negro.

    Paul hizo un gesto de restar importancia.

    - "Ahora sabemos mucho sobre tí que habría sido muy útil... entonces."

    Paul miró por la ventana.

    -"Mira, todo trata sobre información. Supusimos que eráis ex-soldados. Si hubiéramos sabido que érais civiles, un grupo en constante cambio, habríamos tenido una estrategia enteramente distinta."

    Eileen estaba mirando por la ventana, concentrándose en una sección de la ciudad. Amplió la imagen y la ilusión se destruyó, los diminutos puntos de los coches permanecieron siendo puntos, pero mayores.

    ("¿Estrategia? ¿Trataba él de convencerla de que él era parte de...")

    -"Pero los soldados habrían sido muy caros. Porque sabrían que la velocidad del traje tenía un precio...estarían perdiendo años de sus vidas. Aunque tú no sabías eso. No sabías que serías una bruja seca y marchita a los cuarenta." Paul hizo una pausa y Eileen pudo sentir sus ojos sobre su cuerpo, huesudo y lacio. Humillación y rabia latían a través de ella.

    -"Así que por eso usaron civiles. Pero ese no es el motivo de que usaran mujeres infértiles."

    Se obligó a sí misma a responder.

    - "Eramos mejores en multi-tarea que los hombres y no teníamos demandas familiares que tenía la gente...normal," dijo odiándose por haber usado la palabra normal.

    -"Las demandas de familia."

    Eileen vaciló. "Sí."

    -"Lo que habìa de especial sobre las mujeres estériles, Eileen, era que érais fácilmente manipulables. Para que cuando estuviérais en vuestro veinte aceptáseis la idea de que no podríais tener hijos. Pero había algo más."

    Eso era cierto. Eileen había estado en una pista de carrera, trabajando como una manager en formación para el Gap. Incluso había superado su irascibilidad adolescente hasta el punto de que podía ir a ver a sus amigas enseñarle sus bebès. Fue su doctor quien le había hablado sobre el puesto cuando ella había acudido para ver si su cuerpo había cambiado lo suficiente en el último año para hacer viable un implante de útero.

    -"Es un tipo de empleo de seguridad," había dicho el doctor. "Están buscando mujeres sin hijos de tu edad.", se encogió de hombros. "Es diferente de doblar jerseys. Y pagan muy bien. En realidad creí que era un error la primera vez que lo leí."

    Había estado sentada en la mesa de examen: "¿Me puedo vestir?"

    -"Sí, sí," dijo él, paginando su pad mientras se vestía. "¿Eileen?"

    -"¿Sí?" dijo ella imaginando que vería algo de esperanza en la pantalla, aguardó ansiosa.

    Pero él no estaba pensando en su útero: "Si contactas con ellos, asegúrate de decirles que te hablé.de ello. Yo me llevo una comisión."

    Esto había sido sólo una de las muchas indignidades a que nacer sin útero la había expuesto. Pero cuando la piel de Jeremy se había secado lo suficiente para tocarla, piel suave como nada sobre la tierra...

    -"Valió la pena," dijo en voz alta. Su voz robótica cargaba una autoridad que ella no sentía.

    ("Si no recuperaba a Jeremy, ¿aún habría valido la pena?")

    Paul, también perdido en su ensueño, alzó la vista. Con voz medida de enfado, dijo: "Supongo que tienes que creer éso. ¿Cómo si no... podrías vivir habiendo matado...no sé, ¿cuál fue tu marca de muertos al final de tus diez misiones?"

    -"Yo no llevaba la cuenta," dijo Eileen.

    Otros habrían dicho que muchos, pero ella nunca tuvo particular orgullo en ello. Pero toda esta charla sobre cómo podría ella vivir con ello era tonta. Los objetivos eran personas de los que nunca había oído hablar en países de los que nunca había oído hablar. Siemore había serias amenazas al libre mercado, dictadores que tasaban más de lo que las corporaciones podían permitirse.
    A veces el mercado necesitaba una pequeña ayuda para mantener el equilibrio y ellas eran esa pequeña ayuda.

    -"No llevabas la cuenta." la voz de Paul era reflexiva. "Nosotros tampoco. No eran realmente los números, era el miedo. Cada vez que conseguíamos ir a algún lugar, los trajes aparecían. Porque, claro está, estábamos bajo el fuego de los topos. Pero hemos aprendido. Hemos aprendido a dar tenias a los topos. ¿Sabías que si le das una tenia a un topo, su dueño destruirá hasta 25 topos perfectamente sanos?"

    Eileen no sabía de qué demonios le estaba hablando y permaneció en silencio.

    Paul sacó una calculadora sobredimensionada de su escritorio.

    -"¿Qué tal ésto, entonces... sabías que las probabilidades de nacer sin útero cuando se es concebida en un radio de 50 kilómetros de un vertedero radiactivo es de uno a cien? La solución para una fuente bastante considerable de empleados..."

    Estaba cansada de aquello.

    -"Dónde almacena Usted los cuerpos."

    Paul dejó la calculadora sobre su mesa con un "click".

    -"¿Buscas a alguien?"

    Ella asintió con un rápido golpe.

    Él la evaluó.

    -"¿Es hijo o hija?"

    -"Nieto. Jeremy Ellis — "

    Paul le indicó ahora que callase. Tras una pausa continuó.

    -"No sé dónde está. Probablemente, Usted tampoco sabe dónde está. Registran cientos de reclamaciones sobre personas desaparecidas por día. Pero raramente de partes tan capaces y concentradas como tú, Sra. Ellis."

    -"Eileen," dijo de inmediato, se sintió ridícula al hacerlo.

    -"Eileen."

    Paul se sentó en el escritorio, juntó sus manos sobre una rodilla y la estudió: "Eileen, Tengo una propuesta. Tú continuas tu búsqueda de tu nieto y nos dejas ayudarte."

    -"Porqué harías eso."

    -"Estás buscando la misma información que nosotros pero tú tienes motivación y un conjunto de habilidades único gracias a tu traje y experiencia. Si nos dejas, conectaremos un alimentador de datos a tu traje. Veremos a través de tus ojos. Oiremos a través de tus oídos porque queremos averiguar más sobre Usted, porque tenemos un gran interés en guiarte hacia tu nieto. Además, podrás hacer conexión satélite con uno de nuestros portales anónimos."

    -"Portales anónimos...no existe tal cosa," dijo ella.

    Paul suprimió una carcajada: "No, tienes razón. Es aún mejor: te disfraza totalmente como un usuario medio. Créeme, no queremos que tus viejos jefes sepan que estás activa. Eres más útil para nosotros si estás viva."

    Eileen no quiso considerar lo que ese ominoso "nosotros" haría con la información o si estaban de algún modo conectados con los insurgentes de los años '20s.

    ("pero sea cual sea su objetivo, van en serio y están bien organizados. Este Paul tiene el mismo hábito autoritario y confiado de Oscar, mi enlace de campo en Operaciones Negras.")

    Y, la verdad sea dicha, ella no tenía realmente ninguna pista más. El rastro de Jeremy se había secado y, sin enlace satélite, ella estaba muy limitada.

    -"Muy bien," dijo ella. "Conectadme."
    * * * * *
    CONTINUARÁ
    Última edición por Artifacs; 19-May-2018 a las 12:03
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    Post Jim Munroe: Todos de Silicio, Eileen (V)

    (16) Jim Munroe: "Todos de Silicio" Bajo licencia Creative Commons Attribution-
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    ************************************
    Eileen (V)

    Cuando Eileen salió de la oficina un rato después, sintió que no había negociado muy bien. Ni siquiera sabìa realmente si había tenido la oportunidad de regatear. Su amiguito Paul la había tratado como si estuviera contratándola para un empleo.

    Salió por dónde había entrado, sujetando en la mano el dispositivo, un adaptador redondo diminuto y escaneó el callejón. Nada salvo algunas ratas.

    ("¿Sería prudente hacerlo aquí?")

    Escaneó el aparado y el traje le dijo que aquello no estaba en su base de datos y que instalarlo antes del enlace satélite era extremadamente peligroso.

    ("Si tuviera enlace satélite sería capaz de identificarlo...parcialmente, al menos. Probablemente no es un algo estándar. Por lo que sé, incluso podría controlarme. Pero tampoco puedo hacer enlace satélite antes de instalarlo.")

    Eileen aceleró y salió calle abajo. Aún había una buena cantidad de tráfico de peatones así que, bajó al 250% y tomó la carretera. Estaba lo bastante oscuro para que su cara enmascarada se interpretase como un producto de la imaginación.

    ("Un hombre interesante.")

    No la había tratado como una anciana inútil. Reconocía que ella era valiosa. La charla sobre las mujeres estériles no había sido placentera pero, hasta dónde ella sabía, podía haber sido cierta.

    Para cuando hubo terminado su décima misión, se había sentido menos como un comando veterano y más como alguien que había escapado por accidente de un molinillo de carne. Pero le habían dado dinero e incluso la oportunidad de un trabajo a tiempo parcial. Ella les había dado las gracias pero se había negado, quería concentrarse en su nueva vida como madre. Habría rellenado su zócalo espinal pero era irreversible y, además, no tenía que verlo a diario ni nada parecido. A veces le picaba un poco pero eso era todo.

    La calle cambió a una sección aún más adinerada, con concesionarios de coches diminutos y tiendas de ropa,como la del Ejercito de Salvación; y su antiguo lugar de trabajo: Gap Auténtico. Una joven peliroja empujó la puerta del mercado de Tommygirl y se alejó caminado animadamente, miraba a su alrededor con ojos como dardos. Una sonrisa se extendía por su cara segundos antes de que el sujetador que había robado ardiera en llamas. A la velocidad a la que Eileen estaba yendo, vió la sonrisa pasar a un grito con minucioso detalle.

    Eileen hizo lo que había sido entrenada a hacer cuando la gente se moría a su alrededor: seguir corriendo. Tras unos agonizantes segundos, la puerta del Tommygirl se abrió y empleado salió corriendo despacio con el extintor. La mujer ardiente desapareció tras una nube blanca pero Eileen sabía que era demasiado tarde. El químico antirobo había hecho su trabajo.

    (...)

    Eileen estaba un bloque más allá, Vió que el Puente Burrard etaba adelante y vió su cubo-agujero.

    ("Perfecto.")

    Bajo el puente encontró un pasadizo sobresaliendo de una de las masivas jácenas y descendió por él. Fuera de toda vista, escuchó el viento y la reverberación de los cables y trató de averiguar cómo iba hacerlo. El diminuto dispositivo se posaba en su mano como una peligrosa semilla. Paul había dicho que todo lo que tenía que hacer era acercarlo a su zócalo y el aparato haría el resto.

    Posicionó el adaptador en una pequeñita grieta de la jácena, moviendo su mano con cuidado. Justo cuando lo dejó, una ráfaga de viento lo hizo rodar hacia el borde. Afortunadamente, ella aún estaba acelerada y lo cogió a tiempo.

    ("¿Habría sido tan difícil poner bolsillos en estas cosas?"), se preguntó buscando alrededor un lugar mejor.

    Acabó colocando el dispositivo bajo el trasero, asumiendo que, si fuese un aparato muy delicado, Paul se lo habría mencionado.

    No estaba deseando llegar a la siguiente parte. Recordaba la desconexión bastante vivamente por sus días más jóvenes y estaba en entornos más placenteros entonces: a unos pasos del cuarto de baño o la cama de un hospital si la misión había sido particularmente desafiante.

    ("Bueno, probablemente, Jeremy tampoco está en entornos placenteros.")

    Tras reducir hasta el 100% y modificar todas sus otras configuraciones para ser lo más humana como pudo, se quitó la máscara. Su visión del agua cambió del digital vivo a la mancha miope pero un sonoro olor de metal y mar la golpeó. Respiró algunas veces y arqueó la espalda, sintiendo el zócalo.

    ("Jeremy podría estar marinado en algún tanque en algún lugar o algo peor. Rápido ahora, inclínate... ")

    Yank.

    De inmediato, tuvo que dejar de respirar: era como fuego. Pero no podía parar de respirar.

    ("Fuego fuego o dios mío mis brazos mis articulaciones o dios o dios")

    El viento era como un millar de latigazos helados y ahora sus ojos, sus ojos eran dos carbones ardiendo.

    ("oh mierda ojoder")

    Sintió ceder su vejiga, no había sabido que tenía esa necesidad.

    Cuando el traje silenció el dolor, lo almacenó lejos de ella.
    Su mano, buscando bajo su nalga, levantó el dispositivo como un pedacito de carne.

    ("empiezo a ver blanco no puedo dejar que el blanco me coma Jeremy no le dejes".)

    Levantó el guisante y lo soltó sobre la espalda de su traje, su codo hacía el giro de una marioneta y el dolor le azotaba la cara

    ("un camión blanco gigante.")

    El guisante rodó entre el traje y el zócalo y cayó dentro como la bola número ocho.

    -"Conexión eatablecida, trasmitiendo..." dijo una voz baja.

    * * * * *
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  3. #3
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    Post Jim Munroe: Todos de Silicio, Paul (III)

    (17) Jim Munroe: "Todos de Silicio" Bajo licencia Creative Commons Attribution-
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    ************************************
    Paul (III)

    Paul estaba sentado en su oficina. Observaba varias ventanas aparecer al mismo tiempo. Una graficaba los datos recibidos: un pico incrementando. Otra informaba con señales vitales: rápidamente medicadas a la estabilidad. La ventana de visuales mostraba el hormigón y la jácena: la máscara de Eileen seguía chafada y arrugada bajo ella. Oyó el vago sonido de las olas del océano.

    Un ángel surgió sobre su hombro: "Recuerda," decía a coro, "Tienes una reunión en Barriguilla Amarilla con..."

    Paul se sacudió el recordador y desactivó su mezclacaras. Tras ésto, se reveló su cara de ojos grises sin orejas y se portó hacia un bullicioso restaurante.

    Un camarero gordo tremendo sirvió una copa sobre el mantél blanco: "Bienvenido de vuelta, señor."

    -"Gracias. Estoy esperando a alguien."

    El camarero asintió y se marchó.

    Paul alzó la copa y dió un sorbo, tenía gusto a hierro y arándanos. En otra mesa había un par de mujeres charlando intensamente. Una de ellas sujetaba con una mano una consola plana que señalaba con la otra. Era una tabla física con pantalla táctil. Se la entregó a la otra mujer y le indicó algo.

    Paul observó el lenguaje corporal de la primera mujer y dedujo que era comercial. Cuando miró a la segunda, notó que sus labios estaban cambiando. Ella ponía sus dedos en ellos y sonreía mientras pasaba un ciclo de opciones de labios diferentes. Al final, alzó la vista hacia la vendedora con una pregunta en sus ojos.

    Paul dió un largo sorbo de su copa pensando sobre lo interesante que era que hubiera sido creada una versión Frisco del espejo de maquillaje con su asesor y todo. Incluso el diseño de la tabla era interesante: parecía uno de esos antiguos lectores de libros más que las ventanas normales en mitad del aire. Deseó tener tiempo de seguir esas cosas en lugar de reunirse con un ejecutivo del Marlboro para hablar sobre cómo mejorar sus antiguos productos.

    ("Doug Doug Doug. Te necesito aquí, Patterson. Aquí hay demasiados malabarismos para mí solo.")

    Al principio pensó que Doug se resistía para negociar un aumento de sueldo pero estaba actuando demasiado raro para eso.

    ("¿Planeaba acaso desertar a otra agencia? Quizá el motivo es más simple."), pensó Paul sacando inmediatamente un archivo sobre Doug que había compilado años atrás.

    El PIN de La cuenta bancaria aún era el mismo. Navegó por él y encontró una letanía de pecados financieros, pagos atrasados y números negativos.

    ("Sólo un asunto económico.") pensó en de darle efectivo para los gastos de mudanza.

    Pero eso podría causar tensiones con el resto de empleados. Y Doug podía ofenderse con bastante facilidad. Así que tendría que darle el dinero a la moda de la mano izquierda.

    Y una vez tuviera a Doug aquí, podría realmente iniciar los preparativos para el Sesquicentenario.

    -"¿De qué te estás riendo ahí, Paul?" dijo un hombre sentado frente a él con una mueca traviesa fingiendo mirar las ventanas delante de Paul. "¿Fotos sucias?"

    Paul, sabiendo que el ejecutivo de Marlboro no había visto nada, abrió la ventana horaria para que pudiera ver lo tarde que era.

    -"Ya sé, ya sé," dijo. "Perdón."

    -"¿Atasco en el tráfico?" dijo Paul con una sonrisa ladeada, deslizando las visuales de Eileen a un lado y las finanzas de Doug al otro.

    -"Ésa era una de mis favoritas," dijo el ejecutivo con una carcajada.
    "Soy demasiado viejo para inventar una nueva colección de excusas."

    * * * * *
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    ************************************
    Nicky (VII)

    Nicky despertó de buen humor. Era uno de esos días en que el sol compensaba cualquier dormitorio mal pintado y daba a las casas más sencillas un brillo contagioso.

    Quedó tendida sobre su futón durante unos minutos, vagando de un lado a otro. Eventualmente, su reloj explotó.

    -"¡So perra perezosa! ¡Arriba! ¿Quieres dormir todo...?"

    Silenció la alarma de un manotazo.

    ("Dios, mi voz es estridente. ¿Quién querría despertarse con ella?")

    Mirando a su cama vacía supuso que nadie. Pero su humor era tal que sonrió a su auto-compasión.

    Le dijo al reloj que tocara Ojos Ausentes, una banda centavo-core con un cantante de voz dulce angelical. La escuchó por los altavoces en lugar de su clóquea directamente ya que el bajo pesado hacía vibrar sus huesos auditivos de forma desagradable.

    Convirtió el futón en un sofà, gruñendo por su peso. Lo dejó sin hacer con la esperanza de que, en algún lugar y de algún modo, estaría volviendo loca a Kath.

    (...)

    Caminó fuera de la habitación, saltando con Ojos Ausentes y su propia electricidad.

    Encendió la ducha y se desnudó, entrando cuando el agua fue lo bastante cálida. Se recogió el pelo antes de empaparlo y tuvo que pensar durante un minuto dónde había estado la pasada noche. Caminó mucho, recordaba, sintiéndose culpable al pensar en lo que su mamá habría pensado de su desenmascarada y despreocupada existencia.

    ("Mamá incluso había llevado la máscara por la casa los días de Alerta Gris.")

    Se dió un lavado rápido de cara y (...) cuando estaba empezando la espalda, la ducha se apagó con un "click".

    -¡Joder!

    Se apoyó en el muro de la ducha con loa ojos cerrados con fuerza por la fustración. Su piel se erizó de inmediato.

    -"Maldita..." dijo agarrando la toalla y secándose.

    ("...venga ya, ahora hay mucha menos gente que usa agua, ¿poque no nos dan un poquito más? Avaros madafakas.")

    Diez minutos al día parecía suficiente a la oficina de alquiler pero, en realidad era un visto y no visto.

    -Recogió sus ropas y volvió a su habitación tratando de recuperar el buen humor de unos minutos antes pero la luz de la ventana ahora era más reclamatoria que hospitalaria.

    Cogió un sujetador de la silla y se lo puso mientras miraba por la ventana, retando a cualquiera a mirar: su ritual diario, misma parte de indiferencia que de exhibicionismo. A menudo había alguien paseando ahí fuera, como aquel tipo allí ahora con su perro. Sólo que nunca nadie miraba hacia arriba. Se puso una camiseta amarilla y un par de espinilleras altas.

    Se trenzó el pelo con diestros movimientos de sus dedos. Ver al perro le hizo pensar en el trabajo con sus chiripas.

    ("Sí, debería ponerme a ello...después del desayuno")

    Terminó sus trenzas. Comprobó que quedaran bien simétricas. Parecía que caían bien, los chicos pensaban que eran bonitas y las chicas se asombraban por la habilidad del trenzado: era sencillo para ella pero no para todo el mundo.

    Bajó las escaleras pensando sobre la noche anterior.

    ("Esas dos exposiciones de arte..."), suspiró sacando unos cereales y un pan.

    ("Lo raro es que...no me inspiraron en absoluto. Me estaban drenando.")

    Roció el pan y se sirvió algunos Encantos Afortunados.

    ("Esa horrible exposición de Mike Narc, joder. ¿Es eso lo que se tiene que hacer? ¿No podrían simplemente darte el dinero basándose en tu obra y no en lo bien que presentas tu imagen?")

    Se sentó a la mesa de la cocina y observó al gecko que movía su lengua hacia ella con rapidez desde la jaula. Se metió una gran cucharada de cereales en la boca y observó la caja.

    ("¡Colecciona Todos los Colores y Gana!"), sugería la caja de cereales.
    Antes de poder leer más, notó que el gecko tenía una pata fuera y trataba de enganchar un trozo de cereal extraviado. Ella lo acercó con la cuchara y miró cómo intentaba comérselo.

    ("Y esos tipos del patio ferroviario...era guay pero...un poco psico.")

    No podía imaginarse trabajar así...allí fuera, sin nada ni nadie tras eso.

    ("Mas o menos como lo hace JK.")

    Eso era la parte atractiva de JK, originalmente, pero nunca pensó en degradar su trabajo de esa forma.

    ("Bien para él, quiero decir, obviamente tiene a alguien que paga su alquiler...")

    Cuando terminó la tostada, dejó los platos en la pila y sacó una lata de café del armario. Su reloj comenzó a sonar justo cuando se sentó en el sofá del salón.

    ("Seguramente será...sip, Mamá, justo a tiempo.")

    Su mamá llamaba un par de veces a la semana, casi siempre a las 11. Era casi como si esperara por las pocas ocasiones en las que podía llamar sin parecer necesitada, pero la exactitud de las llamadas era enervante.

    ("Debe de ser difícil lidiar con todo ese tiempo extra, sin tener que dormir."), pensó con cierta culpabilidad..

    Su reloj había parado de sonar y ella abrió el café. Puso los pies sobre la mesa y observó a las chiripas agitarse por ahí en la caja con su irritintante gimoteo.

    -"Oh, os daré de comer pronto," dijo ella.

    Se preguntó si debería hacer mudas a las chiripas míticas y decidió que eso haría de una galería un lugar menos difícil de soportar.

    ("Tampoco es que haya expuesto en una galería."), pensó amargamente.

    Se preguntó porqué al ver la exposición de Narc; que tenía temática similar incluso aunque odiara admitirlo; no le había dado esperanza.

    ("Parecerá como que le estoy imitando...")

    Ese pensamiento la puso enferma.

    Nicky pasó el resto de la mañaba alimentando a sus animales y limpiando un poco. Luego, decidió que sorprendería a su madre con una visita a Frisco y, tras un parco examen del laboratorio, despegó hacia la estación del TrenCeleste.

    ("La familia primero."), pensó mientras tiraba de la puerta para cerrarla.

    ("Lleva allí meses y no le he hecho una visita apropiada.")

    El TrenCeleste estaba a unos pocos bloques de su casa. Había cinta amarilla a lo largo de la entrada y un letrero decía que el servicio se había limitado a la hora punta sólo en esa estación.

    Nicky suspiró y se quedó allí por un momento sopesando la opción del paseo de 30-minutos con la opción de volver al laboratorio.

    ("A mamá le alegrará verme...y quizá pueda pedirle algo para el taxi de vuelta a casa.")

    Casi caminó hacia Gastown pero decidió que no. Le habría gustado ver el viejo barrio. JK le había dicho que era muy diferente ahora que no había ninguna construcción, pero no quería caminar entre Hastings y Main para llegar allí pues tendría que pasar por encima de la gente que dormía por todas las aceras, gente enferma y triste, sin dinero, que esperaba la muerte. Nicky nunca había podido insensibilizarse del todo ante ellos.

    ("Vale, había hecho inversiones estúpidas pero también eran desafortunados.")

    Su papá era de los resistentes. Esto fue una de las primeras cosas que había dicho sobre Frisco: "Ninguno de esos arruinados viene pidiendo cuando caminas hacia algún sitio."

    Eso molestaba a Nicky pero no podía discutir del todo cuando era él quien manejaba sus inversiones, su dinero para emergencias.

    Nicky empezó a sentir calor a pesar del aire frío, las sombras del mediodía eran muy cortas para ofrecer cobijo. Estaba en un barrio residencial bastante abierto, sin muchas comunidades valladas. Por la ventana de una de ellas vió un letrero en negrita:

    "Cerrado y Activado a Prueba de Ladrones".

    Unas cuantas casas más allá había otro. Parecía ser una elección popular de los que se mudaban a Frisco. Sonaba familiar...

    ("¿Se fue Mamá con ellos?")

    No se acordaba, sólo se acordaba de la descripción excesiva de alto calibre que había persuadido a su madre.

    ("Ojalá hubiera meado antes de salir.")

    Podía sentir ahora los efectos de esa lata de café. Bueno. tendría que aguantarse. Recordó, como hacía a menudo en esas circunstancias, la Perfercción de Mave Slamstein. Era una de esas obras de arte genético que vió una vez en una clase de inatituto sobre tendencias artísticas aplicadas.

    Era un bebé humano, un recién nacido rosa, tumbado sobre un cojín gigante púrpura. Dando pataditas y mazazos con sus puñitos como bellotas pero en total silencio. La cámara rotaba despacio alrededor y enfocaba su casa. Toda la clase jadeó al unísono pues el bebé no tenía orificios en absoluto. Ni boca, ni ojos, un bultito donde debería estar la nariz.

    Luego, la profesora cambió al siguiente vídeo. Le llevó un rato con esas viejas máquinas y apareció otra vez la cara del bebé...

    -"¿Le cuesta un poco respirar?"

    ...preguntó una voz conocida. Una máscara pequeñita surgió en la cara del bebè y se dibujaron en ella dos ojitos de colores.

    La clase había reído.

    -"El GE Humomaster sienta...bien, ¡a todo el mundo!"

    Y se oyó una risita de bebé.

    En vez de aprender las partes destacadas de esa lección...

    ("Que el mercado jugaba una parte importante en el desarrollo de, incluso, el arte de impacto y cómo esa campaña en particular inclinaba la opinión pública sobre la experimentación con clones.")

    ...Nicky se había quedado hipnotizada ante la primera visión del bebé.

    ("Perfección.")

    Había investigado la historia de la artista en busca de pistas sobre si era sincero o irónico el título, los detalles sobre cuánto tiempo sobrevivió el bebé, cómo financió un proyecto con ADN humano...

    Nicky habría adorado trabajar con la arcilla original, tal como era, y estaba amargada de que sólo los billonarios pudieran permitirse los permisos del genoma.

    Pero aquello había sido cuando tenía 15. Ahora era lo bastante mayor para apreciar la belleza y asequibilidad de un lienzo pequeño.

    ("Dame una chiripa cualquier día.")

    Quizá algún día pero, por ahora, ella prefería los milagros menores a los frankensteins. Sabía que tendría que desarrolarlos algún día pero si se sentía mal cuando una chiripa no estaba sana...

    ("¿Cómo podía lidiar con un clon humano?. Los clones humanos nunca estaban del todo sanos.")

    -¿Es eso un...¡sí!"

    Nicky vió un par de arcos dorados sobre el horizonte y lo invertió mentalmente en forma de WC.

    -¡Cuarto de Baño, yuju!

    Aceleró tratando de ver si había gente dentro. Cruzó en diagonal hacia el restaurante, aliviada de ver gente moviéndose en el interior.

    ("Extraño...no hay puerta en este lado...")

    Luego, vió el letrero:

    -"Este McDonald's es de uso exclusivo de la comunidad de Acres de Arces. Sólo acceso subterráneo. Lamentamos el inconveniente."

    Nicky se quedó mirando por un agujero a un ancianito sedado bebiendo su té cerca de la ventana y, luego, siguió andando. Escuchó la risita de Perfección del bebé en su cabeza: ¡No necesita hacer pis!, ¡No hay basura dentro, no hay basura fuera!

    Para cuando giró hacia la Calle Robson estaba a punto de explotar.

    -"¿Cuánto falta para llegar?", preguntó a su reloj.

    -"La oficina de Usted está a 65 metros," dijo el reloj.

    -"¿Cuánto falta para que mi vejiga explote?"

    -"El RistReloj Deportivo no monitoriza ese órgano en esta versión. ¿Quieres que te avise si esta función queda disponible?"

    Nicky entró en la oficina de Usted. Marchó directa hacia el primer escritorio que vió y forzó una sonrisa.

    - "Hey, vengo a una sesión de charla con mi mamá pero primero necesito usar su aseo."

    La mujer tras la mesa le brindó una sonrisa de disculpa.

    - "Lo siento..."

    ("Y yo siento que no entiendas la palabra NECESITO, perra.")

    Nicky no dijo nada y caminó hacia una puerta que conducía a un pasillo blanco con habitaciones a ambos lados. Estaban vacías, de modo que siguió hacia la habitación de atrás.

    - "Señorita," llamó una voz.
    "No hay..."

    Nicky empujó la última puerta y salió a un callejón.

    -"Oh."

    Miró atrás y vió a la chica del mostrador agitarse un poco en el umbral antes de cerrar la puerta.

    ("Creo que los Friscanos no necesitan toilettes.").

    Miró el extremo del callejón hacia la calle.

    ("No hay mucha gente.")

    Nadie parecía estar mirando entre las tiendas. Meditó unos segundos antes de agacharse detrás de algunas cajas.

    Observó su pis recorrer el asfalto, alrededor de las cajas rectangulares con el logo de Usted. Se subió la cremallera y caminó con cuidado por el callejón hacia la puerta delantera otra vez. Tomó aliento y entró caminando en la oficina.

    ("Toma dos.")

    Afortunadamente, la mujer estaba ocupada con algunos clientes, una familia entera. Nicky fue hacia el hombre, que apartó la vista de los documentos que estaba escaneando y le ofreció un asiento.

    -"En realidad, vengo a hablar con una Friscana. Mi mamá. Me ha dado un cupón."

    -"Miraré si tenemos sitios libres", dijo alzando la mano.

    Nicky sonrió y decidió no decirle que había tres salas libres.

    -"Ah, bien, tiene suerte, sí tenemos una cabina disponible ahora mismo. Normalmente están reservadas. ¿Puedo ver el cupón, por favor?" le indicó la placa de pago.

    Nicky lo buscó en su reloj y lo acercó a la placa.

    Un hombre de mayor edad, de unos sesenta, entró. El vendedor le saludó.

    -"Eataré con usted cuando la haya atendido."

    Nicky no miró a la vendedora pero oía su parloteo cuando el hombre la conducía hacia la puerta de la cabina. Una de las salas estaba en uso, un hombre, una mujer y un convincente traje de oficina en ella.

    - "Entrevistas," dijo su guía. "Asuntos sin atención adecuada."

    Señaló a una puerta: "La llamada está destinada al emisor del cupón...tiene 15 minutos."

    ("Eso ha sonado como en una prisión."), pensó ella mientras entraba en la blanca sala.

    Cerró la puerta y quedó a solas en la sala, vacía salvo por una silla. Esperó a que empezara y justo cuando empezaba a ponerse nerviosa, una voz dijo:

    -"Nodo conectado, resolviendo entorno."

    La sala parpadeó a la vida, escaneando el espacio en busca de objetos. La silla y Nicky se bañaron del fuego cruzado del escáner. Nicky escuchó un tintineo y el murmullo de voces.

    -"No puedo verla.", oyó la voz de su madre.

    Luego, todo se llenó de color. La resolución aumentaba y su madre, que miraba alrededor ansiosamente, la vió de repente.

    -"¡Nicky! Estoy aquí."

    -"Hola mamá," dijo Nicky.

    Se sentó y miró alrededor. Estaban en un café con decoración de jungla. Un loro aterrizó en la mesa y graznó.

    -"¡Bienvenida al Café Lluviaforestal! ¡Graa!"

    Cuando aleteó para volar, una pluma cayó lentamente y Nicky pensó que era un detalle bonito.

    -"Nuevo peinado, ya veo," dijo su mamá.

    -"Y tú eres ahora rubia," dijo Nicky.
    ("Y unos 20 años más joven.")

    -"Estaba tan contenta de que llamases, ¡Pensé que nunca ibas a usar el cupón!"

    Nicky ignoró el tono recriminante. Miró a las otras mesas: algunas familias, algunas parejas. Incluso había una mesa con gente jugando al bridge. Todo el mundo parecía joven como su Mamá. Podrían haber sido hermanas.

    - "¿Vienes aquí a menudo?"

    Su mamá rió: "Sí, durante unas cuantas horas al día. Es divertido para los ex-Vancouveritas...con todo eso de la lluvia y demás."

    -"Unas cuantas horas,¿eh?" dijo Nicky sonriendo. "Suena como a mi vida."

    Su mamá sonrió sardónicanente: "Supongo...."

    -"¿Trabaja mucho papá?"

    La mamá asintió: "Más que antes. La semana pasada no vino a casa. Transición, expansión. Ahora tiene dos secretarias," dijo con una risilla. "Parece realmente...energizado por todo eso."

    Nicky no quería oir más sobre eso. El modo en que su mamá decía "secretarias" le recordaba cuando Papá le había hablado sobre sus aventuras, aunque ella no le entendió en aquel momento: "A veces las fusiones son acuerdos exclusivos," había dicho él sujentándole la mano. "Y a veces no lo son." él había mirado hacia la puerta del cuarto de baño donde su mamá se había encerrado. "Pero no significa que la fusión original no tenga beneficios." le había apretado la mano y Nicky había asentido mientras repetía lo que recordaba que había oído en la clase de negocios de sexto grado. "Lee sienpre la letra paqueña", él había sonreído ampliamente entonces y la había abrazado.

    Un chimpancé apareció con una tetera pero su mamá declinó. El "chimpa" emitió un grito de ofensa, alzó su brazo y se marcho

    -"¿Qué tal le va a tu grupo de Mah-Jongg?" dijo Nicky.

    Los ojos de su mamá se iluminaron:"Oh, es estupendo. Ahora jugamos en un entorno fantástico...somos gigantes en la China antigua o algo así. Cuando jugamos una ficha, se aplastan esas aldeas de campesinos y si nos cansamos, ¡nos apoyamos en una montaña! Es tan divertido. En realidad, estaba en mitad de una partida cuando llamaste, por eso me llevó un rato llegar hasta aquí. Todo el mundo estaba molesto." soltó una carcajada y cuando vió la cara de culpabilidad de Nicky, dijo, "No por que yo dejara el juego; somos una banda de viejos jugadores, ellos también tienen hijos; sino por que estaban celosos."

    -"¿Cómo lo sabes...?" dijo Nicky, "¿que son viejos? ¿No decías que los habías conocido aquí?"

    -"Oh, se puede saber a los primeros cinco minutos. Por cómo hablan, los estilos, a veces. Nadie tendría un peinado como el tuyo, por ejemplo. Y no todo el mundo quiere parecer joven. Jonah, un viejo cabra cabezota, dice que es exactamente el mismo. To le creo. Aunque es distinguido, mientras que las mujeres parecemos sólo viejas." otra carcajada que agotaba a Nicky. "Tu aspecto es maravilloso, Nicky, incluso con esas... ese peinado único. Ha pasado tiempo desde nuestro último cara-a-cara, empezaba a preocuparne. Con ese estilo de vida que llevas."

    Nicky suspiró.

    ("Aquí viene de nuevo...")

    -"Mamá, mi estilo de vida no es nada sobre lo que tengas que preocuparte. Suena aburrido comparado con la destrucción de aldeas de campesinos."

    -"Es sólo que hablas como tu tío... con el estilo de vida del artista, pensando que está bien simplemente pasar el tiempo. Ya sabes lo que le ocurrió a él."

    -"Sí, Mamá," dijo Nicky. "Pero yo no estoy empezando una revolución, exactamente."

    -"Ni él lo estaba," dijo su mamá rápidamente. "Él sólo estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado socializado con el tipo equivocado de gente."

    -"Ah, venga ya," dijo Nicky, burlándose de la negación de su mamá. "Él trabajaba para la compañía donde encontraron las lanzaderas."

    A ella siempre le había divertido la idea de que su Tío Max era parte del grupo insurgente. Incluso habían hecho una película unos años atrás sobre las Palancas Inofensivas.

    -"¿En realidad crees...," dijo su mamá empujándola con el dedo, "...que un pariente de tu padre sería parte de un grupo terrorista que destruyó equipo por millones de dólares y puso en peligro cientos de vidas sólo para evitar que levantaran otra valla publicitaria?"

    Nicky arqueó una ceja y se encogió de hombros: "Bueno, no era sólo otra valla. Era la Luna."

    -"Aún así," dijo Mamá. "Tu..." fue interrumpida por un rugido repentino.

    -"Uh oh amigos," dijo un anunciante. "Parece que va a ver un....¡Retumba la Jungla!"

    En la sala, un lateral se apartó para revelar una inmensa extensión de sabana. Había una manada de leones descansando a un lado y, aproximándose con paso casual, varios simios grises. Un león rugió de nuevo y un gorila respondió con un osado grito de colmillos.

    Una comadreja saltó sobre su mesa. llevaba un casco puntiagudo y un bloc de notas: "Hagan sus apuestas," chillaba por ahí con un grueso puro.
    "Dos a uno contra los grises."

    -"Ooooh, Me gustan esas apuestas," dijo su mamá. "Pondré $500 en los leones."

    La comadreja asintió brevemente y saltó fuera de la mesa.

    - "Les queda un minuto," dijo una voz.

    -"Oh, Mamá," dijo Nicky llamando su atención. "Mi tiempo se acaba. Tengo que irme."

    Ella titubeó. "Pero te vas a perder el show. Es muy bueno...puedes escoger un campeón que cabalga contigo y todo. Ver la pelea desde su perspectiva."

    -"La próxima vez, supongo."

    -"Se acabó las apuestas, amigos. Para esos con problemas cardíacos se aconseja que... ¡salgan corriendo de aquí!" dijo el anunciante.

    Nicky notó que era una pitón que había reptado hasta el pedestal del micrófono. Sintió ganas de ver el comienzo de la pelea pero le preocupaba que si se quedaba por más tiempo, comenzarìan a cobrarle automámticamente. Y eso, simplemente, no iba a suceder..."

    Con las manos frente a ella, caminó hacia donde recordaba que estaba la puerta y tanteó hasta encontrar el pomo. Se tropezó con el grupo de bridge al hacerlo y se disculpó. A ellos no pareció importarles.

    * * * * *
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    (19) Jim Munroe: "Todos de Silicio" Bajo licencia Creative Commons Attribution-
    NonCommercial-ShareAlike License.

    ************************************
    Nicky (VIII)

    A Nicky le alegró ver que Gassy Jack aún reinaba sobre Gastown. La desgastada estatua de plomo la obervó caminar hacia el apartamento de JK. Le impactó lo silencioso que estaba. JK no había mentido sobre la ausencia de construcción.

    Llegó hasta su vestíbulo y lo llamó.

    - "Hey, Estoy abajo en las escaleras."

    -"¡Hey, yo también!" JK entró al vestíbulo cargando una enorme bolsa de harpillería y su bici colgando torpemente del brazo.

    -"Mal momento, supongo," dijo Nicky levantando la bici de sus manos.

    -"En realidad, un muy buen momento."

    Sacó la bolsa de tela a la calle y la apoyó suavemente en el bordillo. Señaló su reloj.

    - "Direcciones para las fiestas de esta noche."

    -"¿Esta noche?" dijo Nicky. "¡Genial!"

    -"Díselo a todos los que conozcas. Yo voy a estar corriendo de aquí para allá preparándolo todo." comprobó su reloj. "Chase se pasará, se supone."

    -"¿En coche?" dijo Nicky tratando de ayudar a que JK mirase a la carretera.

    -"No sé, por eso llevaré el caballo," dijo señalando la bici. "Mierda, debería llevar...", alzó la vista hacia su apartamento. "No," decidió sonriendo a Nicky levemente. "Perdón, Soy un poco desastre. Siempre un patata antes del estreno. ¿Qué hay de nuevo?"

    -"Nada, sólo que pensaba que quería ver el viejo barrio. Es de locos lo silencioso que está."

    -"Sip. Sobre todo de noche. Este fue uno de los barrios que se vació del todo." JK se sentó en su bolsa. Llevaba un mono ancho y sus manos estaban marrones de polvo.

    -"¿Son esas las semillas?" preguntó ella.

    JK le dió un manotazo a la bolsa, asintiendo "Iba a ser mayor, pero hay suficientes."

    -"Amigo, has hecho un buen montón." dijo Nicky. "Estoy celosa."

    Ella pensó en sus chiripas y las elaboradas formas que había usado para evitar tabajar en ellas ese día.

    -"Yo estoy celoso de tí," dijo JK, "Vagando ppr la ciudad. Llevando peinados dulces."

    Ambos se rieron por su jerga adolesente.

    -"Quiero decir, ¡mírame!" dijo indicando sus manos marrones y aplaudiendo para limpiarlas. "He estado demasiado ocupado para comer, imáginate para vestirme. Ha pasado un buen tiempo desde que caminaba por ahí contemplando a... nadie, como la artista de moda estafadora Truco Nicky."

    Nicky sonrió. "Ya. lo sé. Lo he he estado pensando. Es que, no sé, asusta ver a la gente sacar su arte por ahí. Es como si hubiera un enorme vacío entre trabajar en mis chiripas y mostrarlas en algún sitio."

    JK asintió. "Es un asunto de equilibrio." miró hacia la carretera empujando las gafas sobre su nariz. "Entre no tener tiempo y tener demasiado. Sólo tienes que trabajar en ello."

    Nicky notó una grieta en una de las lentes que no había visto antes pero no le preguntó sobre ello en caso de que lo hubiera hecho èl mismo a conciencia. Miró hacia la carretera en vez de al coche que se aproximaba y JK se levantó. Era un Nissan Piraña, azul y pulcro. Paró delante de ellos. Al menos no era uno de esos estúpidos CocheLocos.

    Él sopesó su bolsa: "Muy bien, te veo esta noche. Truco."

    La ventana de Chase se volvió transparente y activó el altavoz exterior: "¿Te llevamos a algún sitio, Nicky?"

    Ella negó con la cabeza y notó que aún tenía la bici de JK. Levantó la bici interrogativamente.

    JK estaba poniendo el saco en el asiento trasero:"Uh, ¿te importa quedarte con ella, Nicky? no quiero joder este tapizado"

    -"Voy a tener que cobrarte una tasa de almacén.," dijo con una sonrisa.

    -"¡Estupendo!" la saludó y desapareció dentro del coche. "Envíame la factura."

    Chase aún estaba esperando por si ella necesitaba un chófer.

    - "No, gracias." dijo ella señalando a la bici.

    La mirada sorprendida de Chase fue muy satisfactoria.

    Ella no pretendía en realidad montar en la bici pero, unos bloques después de calles silenciosas y ligera torpeza la convencieron de era bobo cargarla. La desplegó y, tras un coche que pasaba, se subió encima y pedaleó.

    Observó la carretera gris bajo ella, deleitada por la velocidad.

    ("Al diablo con el TrenCeleste")

    Echó la cabeza hacia atrás y sintió el viento golpear, tirando de sus coletas. Oyó que un coche venía tras ella y se echó a un lado para detenerse cuando pasara. Aminoró un poco y pasó. Ella puso mirada inocente mientras se balanceaba de puntillas sobre la bici, consciente de su extravagancia.

    ("¿Dónde consiguió JK esta cosa, por cierto??

    Sintiéndose audaz, decidió correr por Hastings y Main, la ruta más directa a casa. Robó miradas hacia la bici cuando se hizo camino hacia Hastings: ladeando las ruedas elásticamente, un marco plateado oscuro tan convolucionado y fino que la hacía marearse al mirar, dos grandes botones de freno y otros dos bajo ellos.

    ("Hey, ¿para qué son éstos?")

    -"¡Ahhhgg!" gritó el anciano con las manos frente a la cara temiendo que Nicky pasara por encima de su cuerpo de metro y medio.

    Apretó los pulgares y oprimió también los misteriosos dos botones...

    ("no frena no frena empieza a hundirse...")

    .. los liberó y la bici...¡dió un salto en el aire!. Voló sobre el anciano, aterrizó más adelante y la entrepierna de Nicky quedó incluso más cerca del duro asiento.

    ("Ouch ¡joder! Gracias a dios estoy OK ou magullada pero OK"), pensó mientras apretaba los frenos y desmontaba aturdida.

    ("Qué vergüenza, ¿lo ha visto alguien?")

    La calle lateral que mostraba la vista de Hastings tenía algunos sin techo echados aquí y allá.

    Nicky miró alrededor y plegó la...

    ("estúpida trampa mortal de...")

    ...bici, pero nadie parecía ni ligeramente interesado en ella. Nicky giró hacia Hastings y comprobó la escena. Las había visto peores, una docena de bultos por la calle pero sólo un par de zombies revolviendo por ahí.

    ("Quizá los más móviles encuentran alguna sombra durante el día...), pensó, pero luego notó que habían desbandado el rebaño.

    Había una furgoneta negra con tres o cuatro peesonas fuera de ella.

    -"Eric Palmerson, tu deuda a sido comorada por by Sony Holdings Ltd.,", entonaba uno con voz aburrida. "¿Estás por ahí? ¿Puedes pagarla hoy?"

    El hombre, presumiblimente Eric, con una triste y asombrada mirada en su cara trató de alejarse caminando pero le frenaron.

    -"En ese caso, Sony Holdings Ltd. ha solicitado que sea realicado en una fábrica de su elección hasta que la suma laboral iguale la deuda. Gacias por su cooperación."

    Ayudaron a Eric a subir a la parte de atrás de la furgoneta, diciendo algo que Nicky no pudo oir.

    Nicky pasó andando y uno de los guardias, la mujer, la miró durante un momento demasiado largo. Nicky se rascó la ceja mostrando su reloj y la mujer buscó a otro candidato.

    Justo cuando se relajó, sintió una mano en su hombro.

    Las historias que había oído sobre gente solvente que era recogida por gente de seguridad que trataba de llenar sus cuotas le inundaron la mente, la hicieron retroceder, desplegar la bici y ...

    -"Nicky, ¿verdad?" el tipo de seguridad se quitó las gafas y sonrió.

    -"Sí."

    Era aquel tipo del último año en la UBC.

    ("¿Cuál era su jodido nombre?")

    -"Soy John. John Steiner."

    -"Oh me acuerdo. ¿Cómo va?" Nicky se sintió estúpida de inmediato por la pregunta automática.

    Se encogió de hombros y jugueteó con las gafas.

    -"Muy bien, supongo. Esperando poder hacer la mudanza en un par de meses, trabajando hacia eso. Un colega me consiguió este empleo extra, me gustaría irme con un paquete Plata, al menos." '

    -"Oh ya," dijo Nicky mitando tras él cuando le dió el pulgar de OK a su coleda. El resto de gente de seguridd estaba levantando un bulto en la calle. "¿Cómo es eso?"

    -"Oh, está bien. Buenos días y malos. Los llevan a fábricas en West Indies, precioso clima allí, sin Alerta Gris debido a los sistemas de presión de aire i algo así. Vacaciones pagadas si me lo preguntas."

    -"Vacaciones laborales," dijo Nicky.

    -"Bueno, exactamente," dijo él sin sarcasmo. "Te hace pensar, Muchos de ellos van allí porque pusieron todos sus huevos en una cesta, hicieron inversiones bobas. Diversifica o muere no es sólo una cita reclamo."

    Nicky seguía entre la ansiedad y el menosprecio.

    Alguien enfadado le llamó: "Me voy.", dijo torpemente, pero se quedó allí.

    En sus ojos, Nicky vió las señales de un intento de invitación a cenar y a una copa, tan claramente como que las nubes se reunen. Ella sonrió y se despidió.

    -"Te veo por ahí," dió media vuelta y se alejó caminando. "Buena suerte en Frisco."

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    ************************************
    Doug (VI)

    -"No es por que esté siempre allí," dijo Doud metiéndose algunos CacahueteZ más en la boca. "Quiero decir, la oficina va bastante suave sin Harris. Es por lo que representa."

    Lauden estaba asintiendo. "Totalmente de acuerdo. Está definitvamente más en Frisco que aquí. Aún así, tiene la sala de juntas pinchada para las reuniones cara a cara, y eso no es barato. Muchas compañías ni siquiera hacen eso."

    Terminó su cerveza y señaló a su vaso. El barman asintió casi imperceptiblemente.

    -"A mí también," dijo Doud mirando el CacahueteZ en su mano.

    ("¿Cómo hacen para que la sal se quede pegada?.")

    Los cacahuetes que había tenido de niño te dejaban las manos saladas y grasientas durante horas después...

    -"¿...no crees?" preguntó Lauden.

    -"Perdón, colega, me lo he perdido," dijo Doud culpable.

    ("Ahí estás, Patterson, ignorando a Lauden otra vez.")

    -"Digo que Chan no sabe en lo que se mete,". repitió Lauden.

    Llegaron sus cervezas.

    - "Que disfruten Coors Bala Plateada," murmuró el barman.

    -"Oh. Sí," coincidió Doug. "Cuanto más alto se sube, más dura la caída." hizo una pausa. "Lo sé por experiencia."

    Lauden le dió un golpecito en la espalda. Ambos estaban en la barra, así que tenían que mirar el espejo para hacer contacto visual.

    -"No es así, Doug. La gente habla pero la mayoría sólo supone que querías salir de la pista rápida. La mayoría de nosotros imaginábamos que te irías hace meses."

    Doug percibió que casi había terminado su nueva cerveza.

    ("Será mejor que vaya despacio.")

    No quería acabar llorando en el hombro de Lauden.

    -"Ya, bueno. La investigación es mi primer amor, de todos modos. Buen trabajo honesto."

    Lo habría rechazado como recolector de datos cinco años atrás pero ahora estaba contento por el suave aterrizaje.

    -"Bueno, ya sabes, siempre lo he creìdo." dijo Lauden. "Incluso si el fundidor hace la mayor parte del trabajo."

    Doug dió un respingo interior cuando notó que eso era algo que probablemente hubiera dicho él en el pasado. Observó a Lauden, dándole a la cerveza sin parar; ¡nunca lo había conocido por ser tan bebedor!; y miró al letrero del fondo del espejo: Bar y Taverna Coors.

    Rascó el fondo del bowl: "¿Puede traer otro bowl de CacahueteZ?" le dijo a la espalda del barman.

    Éste pareció considerarlo antes de asentir.

    ("Dame un respiro, colega. No eres el único que odia su empleo.")

    ¿Odiaba él su empleo? No estaba seguro. Odiaba su vida en este punto, eso sí lo sabía.

    -"Lauden, ¿Amas tu empleo?"

    Lauden acabó su cerveza y pidió otra ronda.

    -"No. No, No lo amo. Pero no hay trabajo perfecto."

    -"No, no hay trabajo perfecto," recordó la investigación que había empezado ese día, cotejando todos los datos conflictivos y cabos sueltos que tenían sobre Los Infiltrados. "¿Crees que Los Infiltrados existen?"

    Lauden estaba masticando: "Bueno, no es fácil de saber," dijo cuando tragaba. "Quiero decir, cuando estuve indagando eran aún muy fuertes, con sentido de imagen. Pero eso fue hace seis, siete años. Ahora no se oye mucho sobre ellos."

    -"Ya, la puntuación de la lista de cotilleo CHA es de cuatro. Menos de cuatro," dijo Doud. "¿Crees que pueden haber sido asimilados por las compañías para las que trabajaban? ¿Que en vez de ir subterráneos, van por arriba y legales? ¿Porqué habrían permanecido tan callados durante tanto tiempo, entonces?"

    Lauden sonrió. "Quizá están planeando algo...", dijo con voz ominosa y alzando una poblada ceja.

    Doug bufó por la broma de su colega y miró hacia la puerta meditabundo.

    ("Debería irme a casa pronto.")

    Estaba a punto de mirar hacia otro lado cuando la puerta se abrió y entró una atractiva mujer.

    Doug desvió la mirada a pesar de estar deseando que ella se acercase a ellos. Sólo para charlar.

    ("Podría preguntarle si había oído algo sobre Los Infiltrados. Estaría relacionado con el trabajo."), racionalizó.

    Ella se acercó a ellos.

    -"Hey Sam, lo siento, llego tarde," dijo ella subiéndose a un taburete con un bonito brinco. Tenìa pelo de ébano con adorno de estrellas y llevaba una bolsa escolar.

    ("Lauden, serás astuto...")

    "No pasa nada... Doug, Cara. Cara, Doug," dijo Lauden reclinándose y presentándoles educadamente. Luego, sacó una grabadora.

    -"Bien, ¿qué tienes para mí hoy?"

    ("Una informadora."), dedujo Doug y quedó decepcionado.

    Cara señaló a Doug con una duda en sus...

    ("adorables.")

    ...ojos.

    -"Es un compañero de la oficina, no hay problema," le dijo Lauden. "¿Has leído ya todo sobre Los Efímeros?" le preguntó a Doug.

    -"Sólo por encima," se defendió.

    -"Tengo algo realmente bueno hoy," dijo Cara sinceramente emocionada. "Una fiesta. Una fiesta secreta total. Esta noche. Mi amiga Amy también viene," dijo mirando a Doug.

    Doug se excusó para ir al baño. Cuando llegó allí, le hizo saber a Cheryl que se quedaría a trabajar hasta tarde esa noche.

    ("Quizá hasta muy tarde.")

    * * * * *
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    (21) Jim Munroe: "Todos de Silicio" Bajo licencia Creative Commons Attribution-
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    ************************************

    Nicky (IX)

    Nicky tomó un pellizco de la diminuta caja del sofistócrata. "¡Gracias!"

    El chico inclinó su bombín. "El placer es mío. No soy el más complenentario de la dopa para una fiesta como ésta, pero..." se encogió de hombros. "Esnifar es mi vicio."

    Nicky respiró en lila, dió un soplido. "Ah, No me importa dejar mi nariz trabajar el doble durante una noche al año," dijo sintiéndose toda alegre.

    El chico dió una carcajada. "¿Es ésto un evento anual?"

    Ella negó con la cabeza, apenas conectada a su cuerpo con todas la dopa. Miró al remolino de gente, moviendo la mano con la corriente.

    -"Es maravilloso, lo que quiera que sea eso," dijo el chico notando que no recibiría respuesta. "Los patricinadores están milagrosamente refrenados...ni siquiera hay vendedores aquí. Estuve en una fiesta de MAC la noche pasada...era tan grosera."

    -"¿Tú fuiste a una fiesta de MAC?" dijo Nicky incrédula.

    -"Mis amigos insistieron," dijo tirando del cuello de su camisa. "Y yo trato de mantener una mente abierta. Pero tenían modelos merodeando a la audiencia, besando a gente al azar... sólo para exhibir el lápiz de labios. Era terrorífico."

    Nicky rompió a reir, imaginando al pobre sofistócrata manchado de carmín. Captó un nuevo aroma. "Oh, wow, ¿rosas?" Miró por el enorme hangar y vió un círculo de gente en torno a una cama de rosas creciendo rápidamente. JK estaba alejándose orgullosamente de allí con sus bolsas de trucos colgando de sus hombros. "¡Seguid regando!" gritó a la gente de la cama de rosas.

    -"Él es el patrocinador," le dijo al sofistócrata.

    JK captó su mirada y fue hacia ella. "¡Truco!" dijo sofocándola contra una bolsa que olía a tierra cuando la abrazó. "Así que has encontrado nuestras guarida secreta."

    -"Sip, es un lugar excelente para ella. ¿Fue cara de alquilar?"

    -"Mi colega Simon la encontró... cree que es un viejo hangar de aeropuerto... pero yo creo que aquí han cultivado hierba alguna vez porque el suelo es muy bueno"

    -"¡Sólo espero que no llueva!" dijo el sofistócrata, señalando el techo con su paraguas.

    -"¡Sólo espero que llueva!" dijo JK alzando tanto las cejas que hizo reir a Nicky. "Gira de mi siguiente actuación. Hablamos luego." se alejó andando, metiendo su mano en uno de sus saquitos.

    -"Sabéis..." gritó JK a todos "creo que es hora de... ¡florecimiento naranja!"

    Hubo un barullo de aplausos emocionados cuando JK empezó a esparcir semillas frente a él. Luego, caminó sobre ellas para enterrarlas en el suelo e indicó a la gente que le seguiera en su viaje en espiral. Ocho o nueve personas se unieron con jarras de plástico, aplaudiendo a ritmo todos juntos.

    Nicky y el sofistócrata se quedaron atrás, en la periferia del círculo. "Parece que saben lo que hacer," dijo él.

    Al alejarse, Nicky chocó con alguien detrás de ella.

    -"Lo siento, whoa," dijo un tipo melenudo que dejó lo que estaba haciendo para mirar la fila de conga de los plantadores de semillas.

    Nicky pensó que uno o dos de ellos le eran familiares, especialmente el tipo con el pañuelo en la xabeza.

    ("¿Estuvo él en algún show de arte?")

    Cuando JK llegó al centro del círculo, lanzó un puñado de semillas en el aire y la fila de conga se dispersó hacia el perímetro, donde algunos brotes ya comenzaban a desplegarse.

    Luego, JK dijo con voz de escenario: "¡Parece que está a punto de llover!"

    Todo aquél que tenía jarra empezó a verter agua. Nicky se echó hacia adelante para echar un poco de su botella. Las plantas nacían allí donde el agua caía, prácticamente, crepitando de energía. JK se frotó la barbilla con satisfacción y se perdió entre la gente.

    -"¡Qué cámisa más ñam!" dijo el tipo melenudo, sus labios aplastaban algo de chicle al tiempo que mostaban una sonrisa. "¿Dónde la conseguiste?"

    Las flores naranja restallaron abriéndose plante una multitud extasiada.

    -"Wow"

    - "¡Aroma!" gritó alguien y se oyeron risitas.

    Nicky miró a su camisa para recordar. Era rosa y mostraba a un mono tratando de sacudirse de encima una doble hélice que tenía pegada a los los dedos. "Es un diseño antiguo del ¿2010?, Olvidé dónde. La radié yo misma."

    Los tipos la miraron durante algunos segundos más de los necesario y ella recordó porqué había considerado radiar el dibujo en la espalda.

    -"¿Quieres chicle?" preguntó el melenudo ofreciéndole un paquete abierto de Zumba Cuerpo.

    -"Claro," dijo Nicky cogiendo uno de anacardo.

    Mientras lo hacía, alguien gritó ";¡Swuuus!" y un objeto negro giró en el aire. Melenudo saltó para cogerlo.

    Nicky vió difícil seguir hablando con el sofistócrata, distraído por los saltitos de Melenudo. Un lanzamiento enérgico que mandó el swuus de vuelta a su compañero había revelado parte de su estómago musculoso.

    -"¡Nike!" llamó cuando se arqueaba hacia su amigo.

    ("Delgado, enérgico y no del todo un desastre."

    -"¡Swuuss!" dijo su amigo dando una patada de espaldas.

    Nicky recordó haber leído un artículo sobre cómo los practicantes de swuus podían hacer bastante el indio ellos solos si eran lo bastante buenos para atraer a una multitud.

    ("Ayuda si son un par de tíos buenos.") pensó Nicky notando el gran número de chicas que estaban observándoles.

    -"Nunca he sido de juegos," dijo el sofistócrata esnifando.

    -"¿Ni siquiera los mentales?" dijo Nicky notando que lo había dicho gritando.

    Se rió para cubrir su embarazo y el sentimiento de la risa recorriendo de su cuerpo fue delicioso.

    ("Oh dios, necesito una cita.")

    -"Hey, es la chica científica." dijo una figura oscura cuando pasaba al lado de ella.

    Llevaba sus rastas atadas en un pañuelo pero, cuando sonrió, ella le reconoció incluso sin la barba. Él llevaba una botella de vino abierta y tenía el corcho en la mano.

    -"Hey, ¡calaveras en tus dientes! Te conocí en el patio de los trenes!" ella le golpeó en el brazo.

    -"Wow," dijo él, "Eso suena a una canción." se quedó mirándola un segundo y luego la cogió del brazo. "Tengo que enseñarte algo," dijo guiándola lejos de allí.

    Nicky le siguió entre tropiezos y miró atrás con una sonrisa de disculpa pero el sofistócrata ya se había girado. Ella casi podía oirle esnifar.

    ("Calaveras en tus dientes, ciertamente.")

    -"Este es el lugar más genial en la historia de los lugares geniales,". declaró él mienteas caminaba por el hangar entre grupos de gente y flora alboratada.

    Ella cogió la botella de vino y dió un trago.

    -"¿Y tú lo encontraste?"

    Él la miró y sonrió. "Sí, justo unos días después de conocerte. André y yo estábamos... te dije que estaría aquí porque las cosas científicas suceden aquí, ¿cierto?"

    -"Tú no me dijiste nada de eso," dijo Nicky.

    Ahora estaban subiendo las escaleras del extremo del edificio donde había una segunda planta.

    -"Gran simposium aquí en verano. Muuuuy grande. Cuidado con los escalones."

    -"¿Tú eres científico?" preguntó tropezando y sujetándose en su hombro.

    Tuvo que apretarse a él para dejar pasar a dos chicas que bajaban. Una de ellas llevaba pantalones de púrpura chillón que atraía las miradas como moscas, en parte debido al modo en que su ropa interior metálica mantenía sus partes separadas.

    -"Ese atuendo se lleva mucho en Detroit," dijo él.

    -"¿Cuándo has estado en Detroit?"

    -"La semana pasada...dos semanas pasadas, supongo."

    Llegaron al segundo piso. La gente estaba sentada en grupos aquí y allá.

    - "Al final escapé de la Ciudad del Motor."

    -"Y ahora estás aquí explorando lugares para sinfonías aromáticas," dijo Nicky. "Buena vida."

    -"Bueno, sólo pasó que me encontré con este sitio, en realidad, no estaba buscándolo. Andre y yo acampamos aquí... el patio ferroviario estaba un poco expuesto... y nadie vino a echarnos, así que..." se encogió de hombros y extendió las manos en expansivo gesto, presentando la fiesta.

    La vista desde el saliente del segundo piso era fenomenal, diferente: círculos de plantas de diferentes tamaños en varios estados de florecimiento y decadencia, la gente reunida alrededor de ellos. Desde este lugar privilegiado, a Nicky le parecieron células. Se sentó en el borde roto del suelo, balanceando las piernas a punto de perder una sandalia. Cuando se apretaba la sandalia alguien le dió un toque en el hombro.

    Se giró y vió a Simon: "Tú, malvado."
    Él se sentó a su lado y élla cogió su pañuelo y le susurró: "No has alquilado este sitio."

    Su sonrisa calavera parecía demasiado apropiada ahora. Ella imaginó lo que pasaría si el equipo de seguridad del dueño apareciera ahora mismo.

    ("Sería una masacre, como en esos documentales sobre los años '20s...")

    -"No te preocupes," dijo él apoyando una mano en su hombro. "Quien sea el dueño de este edificio está en Frisco ahora mismo, ocupado en vivir en la nueva frontera. Ni siquiera se molestó en poner cerradura en la puerta. Si no compró una, ¿contrataría acaso un equipo de seguridad?"

    Este argumento tranquilizó a Nicky pero aún estaba enfadada.

    ("¿Cuánta gente estaría aquí si supieran la verdad?")

    Imaginó el piso de abajo entero entrando en pánico, gritando en estampida hacia la salida...

    ("¡Jesús! ¡Qué jodidos irresponsables!)

    Se giró hacia la otra persona en su otro lado, ignorando a Simon. Era un tipo muy bebido pero de aspecto afable, un poco mayor que el resto del grupo.

    Él se encontró con la mirada de Nicky: "Estaba pensando en que me gustaría hacer un viaje a las montañas," dijo todo de una vez e indicando con la cabeza en dirección a ellas. Estaba demasiado oscuro para verlas pero las líneas de las luces de los ascensores celestes se veían con claridad. "¿Has estado tú allí arriba en las montañas?"

    Ella asintió, observando el semblante serio del tipo: estaba quedándose sin pelo y el fino bigotillo le recordaba a alguien de alguna película antigua.

    -"Son bonitas," dijo él meciendo la cabeza de nuevo hacia ellas. "¿Son bonitas?"

    Ella pensó en su viaje de ski: su papá flirteando con la instructora, los calambres dolorosos de su periodo, partes frondosas entre la nieve falsa. "Ví un ciervo," mintió ella, "Tenía una barbita blanca, justo aquí," dijo señalando su propia barbilla.

    -"Ja ja," él dió una carcajada. "Como una barbita." Se tocó su propia barbilla.

    Ella se rió también. Miró a su otro lado pero Simon se había ido dejando el vino allí. Ella se hizo con la botella.

    -"¿Qué piensas de mi pelo," dijo tocándose la cabeza.

    Nicky le observó, el vino la hacía intrépida. "Está más o menos limpio." decidió. "Combina con tu cara y el bigote y demás."

    -"Chan no sabe de lo que habla, ¿verdad?" Al ver la mirada de duda de Nicky, elaboró: "El tipo del trabajo. Cree que parezco un...perdedor. Que debería arreglármelo."

    -"Ah, entonces Chan está lleno de mierda," dijo ella.

    Cuando terminaron de reirse, él se miró el traje arrugado y un ave de resignación se posó lentamente sobre sus hombros.

    Allí abajo, cerca de uno de los círculos, ella vió a Simon hablando con JK, que estaba cavando laboriosamente. También había una chica con ellos y estaban mirando hacia arriba al segundo piso. La chica señaló en la dirección de
    Nicky y Simon miró y asintió.

    Nicky miró para otro lado, un poco alarmada por la atención. Luego, el hombre a su lado saludó: "Mi amiguita.", susurró.

    -"Ah," dijo ella.

    Dió un trago de vino, el envoltorio plateado le raspaba el labio y captó el aroma de las plantas de abajo.

    - "Mmm, ¿es eso romero?"

    La aquilina nariz del hombre cosquilleó pero no dijo nada. Ella le ofreció la botella. Él negó con la cabeza en la forma convulsiva del que muestra que el cuerpo sabe cuando demasiado es demasiado.

    Segundos después, habló: "Una experiencia sensorial compartida es parte integral de una fiesta o reunión. La mayoría de las subculturas usan müsica pero los Efimeralistas usan una selección de plantas para crear una atmósfera con el sentido del olfato."

    Nicky, sorprendida, se inclinó por encima para ver si estaba hablando con alguien al lado de él. No había nadie. Sintió que le quitaban la botella.

    -"¡Eh, no!"

    -"Heno es para los caballos," dijo Simon. "¿Aún no ha reventado la fiesta la seguridad?"

    -"Ja," dijo ella pero no pudo evitar devolverle la sonrisa. Él despedía un vago olor a algo.

    ("¿Aceite, almizcle?")

    -"¿Cómo conociste a JK?" demandó ella. "Sr. Detroit."

    -"Por correspondencia desde hace mucho tiempo," dijo entregándole la botella, la barbilla le goteaba de rojo. "Por correo." Se sentó en su sitio de costumbre que estaba libre. El tipo calvo había desaparecido.

    "¿Cartas? ¿Porqué ... "

    -"Cartas no, objetos. Veamos... me envió un boli con una chica desnuda. Yo le respondí un copete de piña. Me envió el boceto de una lata con el interior por fuera, le envié una reina de un ajedréz tallada en hielo."

    -"Tuve uno de esos una vez." dijo Nicky. "No duran mucho."

    -"Dudo que ésta tampoco. Tendría que preguntarle qué recibió."

    -"Sigue."

    -"OK. Le envié el redrojo de la litera, me envió... no me acuerdo...
    no, fue una recibo de 2036."

    -"No enviábais antigüedades, definitivamente," dijo Nicky.
    "Esto no es algún club de marchantes"

    -"No, sólo eran cosas," dijo Simon. "Lo siguiente que envié fue una partícula subatómica...JK dijo que nunca le llegó..."

    -"¡Ja!" dijo Nicky.

    Miró hacia la fiesta de abajo, buscando a los practicantes de swuus.

    ("Deben de haberse ido. Demasiado.oscuro, de todos modos. Demasiada gente que comprobar.")

    -"...y él me envió una caja vacía con algo invisible dentro."

    -"Vaya par de bufones vosotros dos."

    -"A nuestro pequeño modo. Luego..."

    -"Le enviaste hojas de té, para 'T', pero no por correo," dijo ella, sacándose el chicle insípido.

    Sus cejas se dispararon: "¡Cierto! ¿Cómo lo has...". Notó que ella buscaba algún sitio donde dejar el chicle y él extendió la palma de su mano. Ella lo dejó allí antes de que cambiara de idea. Él se metió el chicle en la boca tanquilamente.

    -"¡Eeeeerrrg!" dijo ella, balanceando las piernas en desagradable deleite.

    Él se encogió de hombros.

    -"Ni siquiera tiene sabor," dijo ella terminando el vino.

    -"Oh, tiene sabor," dijo con una enorme sonrisa. "Sabe a vino. Y al interior de tu boca."

    Ella soltó una risita.

    -"Pero sólo hay un modo seguro de saberlo," dijo él inclinándose y dándole un beso.

    Nicky suspiró, feliz, pero sin querer que la situación degenerase en una sesión de besos hacia-ninguna-parte y le interrumpió.

    -"Consíguenos más vino," dijo ella, deshaciéndose de uno de sus temores. "O algo."

    -"Muy bien," dijo saltando sobre sus pies.

    Llevaba zapatos de aspecto industrial.

    ("¿Qué hacía él por dinero, por cierto? No enviaba mierda por correo por nada...)


    Nicky miró alrededor pensando que este evento no había costado nada. Sonrió al ver a Simon tropezar bajando las escaleras, caminó hacia JK y Nicky murmuró, "No, no lleva dopa. Aparte de la que parece que su cerebro crea por sí solo todo el tiempo..."

    Deseó no haber usado toda el agua en las plantas. Ahora su boca estaba seca. Buscó en torno suyo presas fáciles. No quería levantarse y perder el sitio o su pañuelo.

    Simon estaba asintiendo a JK y caminaban hacia una esquina del hangar donde la gente llevaba palos negros de algún tipo.
    Descubrió a Andre con cara casi invisible en la creciente oscuridad. Estaba saludando a Simon.

    -"Sí, bueno, claro que la mayoría de mi gente ya está por allí..."

    Nicky volvió hacia atrás la cabeza ante la voz familiar: era el sofistócrata.

    -"¿Conseguiste subir, ¿eh?" dijo ella con ganas de hablar.

    -"Hey Nicky," dijo Chase, que era el que hablaba con el sofistócrata. "George y yo estábamos hablando de los amigos que se han ido a Frisco."

    Se agachó en lo que Nicky había empezado a pensar como el lugar de Simon. Llevaba canisa rojo brillante y un pañuelo amarillo en su pelo que le daban un aspecto más joven.

    -"Yo diría que tengo 50... mitad arriba y abajo."

    -"¿Tantos aquí?" dijo George el sofistócrata que no se dignó a sentarse. Sólo se plantaba allí apoyando las manos en el mango del paraguas. "Me siento prácticamente varado. Cada llamada que recibo es de un nuevo fabuloso club o restaurante que se siente obligado a invitarme a la inauguración."

    Ella miró a Chase para ver que él esperaba sus números. "Perdí muchos amigos cuando me metí en genética,"
    dijo Nicky sorprendida de que aún hubiera amargura en su voz después de tantos años y con su actual buen humor. "Pensé que estaba perdiendo el tiempo. Así que, estar aquí es sólo lo último de una serie de decisiones impopulares."

    -"La mayoría de tus amigos están aquí, entonces," dijo Chase.

    Se encogió de hombros y asintió. Nicky recordó el tiempo que Chase había estado en Frisco...o como lo llamaban antes de que el consorcio Usted lo controlara.

    -"Alguno de tus amigos quedó atrapado?".

    Chase estaba asintiendo. "Sí, bastantes murieron en el Quake II. Sus cuerpos fueron destruídos. Alguna genté pensó que ese fue el punto de giro hacia el Frisco actual. Mucha gente con talento que había ido para una liberación temporal de codigo se quedó allí para siempre."

    -"Varado para siempre. Señor mío," exhaló George.

    Chase se encogió de hombros. "Na. A la mayoría no le importa. Son frikis del código, recuerda. Eventualmente se habrían quedado de todos modos.."

    -"Tú no," dijo Nicky.

    -"Ya. Raro, ¿no? Por eso volví, ¿recuerdas que te conté sobre el Pabellón de Ciencia? Sólo fue un día o así."

    -"¿Y?" dijo Nicky.

    -"Y... fue extraño. Estar rodeado de gente que me consideraba su amigo. Tratar de averiguar qué cuerpos habían muerto era diferente debido a eso, o debido a que el tiempo había pasado. Se quejaban de Usted, mayormente. Sobre el modo en que las cosas se habían vuelto más restrictivas...pero también se quejaban de todos los recién llegados y cómo ellos diluían las comunidades que habían tenido...Me dijeron tres personas de San Francisco que odiaban el nombre Frisco. Era difícil saber si estaban genuínamente descontentos o sólo siendo elitistas."

    Nicky se resistió a darle a George una mirada mordaz: "Bueno, al menos son codificadores. No perdían el tiempo aprendiendo habilidades obsoletas como la ingeniería genética."

    -"El aprendizaje nunca es una pérdida de tiempo, incluso en ciencia considerada arcaica," George lo pronunció de una manera que habría sido irritante si no fuese por que él ya no tenía 20 años.
    -"Aunque la genética hoy por hoy es un poco como saber caligrafía después de Gutenberg."

    -"Entiendo que tus pequeñas criaturas son, en realidad, muy buenas," dijo Chase. "JK me dijo que debería haberte pedido que trajeses alguna contigo, ya sabes, como parte de ésto."

    -¿Él dijo eso?" dijo Nicky con asombro, terror y deleite en colisión dentro de ella.

    -"¡Sí!" dijo Chase, riendo. "De camino en el coche."

    -"¿Qué planean ahora?" se inclinó hacia adelante sobre su paraguas, mirando con sonrisa de interés la acción de debajo.

    Los palos resultaron ser antorchas y pronto todas las esquinas estaban vibrando con luz. JK aún estaba trabajando en el centro y Nicky observó su figura, la sensación de aturdimiento empezaba a derretirse.

    Ella nunca lo había pensado... era estúpido, en verdad, pero no lo había hecho...quizá este entorno era el lugar perfecto para sus chiripas. Podían correr por ahí, sorprendiendo a la gente con sus rarezas, impresionando a un par de personas que notaran su temática común...

    ("Wow.")

    Quiso preguntar a Chase lo que JK había dicho exactamente pero se sintió culpable por ello.

    Chase se puso la mano en la cabeza y Nicky notó la primera gota. Oyó quejidos y jadeos en torno suyo, el sonido de golpe del paraguas de George y escaneó a la gente buscando a JK.

    ("Estará decepcionado, o bueno, ha sido divertido...")

    Lo encontró cerca de una antorcha con su gran cara inclinada hacia la lluvia. Segundos después, ella vió porqué. Por todo el hangar crecían plantas. Y si subían rápido antes, ahora subían furiosas.

    Una chica gritó cuando una rama se enrolló en su pierna pero su amiga la desenganchó y ambas se pusieron a reir hasta que la siguiente rama exprimiera otro grito.
    Nicky pensaba que era la chica de los pantalones chillones.

    ("Demasiada moda para tanto equilibrio...")

    El aire sabía rico y dulve y el suelo estaba cubierto de verde.

    -"Tendremos algunos problemas para salir de aquí," apuntó George.

    -"¿Se ha convertido esa cosa en una porción de hierba?" preguntó Chase,
    asintiendo al paraguas.

    -"Un machete sería ahora estupendo." dijo George.

    Nicky se carcajeó, le imaginó dando cortes con ojos ausentes.

    ("Traerá uno la próxima vez, no hay duda")

    Simon apareció a la vista, parecía empapado por dos personas, su pañuelo había desaparecido y su pelo se pegaba en todo lo que tocaba.

    Ella le hacía el gesto de: vamos, venga.

    -"¿Qué?" dijo ella.

    Él saltaba arriba y abajo. Se levantó y se despidió de Chase y George.

    "¿Qué?" repitió, pero él la cogió del brazo y la guió escaleras abajo.

    Abajo en el suelo era como un bosque, barro y matería de plantas formándose en el suelo. Simon, daba patadas a botellas de agua vacías por el camino. Dió con ella unos cuantos giros hasta que llegaron al trozo en el centro.

    JK estaba allí arrodillado y apoyado con las palmas, sonriendo extasiado y la boca y dientes manchados de rojo. Se limpió la mano en el mono. "¡Funcionó, Truco!"

    Nicky miró en torno al resto de bocas, bocas rojas y sonrientes.

    ("¿Qué demonios...?

    Por detrás, Simon le empujó en la boca algo gande y velloso. Antes de que ella pudiera sacarlo, el zumo se derramó por su garganta.

    ("¡Fresas!)

    Masticó y tragó.

    -"¡Ñam!"

    Simon se tomó tiempo para comer y ofrecerle una para que elegir. Ella sacó una de la rama y la terminó en.dos mordiscos. Empezó a buscar por el arbusto para recoger para ella misma, vió salir una de un brote verde y movió la mano hacia ella.

    Simon la cogió por las muñecas: "Demasiado verde. Espera, espera, espera," decía mientras maduraba más y más. Ella luchaba hasta que le dió un codazo y él la soltó. "¡OK!"

    Su mano se disparó y la cogió, pero antes de meterla en la boca supo que ya se había puesto mala. Se giró y la lanzó a la boca de Simon. Él masticó, con decisión al principio y obligación poco después. La tragó haciendo un esfuerzo titánico: "Perfecta en su punto."

    Nicky estaba buscando por la mata, consciente de las otras manos por todos lados.

    ("Suerte que Simon me ha dado la pista antes.")

    Él se puso a recoger a su lado y ella le dió un golpe de cadera sonriendo. Encontró otra, una pequeña con una forma adorable. La lluvia caía fuerte ahora, lavando el zumo de su cara hacia su camisa. Le alegró que fuese rosa.

    * * * * *
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    ************************************
    Doug (VII)

    Tras ser esposado y vendado, Doug iba a la deriva. Estaba exhausto...
    (...)

    -"Te estás ablandando, mierda inútil," dijo ella.

    ("Llévalo con calma.")

    -"Perdón."

    -"¿Perdón... qué?"

    -"Perdón... ama."

    -"Eso está mejor, gusano llorón," dijo ella azotándole el pecho.

    (Ouch. Joder)

    Doug cerró los ojos bajo la venda y trató de averiguar porqué las bonitas bromas estándar sonaban como insultos. Siempre le habían parecido como algo poco divertido y esteriotipado, sólo charla dura sexual. Pero solía excitarle ver a Cheryl tan agresiva, tan diferente de su yo normal.

    (...)

    Escuchó a Cheryl rebuscar en su caja de juguetes pensando sobre lo ocurrido dos navidades atrás cuando él le había regalado su kit de iniciación.

    En una reunión de personal, Doug había estado anunciando a campana que aún tenía que hacer la compra del regalo para Cheryl y Lauden había sugerido una marca japonesa llamada DominaTrix Aplenty por su buen precio y construcción. Un poco esteriotipado, supuso Doug, pero, qué demonios. Al fín, resultó que ella le había regalado La Guía Completa del Último Idiota. No fue una coincidencia tan enorme, supuso, S/M estaba en alza ese año con el estreno de aquella película. Pero, maldición, ¿acaso le hizo todo aquello parecer alguna vez ser el mejor de los maridos?.

    Incluso aunque el juego era bastante suave, a Doug le divertía ver a su esposa en una buena sesión de látigo. Pero los últimos tres meses había sido diferente. Él lo sentía más personal, de algún modo. Cuando le llamaba cosas, él pensaba sobre su chapuza financiera y se preguntaba si aquellos nombres no serían precisos, en realidad. Cuando habìa estado en la cima de la agencia, la idea de ser tratado como esclavo era divertida, incluso seductora en su novedad. Pero él ya no estaba en la cima de la agencia.

    (...)

    De pronto, sintió moverse la cama cuando ella cambió de posición. Luego sintió un toque en la espalda.

    (...)

    -"¿Qué... qué es ésto?" dijo Cheryl calladamente, su voz era agitada y fuera del papel.

    -"¿qué es qué... Cheryl...Ama?"

    Ella estaba frotando un punto en su espalda. "¿Es un...tatuaje? ¿Un logo? ¿Qué... qué es ésto, Doug?"

    Oir su nombre implicaba que el juego se había terminado.

    -"No lo sé."

    -"¿Qué quieres decir con No lo sé?" su voz era de frenético disgusto. "¿No pensabas que lo vería?"

    -"Yo, honestanente; no sé de lo que..."

    -"Oh, Doug," dijo ella con grave decepción.

    Se levantó de la cama. (...)

    -"¿Me dirás, al menos, lo que es?" preguntó Doug.

    Cheryl hizo un sonido denotando molestia cuando salió del dormitorio.
    Doug se dió la vuelta y trató de quitarse la venda con los pulgares.

    ("Demasiado apretado. Mierda. ¿Qué es lo que hay en mi espalda? Ella había dicho logo. ¿Era éso lo que era?")

    Doug recordó, unos pocos años atrás, cuando Cheryl había sugerido que se hicieran logos cada uno por su aniversario. Había visto un episodio de Oprah sobre ello y pensó que sería romántico. Aunque a Doug no le entusiasmó la idea pues recordaba a alguien hablar sobre alguien que se había hecho uno con el nombre mal escrito. Y, a diferencia de un tatuaje, esas cosas eran permanentes.
    Por supuesto, él sabía cuándo había ocurrido lo que fuera que era: esa noche en la que él, Lauden y esa chica habían ido a esa fiesta.

    -"¿Cariño?" llamó. ¿Qué hora es?

    Quizá estaba sirviendo el desayuno. Podía oir voces... Olivia se había levantado. Confió en que Cheryl le diría que no entrase. No sería la primera vez que ella veía a su Papi atado hasta arriba, pero no se sentía con ganas de dar largas explicaciones antes de tomar café.

    Quizá pudiera llamar a Lauden y preguntarle lo que habìa ocurrido.
    Recordaba que, después de salir del Coors, habían ido al Pilar. Recordaba que la chica quedó impresionada con la comida; pero probablemente, era fácilmente impresionable. Bueno, ciertamente lo era, pues se había reído mucho con los chistes de Doug.

    Su reloj sonó. Cheryl respondió.

    ("¡Otro chico de los envíos!. Dios la maldiga. ¡¿El desayuno también?!"), Doug echaba humo.

    Pero luego, recordó con culpabilidad cómo había luchado contra Lauden por la cuenta del Pilar. Por no mencionar su insistencia en comprar algo de dopa antes de ir a la fiesta. La cerveza y la belleza siempre le convertían en un derrochador.

    Tras la dopa, los recuerdos de esa noche se interrumpían en diminutas secuencias. Lauden en el taxi, despidiéndose con la mano de él y la chica; La chica caminando por la cerretera con él hacia un extraño lugar; Él contándole a ella lo precioso que era su pelo...

    ("Oh dios ¿se había acostado con ella?")

    ...La fiesta misma y él, de pie, inmóvil en el remolino de todo tipo de rarezas y césped, observando crecer esa cosa planta mural, inhalando el humo de algo...

    La puerta del dormitorio se abrió y se cerró. Aguardó a que Cheryl dijera algo pero sólo la oía vestirse. Al fín, ella dijo: "¿Estás dormido?"

    -"No."

    -"Eso es un cambio," dijo ella tratando de sonar leve pero sonando amargada.

    Doug oyó el tintineo de llaves.

    -"¿Sabes, Doug?," dijo Cheryl mientras le liberaba, distinguiendo las palabras. "He tenido ofertas."

    Sus manos cayeron y él las dejó caer.
    ("¿Ofertas de empleo?")

    Se obligó a respirar.

    ("¿Y si quería ahora irse a buscar un empleo en Frisco?")

    Siempre habían querido ir como una familia pero Doug sabía que estaba ansiosa por volver a la fuerza laboral...

    ("¿Y si quería ahora el dinero para mejorarse?")

    Se alborotó frenéticamente en busca de una excusa. Tiró de la venda y cerró los ojos, cegado por la brillante luz matinal.

    Cheryl, totalmente vestida, estaba lanzando las esposas en la caja de juguetes.

    -"Tienes suerte de que fuera un idiota," dijo ella, su cara estaba compuesta de tristeza.

    Cerró la caja de juguetes y la empujó fuera de la vista.

    ("Oh. ESE tipo de oferta.")

    La miró a la cara, no sabía qué decir. Suspiró otra vez.

    -"Oh, deja esa mierda," dijo Cheryl saliendo de la habitación.

    Se levantó, frotándose ausente sus muñecas magulladas y dió pasitos hacia el cuarto de baño. Se giró y miró su espalda para ver sobre lo que trataba todo el jaleo. Tuvo que ponerse de puntillas para hacerlo.

    Era un pequeño círculo con una "i" dentro de èl. Le llevó unos segundos relacionarlo como la etiqueta de Los Infiltrados. Lo frotó...era un tatuaje. Probablemente radiado cuando estuvo distraído en la fiesta.
    Levantó la tapa y orinó. Trató de recomponer sus recuerdos de la fiesta pero todo lo que tenía eran fragmentos. Podía visualizar el edificio en el que estuvo: el techo mayormente destruído y las estrellas. El suelo cubierto de tierra.

    ("O la habían llevado dentro o habían quitado el suelo.")

    También había algún tipo de música pero no podía recordar de dónde venía, si era la gente la que la hacía o qué...

    ("¡Y los humos!")

    El incienso estaba por todos lados pero no picaba ni ahogaba...justo lo contrario, hacía sentir sus pulmones infinitos, como si pudiera respirar ese aire frío y delicioso para siempre.

    Mientras el agua bajaba en espiral por la taza, recordó la planta mural. Sólo podía verse de lejos, no tenía sentido de cerca. Tenías que ir hasta una plataforma superior alejada y, entonces, se podía ver el diseño espiral.

    Había pensado que, quizá, si encontraba un lugar lo bastante alto, podría ver los esquemas de su vida.

    * * * * *

    Doug daba animados pasos por el centro comercial tratando de no arrastrar a Olivia.

    -"Vamos, chica," dijo, "Tenemos que ir con mamá dentro de una hora."

    -"Eso es mucho tiempo," se quejó Olivia tratando de parar en una ventana que mostraba la última banda del chico, vestida a cuadros. Uno de los miembros estaba burlándose de la audiencia con la lengua fuera y Doug frunció el ceño.

    ("Encantador."), pensó notando que su irritación paternal implicaba que la agencia que reunió a Pole Position habìa hecho bien su trabajo.

    -"Habrá tiempo para comprar ventanas después de que Papi haya hecho lo que tiene que hacer." prometió jovialmente.

    Escaneó los nombres de la tiendas, vió uno que parecía prometedor: Logo XXX.

    Se paró en la pantalla, Marca Prometedora, Obra de Piel,
    Musculado, Bod Mods de Todas Clases, y tras unos segundos, una rubia alta vestida con una bata caminó por dentro de la pantalla.

    - "Hola ahí," dijo el holograma desatándose el cinturón, "Acabo de terminar un trabajo en Logo XXX que me moría por enseñarte..."

    Siguieron caminando. No hizo lista específica de lo que él necesitaba y parecía que iba plantear todo tipo de preguntas en la mente de nueve años de Olivia. Un segundo después: "¿Papi?"

    -"¿Si, Oliviaceite?" dijo él deseando que no hubieran parado.

    -"¿Cuándo nos vamos a Frisco?"

    -"¿Porqué lo preguntas?" dijo tratando de mantener la agudeza de su voz, deseando que hubiera sido una inocente pregunta sobre sexo.

    Llegaron a un escalador.

    ("Vamos, está aquí, en algún lugar...")

    -"Porque Savana, la nueva, se fue hace unos dìas. Tiene tanta suerte. Mi escuela es tan cutre."

    ("Cutre es todo lo que puedo permitirme, mi dulce niñita.")

    El escalador se movía despacio pero Doug no tenía energía para andar. Evitando los ojos de Olivia, encontró la tienda que estaba buscando.

    -"Allí está," dijo Doud señalando.

    Olivia giró la cabeza. "¿Dónde?"

    La pantalla de la ventana del Dr. Bodmodz era comparativamente austera, más como de hospital que de lupanar. El interior no había cambiado mucho desde que había estado aquí con los amigos unos veinte años atrás.

    ("Jesús.")

    La recepcionista se apoyaba en el marco de la puerta. Era una señora en sus últimos sesenta con un corte de pelo conservador. A Doug le alegró: siempre se sentía bobo al discutir estas cosas con alguien más joven que él.

    -"Uh, hola," le dijo a la señora de sólidos ojos negros pero con sonrisa de bienvenida. "Me gustaría quitarme un tatuaje."

    Ella asintió y Doug apreció sus maneras profesionales.

    ("Nada de sarcasmo aquí.")

    -"Puede usar la cabina uno. ¿Y para la señorita?"

    Olivia soltó una risilla pero era demasiado tímida para responderle a la mujer.

    -"Papi, ¿puedo hacerme un tatuaje?" susurró ella.

    -"Claro, cariño," dijo él contento de que ella estaría ocupada.

    Antes de entrar en la cabina, miró a su carita de satisfacción: "¡Pero nada de implantes!"

    Ella negó con la cabeza y sus rizos rubios se balancearon. La señora le estaba mostrando cómo elegir un dibujo.

    Doug cerró y atrancó la cabina. Una caricatura de un amiguito redondo con esmoquin apareció: "Hola, Soy el Doctor... "

    -"Quitar tatuaje," dijo Doud para ver si podía saltarse la introducción. El dibujo gorjeó: "¡No hay problema! Ppr favor, muestre el área el tatuaje." Doug lo hizo.

    Un rayo de luz escaneó rápidamente su cuerpo y proyectó una imagen ampliada del tatuaje.

    ("Ojalá que Lauden haya venido a la fiesta. Podría preguntarle lo que pasó.")

    -"Diagnóstico: tratar este tatuaje costará $130.54 y llevará menos de un segundo. Debe saber que el tatuaje, en realidad, no desaparece. El área es radiada con el mismo.color qie su piel circundante. ¿Desea la operación?"

    ("Debo de haber balbuceado algo sobre mi misión de Los Infiltrados y algún chico pensó que sería divertido etiquetarme una i dentro del círculo. Sí."), pensó entrecerrando los ojos para ver la imagen ampliada.

    ("Incluso es borrosa...lo hizo con algún chisme barato portátil.")

    Justo cuando empezaba a sentirse mejor, notó que era borrosa de forma extrañamente regular.

    -"Amplía imagen al 500%," dijo.

    Ahora la imagen ocupaba la mayor parte del muro de la cabina y estaba claramente hecha con números y letras, tan densamente empaquetados, que semejaban una imagen sólida.

    ("Santo dios, ¿qué demonios es ésto?").

    Se quedó de pie allí durante un segundo.

    El doctor de dibujos empezó a dar golpecitos en el suelo con el pie: "¿Y bien?"

    En un soplo de inspiración, usó su reloj para escanear la imagen.

    - "Esta imagen parece ser un archivo encriptado. Desencriptando...", dijo el reloj.

    -"Tengo otros pacientes, ¿sabe?," dijo el doctor, irritado "Y, francamente, estoy perdiendo mi.paciencia con..."

    -"Vale," dijo Doud.

    El tatuaje quedó limpio.

    -"Desencriptado completo. Conectando..."

    -¿Conectando...a qué?

    Su reloj proyectó en su retina una oficina. Había un hombre en su escritorio cuyas facciones estaban cambiando constantemente.

    -"Hola Doug," dijo él buscando algo. "Me alegro de que te pusieras en contacto."

    -"¡Desconecta!," dijo Doud entrando pánico.

    El silencio en la cabina fue súbito y completo. El doctor de dibujos se había ido. Esperó un segundo para que su reloj sonara, pero no lo hizo..

    ("¿Quién demonios era ese?")

    Se vistió y abrió la puerta.

    - "¡Recuerde pagar a la enfermera a la salida!" , le indicó la voz del doctor tras él.

    La enfermera alzó la vista cuando él cerró la puerta de la cabina.

    -"¿Todo ha ido bien?" preguntó preocupada al ver su mirada afligida.

    -"Estoy...todo va bien," dijo él.

    Olivia se giró y le mostró una sonrisa. Tenía un vívido tercer ojo de largas pestañas en mitad de.la frente.

    - "¿No es precisoso?. ¡Igual que Ultrachica Suprema!"

    -"Muy bonito, cariño," dijo con sonrisa fatigada.

    La enfermera había calculado el total. Doug tocó la placa de pago con su reloj, ya saboreando los Big Macs que estaría comiendo cada día de la siguiente semana.

    -"Gacias por venir a Dr. Bodmodz... la cirugía más divertida de toda la ciudad." dijo ella.

    Salieron de la tienda y les llevó un tiempo regresar al punto se encuentro. Naturalmente, el nuevo album de Pole Position: ¿En Qué Posición Quieres Mi Pole? fue comprado por el camino. Llegaron algunos minutos tarde pero Cheryl aún estaba de compras. Él escaneó a la pequeña multitud buscándola, imaginando que cada minuto adicional arrancaba dinero de su cuenta.

    -"Ooh, sólo soy un sucio mono grasiento," cantaba en voz baja Olivia a dúo con su reloj. "Ooh, si me miras el bum puedes ver," ella dijo. "¿Quieres oir, Papi?"

    -"No, pequeña," dijo distraídamente apollado en la barandilla.

    Escaleras abajo en la planta inferior, había un poco de conmoción.

    La seguridad del centro trataba de acompañar a alguien hacia la salida. Era una mujer joven de vestido chillón. Estaba gritando algo y Doug
    trató de oir lo que decía.

    -"¡No podéis controlarme!" decía con sus labios pintados doblados de rabia.

    Un guarda de seguridad alzó una mano para tranquilizarla mientras llevaba la otra hacia su pistola.

    -"No, ¡que os dén! ¡No voy a irme hasta que consiga lo que quiero!"

    El guarda de seguridad, sonriendo, dió unos pasos hacia ella con la mano aún extendida. Ella le agarró por la muñeca y le retorció el brazo hasta que mantuvo al hombre con una presa en el cuello.

    De pronto, el resto de guardas fue apuntado por una pistola que parecía absurdamente grande en su mano. Ella la agitaba alrededor frenéticamente, haciendo huir a los clientes.

    Doug cogió a Olivia y la separó de la barandilla.

    La mujer golpeó al guarda que tenía agarrado con el culata de la pistola y éste dejó de resistirse. Otro guarda alzó las manos con los ojos abiertos por la conmoción.

    - "¡Lo quiero grátis!" le gritó.

    Doug suspiró aliviado y dejó libre a Olivia, sintiéndose bobo. Olivia volvió a la barandilla y observó.

    El guarda negó con la cabeza y la mujer le disparó en el ojo. Su cuerpo se derrumbó como un castillo de naipes. Su cabeza golpeó el suelo.con un "splick" húmedo y la sangre se concentró alrededor de ella. Parecía, desde el ángulo picado de Doug, un halo rojo.

    La mujer, dió una patada al bulto gimoteante a sus pies y caminó hacia la salida.

    -"¡Sois una jodidas ovejas!" gritó a los clientes del centro comercial moviendo la mira saler por la masa acurrucada. "¡Hacéis todo lo que os dicen!"

    El otro guarda de seguridad se había recuperado y se erguía en posición arrodillada deslizando la pistola fuera de la funda lentamente con torturadora precaución mientras la mujer harangueaba a la multitud.

    -"¡Pagáis todo lo que os dicen que paguéis!. Bien, pues...¡que les dén...! "

    Le llevó apenas un segundo girarse y disparar al guarda, que cayó con una herida axfisiante en la garganta.

    - "¡Liberaos vosotros mismos!" gritó disparando al aire, un disparo por cada palabra: "¡Liberaos...Vosotros...Mismos!"

    Cada uno de los tres disparos soltó una bandera plateada que se desplegó desde el techo en cúpula del centro.comercial. Las banderas decían: Paquete Plata de Usted, ¡Ahora es Grátis! y Restricciones Aplicadas.

    La mujer desapareció y la mayoría de la gente ya se había dispersado pero había un barullo sano. La gente estaba señalando las banderas y sonriendo, si era a causa de la sorprendente oferta o a causa de que probaban que todo había sido una escena, era difícil de saber.

    -"¿Porqué siguen allí tirados, Papi?" dijo Olivia con voz aburrida.

    Él miró sobre la barandilla a los dos guardas que, ciertamente, parecían convincentemente muertos. Le vino la perturbante idea de que habían decidido llevar la ahogante estrategia de mercado a un nuevo extremo pero no lo dijo en voz alta.

    -"Creo que es para mantenernos atentos." dijo. "Probablemente haya toda una escena secundaria con bolsas de cadáveres o zombies o viudas de luto."

    Aunque, principalmente, él estaba confundido con la oferta. El Plata no era tan malo. No tenía ninguno de los frills pero no era el equivalente de ropas de plástico como lo era el Bronce. Tenía cierta dignidad y quizá, tras pocos años podía trabajar hasta el Oro...

    -"Olivia, ¿pero qué...?" exclamó Cheryl con sus brazos llenosde paquetes de Deportes Gap y Camino Seguro.

    -"¡Soy Ultrachica Suprema!", cantó Olivia.

    Ella se frotó la sienes con loa dedos alrededor de su tercer ojo.

    - "Yo predigo que... ¡hay algo de chocolate para mí en esa bolsa!" dijo ella.

    Cheryl le dió una sonrisa lánguida.

    - "Quizá cuando volvamos al coche...bueno, a casa," corrigió.

    Doug sintió una punzada de culpabilidad...

    ("¿Quién va al centro comercial en taxi?")

    ...y la sublimó cogiendo algunos paquetes que llevaba.

    -"Tengo algo aquí para tí," dijo señalando con la barbilla una bolsa de Secretos Victorianos.

    -"Es una réplica exacta de los que solían usar en los burdeles en 1900."

    Él miró dentro y vió el mango de un látigo.

    -"Yiiijaaa,", dijo alzando las cejas.

    ("Juguetes sexuales de época.")

    Cheryl era tan 18—34. Empezaron a salir del centro comercial.

    -"¿Algún problema con tu...?" empezó Cheryl.

    -"No, no, era sólo una obra radiada de broma," dijo Doud, desesperado por dejar el asunto. No podía pensar en ello en ese momento. "Debe de haber ocurrido en la fiesta."

    Cheryl cogió a Olivia de la mano, negaba con la cabeA cuando miraba su nuevo tatuaje.

    -"Tiene fotos de escuela la semana que viene, ¿sabes?"

    Doug se golpeó la frente.

    - "Oh, maldición."

    Llegaron al escalador. Doug señaló una de las banderas.

    - "¿Has visto el anuncio...?"

    -"Por eso llegué tarde, estaba llena de miedo," dijo con una mueca. "Esas estúpidas cosas me engañan siempre."

    Llegaron al nivel donde yacían los cuerpos y Cheryl agitó la cabeza.

    - "Van demasiado lejos."

    Doug, normalmente, habría señalado a los adolescentes con capucha que curioseaban en torno a los cuerpos y dicho que reacción positiva compensaba su ligera desaprovación... demográficamente hablando. Pero no quería empezar una charla de tiendas ahora mismo. Quería tantear las aguas.

    -"Sí," dijo él. "pero es una muy buena oferta. Estoy tentado de apuntarnos."

    Las cejas de Cheryl se elevaron.

    - "¿Apuntarnos? ¿al Plata? Estás bromeando. Estás bromeando, ¿verdad??"

    Doug sonrió con valentía, temblando por sentro.

    -"No, en serio," dijo levemente, "Piensa en el dinero que ahorraríamos."

    Le peinó un rizo a Olivia mientras escuchaba a Pole Position.

    -"¿Qué pasa si en el trabajo te necesitan allí?" dijo con un tono histérico ascendente. "Me refiero a que, el dinero que ahorraramos si estuviéramos en Frisco, podría volver en un empleo que diera dinero en vez de..."

    Doug estaba riendo con las manos en los bolsillos y paseando.
    Le dolía el pecho por la insinceridad de la risa, pero funcionó.

    -"Serás capullo," dijo Cheryl golpeándole en el brazo.

    -"No me sorprende que ese anunciobte asustara," dijo él. "¡Eres una boba!

    Olivia, captando sólo el final de la frase cantó.

    - "¡Tú boba madafaka!"

    Todos se rieron, dejaron el centro comercial y entraron en un taxi que parecía esperarles.

    * * * * *
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    (23) Jim Munroe: "Todos de Silicio" Bajo licencia Creative Commons Attribution-
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    ************************************
    Eileen (VI)

    Eileen caminó por los pasillos plateados de la estación espacial.

    Los diseños octagonales en las paredes cambiaban cuando los miraba. Cuando los tocaba sentía un tacto helado subirle por el brazo. No se suponía que ella estuviera allí.

    Rodeó una esquina y escuchó voces. Reconoció una y la otra no. La segunda era un poco amortiguada.

    -"...no puedo venderlos por separado. Es un trato por el paquete, me temo."

    -"Once dólares es demasiado caro," dijo el desconocido. "Los elementos químivos de las unidades valen siete dólares, como mucho."

    Eileen llegó a una puerta de donde parecían surgir las voces y quedó de pie delante, tan silenciosa como pudo.

    -"Bueno, hay más que los costes de producción," dijo la voz con irritación creciente.

    Esto avivó la memoria de Eileen.

    ("¡Era Oscar! su viejo enlace de campo. ¿Qué hacía él aquí?")

    -"Había costes de embarque y de recolección. Y no es que fueras a querer compuetos químicos derretidos."

    Una risita extraña. "No, los preferimos enteros. Es cierto.", hizo una pausa. "Nueve dólares."

    Eileen se inclinó más cerca de la puerta.

    -"Me han dicho que no baje de diez ni un céntimo," dijo él.

    ("Bien hecho, Oscar, se firme con...quien sea ese")

    -"Pero éstos son modelos discontínuos," dijo la voz subiendo una octaba, casi gimoteando. "Reserva antigua. Ni siquiera se necesitan ya."

    Eileen casi contuvo la respiración esperando la respuesta. Por alguna razón, parecía ser importante.

    Oscar no respondió.

    Hubo un sonido de frustración: "Pues bien. Que sean diez. Vosotros, los humanos, sois buenos vendiendo."

    ("¿Humanos?")

    Oscar soltó una carcajada. "Será mejor que sí. Nuestra cultura se ha centrado en el comercio durante siglos."

    -"La nuestra se ha centrado en obtener comida. Ese es el problema. Demasiado hambrientos."

    -"Hablando sobre éso, ¿quieres abrir uno para celebrar el trato?"

    -"Una excelente idea. Pensaba que nunca preguntarías. Me gusta, particularmente, el sabor a clón."

    ("Oh dios oh dios."), pensó Eileen.

    Ella buscó, frenética, alguna forma de abrir la puerta. Mientras sus dedos arañaban el frío metal, notó lo joven que era, sus pequeñitos dedos como salchichas.

    ("¿Porqué soy una niña pequeña?")

    -"Aquí tienes," dijo Oscar jovialmente. "Un joven clón. ¿Necesitas un cuchillo?"

    ("¡Jeremy!") gritó Eileen en silencio. Dió empujones a la puerta de metal pero ni siquiera se oyó el sonido. Sus brazos eran bracitos inútiles de niña pequeña, enfriándose y enfriándose.

    -"No con tal tierna carne. Usaré mis...¿cómo las llamáis?...¿gorras?"

    -"Garras," dio Oscar.

    El resto de lo que dijo quedó apagado por horribles desgarrar-quebrar-sorber.

    Eileen cerró los ojos con fuerza. Golpeó el frío muro hasta que no sintió más sus puños y se dió cuenta de que estaba golpeando un suelo de cemento.

    Tras despertar, le llevó unos segundos recordar dónde estaba. La alcoba bajo el puente era un lugar diferente a la luz del amanecer y ella quedó tumbada de lado un rato, mirando el agua y oyendo el tráfico por encima. Se sentó y tosió una masa de flema del mismo color que el hormigón en el que había dormido.

    De pronto comprendió de dónde venía su náusea. Una noche de aire sin filtrar.

    ("Desagradable.")

    Se puso la máscara y cuando estuvo muy segura de que no iba a vomitar, la selló. Su visión aumentó de inmediato, su respiración se despejó.

    -"Qué horrible, horrible sueño.", dijo.

    Silenció el ruído de los coches y subió el del agua, dejándo que la apaciguara.

    Se preguntó porqué su cerebro había llamado a Oscar en el sueño. No podía recordar mucho sobre él salvo su voz. Aunque lo había conocido en persona, no recordaba su cara. Tenía una constitución media y se peinaba con raya en medio. Era un poco osado y había realizado su entrevista final.

    -"¿Podrías explicarme, con tus propias palabras, las razones históricas de la inquietud actual que se extiende por las regiones africanas?"

    Ella no había sabido que era su entrevista final, lo que era bueno pues habría estado mucho más nerviosa. Aquellas eran cuestiones difíciles y la historia no era uno de sus fuertes.

    -"Bueno...," había dicho ella. La entrevista había tenido lugar en un edificio muy elegante que nunca había visto antes. "Muchos de esos países...regiones, no podían repagar sus préstamos al CICU.", había hecho una pausa confiando en que no le preguntaría sobre lo que las siglas significaban.

    ("¿Corporación algo Unida algo?")

    Él no lo preguntó.

    -"Y algunas de ellas se negaron a hacer los cambios necesarios para el streamlining. En vez de entregar el poder al proveedor de servicio, los gobiernos blanquearon el dinero."

    -"Aajá," había dicho Oscar con tono aburrido pero esperando que ella continuase.

    De pronto recordó algo.

    - "Estaba viendo la TV con una amiga una vez y salió un informe que mostraba una persona en Cuba, una de las regiones que habían defectuado, cómo obtenía cuidados médicos grátis. Ella había empezado a llorar porque su papá estaba en el hospital y sólo podían permitirse servicios de tercer nivel. Pero aquél anciano en Cuba tenía su propia cama y la gente sonreía..."

    -"¿Qué sentiste tú?," Oscar preguntó concentrado de pronto.

    -"Bueno," había dicho deseando poder saber lo que él quería oir. "Parecía injusto que usaran el dinero para eso cuando nos lo debían a nosotros."

    -"¿Pero cómo te sentiste?" había repitido Oscar.

    -"Bastante enfadada." había dicho Eileen, reluctante a admtirlo.

    No le gustaba estar enfadada, ya daba bastante lástima ser la mitad de una mujer, no le gustaba sonar como un hombre. Pero Oscar había asentido y hecho una nota antes de cambiar a otro tena.

    Era su forma de preguntar un montòn de cuestiones, todas con tonos diferentes. Después te dabas cuenta de que sólo dos o tres realmente importaban. Le agradó que él fuera más listo que ella, especialmente tras el lío en Zimbabwe, su voz de analista había estado increíblemente tranquila. Él le daba sentido. Ella había estado a punto de tirar la toalla.

    Ahora Oscar parecía muy lejos. Había tenido muchas palabras sobre mantenerse en contacto con el resto de su unidad, pero habían sido sólo palabras. Ahora, a la luz de lo que Paul había dicho, se preguntaba si el resto se habría sentido avergonzado por lo que habían hecho.

    Eileen no sabía lo que pensar. En aquél tiempo le habìa parecido que era lo único que podía hacer: ayudar a estabilizar la economía ayudaría a todo el mundo. Un empleo emocionante, bien pagado y, ciertamente, ella había viajado más que nadie que conociera, incluso aunque no pudiera hablar de ello.

    Aunque, por lo que Paul había dicho, sonaba como si él hubiera estado en el otro bando. Bueno, quizá tabajar en ambos bandos implicaba que ella no ayudaba a uno más que al otro.

    ("Deja que los grandes cerebros averigüen el resto")

    Se levantó sin trazas de mareo gracias a las drogas que el traje le proporcionaba. Se concentró en el icono de correo y lo abrió.

    -"Hola, Eileen," dijo la voz de Paul. "Estaré muy ocupado todo el día de hoy así que, he dejado este mensaje para informarte de lo que está pasando. Ahora tienes enlace satélite por via de un confusor. Tienes acceso sin revelar que tu traje está en acción."

    Media docena de iconos aparecieron simultáneamente sobre la periferia visual de Eileen, pilas diminutas de papel los identificaban como documentos.

    -"He preparado algunos dossiers para que leas mientras esperas. Son casi todo lo que sabemos sobre la tecnología de Usted. Lo que será más relevante para tu misión es lo que hay en Escondites."

    Hubo una pausa, un murmullo y luego, la voz de Paul de nuevo: "No sabemos exactamente cuando te necesitaremos, de modo que, estate preparada.
    Ten cuidado"

    (click)

    Eileen asintió para sí misma, complacida con lo educado que era Paul.

    Era mejor que se moviera ahora pero se sentó en el hormigón y miró los documentos. Nunca le habían dado tanta información antes y la halagó tanto como la preocupó.

    ("¿Qué esperaba él de ella?")

    1- Posesiones de Usted: Públicas y Encubiertas.
    2- Procesos de Usted: Efectos a Largo Plazo.
    3- Escondites de Usted: Teoría y Datos.
    4- Debilidades de Usted: Fallos de Sistema...

    Eileen abrió el de Escondites, como Paul había sugerido.

    La inteligencia artificial usada para crear las operaciones de Usted y la ejecución-mantenimiento de Frisco es la única "entidad" que sabe cómo los cuerpos de sus clientes llegan a su escondite o dónde está el mismo. Esta extrema seguridad es necesaria, como afirman los representantes del consorcio Usted, para prevenir la vulnerabilidad de ataques o toma de rehenes. A pesar de la falta de datos, el sentido común señala algunas pocas posibilidades sobre el almacén de los cuerpos post-transferidos:

    1. Ninguno [Destruídos]

    2. Fondo del Mar

    3. Estación Orbital

    4. Regiones Extranjeras

    5. Bajo Tierra

    Eileen suspiró. Todas ellas sonaban probables para ella. Deseó que Jeremy estuviera aquí. Tenía la inteligencia de su hermano Leo. Recordó la vez en la que habían ido al parque, Jeremy no tendría más de nueve. Se sentaron en sus sitios, extendieron una sombrilla e iban a empezar el picnic cuando un gran tanque plateado de juguete llegó rodando hacia ellos.

    Eileen se sorprendió primero y lo señaló a Jeremy. Jeremy lo miró brevemente y luego miró alrededor. El cañón del tanque había lanzado pasta roja pringosa sobre ellos.

    Eileen había saltado sobre sus pies tratando desesperadamente de recordar de su entrenamiento de qué color era el napalm. Luego, oyó la risa, vió a los pequeños rufianes, uno de ellos levantó su puño y gritó:

    -¡Humanos uno. Clones cero!"

    Ella había mirado a Jeremy, y él dijo: "Chicos de la escuela."
    Pero él estaba concentrado en el tanque, dando golpecitos a algo en su reloj. Eileen pensó que estaba en shock y le dijo para restar importancia.

    La mayor parte de la pasta roja había golpeado la cesta del picnic pero nada había caído dentro así que, Eileen la abrió y sacó los sandwiches y las cajas de bebidas. Abrió una y trató de dársela a Jeremy, pero él aún estaba tocando su reloj, aunque ahora sonreía.

    Eileen siguió su mirada justo a tiempo para ver el tanque de control remoto subir el bordillo y entrar en el tráfico. El chico que había chillado antes retrocedió al ver su juguete aplastado por un camión. Jeremy cogió la bebida de la mano aturdida de Eileen.

    Observó al chico beber inocentemente y quedó doblemente sorprendida: no sólo había alcanzado su objetivo sino que no había necesitado regodearse de ello. Había dejado el marcador en empate y ahí terminaba el asunto.

    El sol era alto ahora. El área de sombra encogía, la línea de sol avanzaba indetectable hacia ella. Le urgió la necesidad de salir: quedarse allí sentada recordando la ponía nerviosa. Pero no quería arriesgarse a plena luz del día.

    Se alejó cuanto pudo de la línea solar, se sentó con las piernas.cruzadas y le dijo al traje que redujera su metabolismo al mínimo pero con alerta de mensajes.

    El traje mantuvo un reloj digital en la esquina inferior derecha de su visual, los minutos pasaron como segundos.

    Era una lástima que reducir el tiempo no la hiciera más joven. No es que le importara ser vieja, comparada con Mary. Se había ajustado a ser una anciana sin ningún esfuerzo.

    * * * * *

    "No puedo creer que esos bastardos no nos avisaran," había dicho Mary un día después de la reunión, con la nariz casi tocando el espejo mientras se miraba a los dientes. Ellas dos eran las últimas en la sala de vestuario.

    Las últimas misiones habían requerida mucha velocidad y el metabolismo acelerado había tomado el control. Eileen había corrido,
    sellando el vestidor y pulsando su código.

    -"El contrato decía algo, ¿verdad?"

    Mary resopló y cogió su kit de maquillaje: "¿Te refieres a los Efectos Desconocidos de la Tecnologìa Experimental'?" sacó su peinador y lo encendió. "Lo hacían sonar como cáncer o algo, no ésto."

    Deslizaba el peinador atrás y adelante, brúscamente. "O sea, con cáncer sólo te ponen bajo aquéllo y te lo sacan. Lo he tenido dos veces. Pero estas arrugas...¡dios!"

    Eileen no dijo nada. De una forma extraña, se sentía aliviada por la cara de la anciana en el espejo que le devolvía la mirada. Observó a Mary enterrarse bajo el kit de maquillaje y le alegró no tener que preocuparse ya por todas esas cosas. Significaba que su soltería no era tan conspicua, tan lastimosa. Para una persona de la calle, ella podría haber sido una viuda.

    -"¿De qué te ries?" disparó Mary golpeando el colorete como si estuviera sacudiendo una alfombra.

    -"De tí. Eres tan guapa y aún te quejas."

    -"¡Hmph!" replicó aplacada.

    Y, resultó, con arrugas o sin ellas, que se había casado un año antes de dejarlo. Mary siempre conseguía lo que quería y nunca estaba satisfecha.

    Después de que el sol plopped en el agua, Eileen le dijo al traje que aumentara su velocidad. Su reloj aminoró pero, antes de que ella pudiera empezar a aventurarse fuera del agujero, el traje le dió un mensaje de error.

    -"Recalibración en progreso..."

    Había pasado mucho tiempo desde que había estado en el traje. Había olvidado del todo la regla de los cinco minutos, una de las básicas. Suspiró y se sentó de nuevo conectando con Mis Noticias para matar el tiempo.

    Una chica de enormes pechos de 18 o así apareció y habló directamente con Eileen.

    -"¡El paquete Plata de Usted es ahora grátis!", dijo la presentadora con un tono de voz enocionado. "Usted ha decidido hacer que su popular paquete esté disponible para todo el que lo quiera, sin importar ingresos." la presentadora se abrazó a sí misma en un gesto extasiado que casi hace estallar sus pechos en su camiseta.

    - "¡Además, el paquete Plata incluye todo lo básico del paquete Bronce! Una elección personal de casi 50,000 apariciones disponibles. . . una docena de teleportes por día... asesoramiento grátis de ajuste de realidad y... mucho más!", al fin, respiró.

    Dos opciones apatecieron para Eileen:
    VER A STACY TOCARSE
    HÁGALO POR USTED

    Eileen desconectó, aturdida.

    Stacy le guiño un ojo.

    -"Brian, antes de irte, si lo Hace por Usted ahora, se lleva grátis una sesión de chat privado conmigo. Yo adoro a los tejanos..."

    Eileen desconectó de nuevo, esta vez con éxito.

    Estaba un poco confundida por lo directa que se había vuelto la red de noticias desde el último enlace.

    ("¿No las presentaba antes un caballero más viejo? Un hombre sofisticado con un brillo en su ojo, bastante atractivo?")

    Abrió Mi Perfil

    ("¡Ja ja!"), pensó.

    El confusor que Paul había configurado para ocultar su identidad tenía la identidad de Brian, un chico de Texas de 18 años.

    Era oscuro ahora y el traje había completado su recalibración así que, se abrió camino hacia el puente, dando a su humilde refugio un vistazo final. Los faros batían a un paso más normal mientras su traje aceleraba.

    Se dirigió a la ciudad, un lugar muy diferente del que había sido cuando era una niña. Mientras corría la colina, reflexionó que sólo la geografía permanecía igual, sólo las colinas y montañas. Iba por el sur hacia Hastings, evitando las pilas de deshecho humano que campaba allí. Era difícil no odiarlos, aunque lo intentò...eran símbolos del fracaso, la fina fina línea entre brillantes especuladores y temerarios idiotas. Se detuvo al pie de una de ellos, una mujer de unos cuarenta, preguntándose que mercado se había derrumbado para haberla dejado sin amigos ni dinero.

    El bulto infestado de plástico abrió los ojos y miró a Eileen.

    -"¿Mamá?" murmuró. "Muy temprano para la escuela." Cerró los ojos de nuevo.

    ("Siempre ha sido perezosa, supongo.")

    Miró la calle de cuerpos y las vacantes en los escaparates de las tiendas, incluso los cristales golpeados eran viejos y polvorientos.

    Esta calle había ido de ser una línea de fracaso a ser una zona de moda y de vuelta a línea de fracaso.

    Se alejó corriendo hacia el este, sorprendida de lo mucho que habìa cambiado una ciudad que no había visto desde la última dècada. Ella empezaba por la casa en la que vivía como una adolescente en la Avenida Comercial pero, en un capricho, se desvió hacia dentró de un callejón cuando localizó una salida de incendios. Trepó hasta el techo incustrado en piedra y congeló la imagen de la cámara de seguridad que encontró allí. Caminó hacia el borde y miró abajo hacia un valle que solía estar lleno de verde hasta que los desarrolladores lo segmentaron y llenaron de casas, casas ahora con ventanas entabladas y puertas atrancadas.

    Aunque era verde en otra dirección a lo lejos. Aumentó la imagen del viejo patio ferroviario. Había trozos sanos de flora por el suelo, brotes trepando los lados de los vagones oxidados. Eso era extraño.

    Se sentó en el borde del techo, dejando que sus piernas negras colgaran sobre la S de Camino Seguro. Le recordó cómo, cuando era niña, su tía había dibujado líneas sobre la S para hacerla parecer el signo del dólar. Algo tuvo que ver la compañía que compraba en los mercados de fruta de la Avenida. No había pensado en la Tía Marcie en años. Se fue a luchar a Surámérica y nunca había vuelto, como tanta gente perdida en el cambio de los tumultuosos años '20s. Marcie nunca había sido una favorita de la familia de todos modos.

    Eileen se quedó de pie y paseó por el techo espasmódicamente. Vestida hasta arriba y sin lugar al que ir. Desde que abandonó, a menudo fantaseaba con volver a usar el traje. Dependientes groseros, rufianes de la escuela de Jeremy, ese tipo gordo de su barrio que se negaba a limpiar las cosas de su perro, todos ellos se acobardaban y arrepentían en el ojo de su mente cuando se encontraban con la Eileen del traje negro.

    Agitaba sus cuchillos en el techo de piedra y lanzaba, clavaba, retorcía, sacaba...imaginaba intestinos arrastrados frente a ella como una cinta.

    ("¿Los intestinos de quién, Eileen?" Si hay una IA diriguendo el show, no hay objetivos. ¿Qué es una misión sin objetivos?") le preguntó una voz interior.

    Eileen se quedó allí, moviendo sus cuchillos. No hacer nada salvo pensar la estaba agotando. Se sentía una anciana inútil, se tumbó sobre la cama de piedra y alquitrán y le pidió al traje que la sedara.

    * * * * *
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