Que se les aplique la ley como a todo ciudadano (y recalco: sin favoritismos). Que cumplan condena si la ley así lo dictamina, y a partir de aquí, que se les trate como a cualquier persona. Habrá quienes inevitablemente los estigmaticen (cada cual piensa a su manera), y los que primen su trabajo por encima de su moral (y perdonen cualquier atropello).
El perverso asunto de todo esto, es que parece que por ser actores muchos creen que deben tener un trato preferente (en aras del arte y esas historias).
Mi postura es que deberían ser tratados como cualquier hijo de fontanero.