Un Lugar tan Extraño
por Cory Doctorow
Bajo licencia de Creative Commons, Thank you, Sr. Doctorow.
(Original Title: A Place So Foreign, 2003)
Traducción Casera: Sirius
(Homemade Translation)
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El portal del correo me dejó en un callejón de Salt Lake City. La embajada me había dado diez dólares de Wells Fargo, un par de pantalones vaqueros y una camisa que eran demasiado grandes para mí. Así que se balanceaban mientras me abría camino hasta la estación de tren y compraba el pasaje a New Jerusalem.

Era miércoles, el horario normal para el Céfiro Speedball, y no tuve que esperar demasiado en la estación. Compré copias en el tren de "El Grito" de Salt Lake City y del "Crónica" de San Francisco de un vendedor de carrito. El Crónica era de hacía una semana pero estaba lleno de chismorreos fascinates sobre la gran ciudad. Lo leí de cabo a rabo durante el largo viaje hasta New Jerusalem.

Mamá me esperaba en la estación de tren. Yo esperaba algún pellizco pero, en lugar de eso, me abrazó fuertemente con lágrimas en los ojos. Recordé que habían pasado seis meses para ella desde que me fuí.

-James, serás la muerte para mí, te lo juro , dijo ella, después de estrujarme.-

-Lo siento, Mamá,- dije yo

-Le hemos tenido que decir a todo el mundo que habías ido al colegio de Francia,- fijo una voz de hombre familiar.

Alcé la vista y ví al Sr Johnstone de pie unos cuantos metros atrás, con nuestro equipo y carreta. Me miraba.

-He sellado el portal del establo permamentemente por ambos lados.

-Lo siento, señor,- dije yo.

Pero por dentro no lo sentía. Incluso aunque sólo había estado fuera unos pocos días, había tenido la aventura de una vida entera: fumado y bebido y secuestrado y escapado y recibido un mensaje secreto. Mi Mamá me parecía más bajita y frágil; y James H Johnstone era un hinchado engreído.

-Nos olvidaremos de esto, hijo, dijo él. Pero de ahora en adelante, habrá orden en nuestra casa. ¿Nos estamos entendiendo?.

¿NUESTRA casa?. Alcé la vista a mi Mamá. Ella me sonriO nerviosa.

-No hemos casado, James. Hace un mes. ¡Felícitame!

Pensé sobre ello. Mi Mamá necesitaba a alguien para que cuidara de ella y
vice-versa. Después de todo, no era justo para ella estar sola. De inicio, me dí cuenta de que, en mi.mente, dejaría la casa de mi Mamá. Sentí los billetes de Wells-Fargo en mi bolsillo.

-Felicidades, Mamá. Felicidades, Sr Johnstone.

Mamá me abrazó de nuevo y e Sr Johnstone condujo la carreta hasta casa

* * * * *

Todo el resto del día, Mamá seguía mirándome con preocupación cuando pensaba que yo no estaba mirando. Fingí no darme cuenta evhice mis rezos, luego saqué mi Crónica en el huerto de manzanas detrás de la Academia. Me senté bajo un gran manzano y releí el periódico, con todos los curiosos reportajes y pedazos de una ciudad congelada en el tiempo.

Apenas me sorprendió ver al Sr Adelson, ni él pareció sorprendido de verme.

-¿De vuelta de Francia, James?

-Sí, señor.

-Parece que te ha hecho bien aunque tengo que decir que te hemos echado de menos por aquí en la Academia. Ya no era lo mismo. ¿Sigues escribiendo?

-Lo siento, señor, no. No ha habido tiempo. Aunque estoy pensando en escribir una historia de aventuras sobre piratas y viajeros espaciales y naves, dije.

-Eso suena emocionante.-

Se sentó a mi lado y nos quedamos en silencio durantevun tiempo observando las moscas zumbar alrededor. El aire era dulce por las flores del manzano y el único sonido era el aire en las hojas.

-Voy a echar de menos este lugar, dije yo, sin pensar.

-Yo también,- dijo el Sr Adelson.-

Nos miramos el uno al otro y una lenta sonrisa se dibujó en su cara.

-Bueno, Yo sé a dónde voy pero ¿a dónde vas tú, hijo?

-¿Se va?- dije yo.-

-Sí, señor. ¿Eso es un ejemplar del Crónica?. Préstamelo. Te enseñaré algo.

Pasó las páginas y señaló a un anuncio.

-El Slippery Trick está en el puerto y quieren alistar tripulación para navegar por los mares del sur en septiembre. Me presentaré como Contramaestre.

-¿Se va de viaje?- dije yo, atónito.

Para mi sorpresa, sacó una bolsa de tabaco y papel de fumar y se lió un cigarrillo. Yo nunca había visto antes a un profesor de escuela fumar. Le dió una fuerte calada y soltó el humo hacia el cielo.

-A decir verdad, James, no creo que esté aún preparado para dejar esa profesión. Este pueblo no es lo bastante emocionante. Nunca he sido tan feliz que cuando estaba en la mar y esa es una buena razón para volver como cualquier otra. Aunque te echaré se menos. Fue una delicia enseñarte.

-¿Y qué haré yo?- dije yo.

-¡Cómo!, espero que tu madre te envíe al colegio. Te he graduado en la Academia "in absentia" durante ka última semana de clase. Tus notas y diploma te esperan en mi despacho.

-¿Graduado?- dije yo, en total shock.
Aún me faltaba un año para graduarme.

-¡No te sorprendas tanto!. No había ninguna razón para que te quedaras en la Academia. Yo diría que estás preparado para la universidad.¡Quizá Harvard!- me despeinó el pelo.

Me permití una sonrisa. Yo no pensaba que era más listo que los otros chicos pero seguro que sabía un montón de cosas más sobre el mundo. ¡Los Mundos! Y quizá, en el fondo, yo sabía que era un poquitín más listo.

-Le echaré de menos, señor,- dije yo.-

-Llámame Robert. La escuela se ha terminado. ¿A dónde te vas tú, James?

Señalé con mi ejemplar del Crónica.

-¡A mi ciudad natal!

-¿Y Para qué?

Miré a mis zapatos.

-Oh, un secreto. ya veo. Bueno, no seré chismoso. ¿Lo sabe tu madre?

Sentí que me traicionaría a mí mismo. Si le decía que no, él tendría que decirselo. Si le decía que sí, sólo podría avergonzarme si él le daba a ella la noticia. Le miré y él soltó un remolino de humo al cielo.

-No, señor,- dije yo.-No, Robert.

Me miró. Me guiño un ojo.

-Mejor guardarlo para nosotros entonces, dijo él.

* * * * *
CONTINUARÁ