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    21-August-2017
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    Post Respuesta: Cory Doctorow El Super Man y el Bugout

    El Super Man y el Bugout (4/4)
    por Cory Doctorow
    Bajo licencia de Creative Commons, Thank you, Mr. Doctorow.
    (Original Title: The Super Man and the Bugout, 2003)
    Traducción Casera: Sirius
    (Homemade Translation)
    ************************************

    Para cuando aterrizó sobre el tejado de su edificio, sabía que llegaría tarde a la cena. Deslizó como una flecha el ascensor hasta la décima planta y se infiltró hasta la puerta de su apartamento; sólo para descubrir que estaba cerrada con candado. Había una nota del super del edificio clavada a la pelada pintura verde. Entre otras cosas, citaba el código del Acta de Protección de Propietarios que permitìa al super cerrar la puerta y prohibir la entrada a Hershie, bajo consideraciones legales si él hacía algo sobre el asunto.

    El súper-oído de Hershie captó el sonido de una puerta abriéndose al final del pasillo. En un borroso movimiento, voló hasta el techo y se mantuvo allí, pegándose plano en la baldosa acústica. Uno de sus vecinos, ese tipo que parecía siempre reirse del pobre Hershie Abromowicz, recorrió el pasillo y se paró directamente debajo de la forma plana y quieta de Hershie para leer la nota de la puerta mientras se ajustaba el cuello del chaleco. Sonrió a la nota y caminó hacia el ascensor.

    Hershie se dejó flotar hasta el suelo con sus mejillas ardiendo.

    ¡Maldición! No tenía tiempo para esto. Nada de tiempo. Considerò el candado por un tiempo, luego lo partió con el índice y el pulgar.
    Se movió por el apartamento con velocidad superhumana, se cambió con un par de bonitos slacks, un jersey tejido que su madre le había regalado en su último cumpleaños, una chaqueta tweedy y un abrigo de lana. Abrió una ventana y despegó.

    * * * * *

    -Thomas, de verdad, no puedo hablar ahora mismo, dijo.

    Su madre estaba enfadada, tamborileando con las pulseras en el borde de la mesa. Abruptamente, cogió el cuenco de sopa fría y la llevó a la cocina. No había hecho esto desde que él era un niño pero aún inspiraba la misma sensación de pánico en él. Si no iba a comer la cena, ella no iba a guardársela para luego.

    -Súper, TENEMOS que hablar sobre esto. Quiero decir, DefensaFest está sólo a una semama vista. Tenemos cosas que hacer.

    -Mira, sobre lo de DefensaFest. . .

    -¿Sí?, Thomas tenía un nota prudente en su voz.

    La madre de Hershie reapareció con un plato cargado con brisket, tsimmis y kasha. Lo puso delante de él.

    -Hablaremos luego, dijo Hershie.

    -Pero, ¿qué pasa con lo de DefensaFest?

    -Es complicado, Hershie comenzó.

    Su madre recogió el plato de brisket y se dirigió de vuelta a la cocina. Estaba murmurando furiosamente.

    -Tengo que colgar, dijo y cerró su comunicador.

    Hershie persiguió a su madre y cogió la esquina del plato mientras ella lo sujetaba dramaticamente sobre el fregadero. El sujetó el comunicador con la otra mano y le mostró cómo lo apagaba.

    -Está apagado, Mamá. Por favor, ven y come.

    * * * * *

    -He pensado en vender la casa, dijo ella mientras cortaba en rebanadas la tarta de limón.

    Hershie bajó el tenedor.

    -¿Vender la casa?.

    Aunque su padre no la había construído, exactamente, con sus propias manos, había vendido su tripas en la tienda de descuentos de ropa masculina para pagarla. Su madre la había decorado pero la esencia de su padre aún encantaba los rincones.

    -¿Porqué quieres vender la casa?.

    -Oh, es muy grande, Hershie. Sólo soy una anciana y no es que haya ningún nieto que venga a quedarse. Podría comprar un piso en Florida y aún quedaría mucho para tí.

    -No necesito dinero, Mama. Tengo mi pensión.

    Ella cubrió sus manos.

    -Pues claro que la tienes, nenito. Pero los ingresos fijos son para los viejos. Tú eres joven, necesitas un nido para el huevo, algo donde empezar una familia.

    Sus ojos afilados, hundidos en las almohadas de suave piel le perforaron.
    Trató de mantener su mirada ligera y despreocupada.

    -¿Tienes problemas con el dinero?, dijo.

    Hershie se metió en la boca el tenedor lleno de tarta y negó con la cabeza. Los poderes perceptivos de su madre rozaban la clarividencia y él no tenìa confianza en sí mismo para mentirle abiertamente. Miró alrededor del comedor, decorado con pantallas chinas de imitación, tapetes orientales, candelabros de artesanía angular de cristal.

    -Cuéntaselo a Mamá, dijo ella.

    Él suspiró y se terminó la tarta.

    -Es el nuevo Ministro. No me dará la pensión a menos que le diga mi identidad secreta.

    -¿Y?, dijo su madre. ¿Tan avergonzado estás de tus padres que prefieres morirte de hambre antes de decirle al mundo que su gran héroe es Hershie Abromowicz? Yo, no es que me importe, podría por fín hablar con mis amigas cuando ellas hablan de sus hijos, los abogados.

    -¡Ma!, dijo él, sintiéndose con ocho años. No estoy avergonzado de vosotros y lo sabes. Pero si el mundo supiera quién soy, bueno, ¿quién sabe el tipo de peligro al que estarías expuesta? He hecho algunos enemigos poderosos, Mamá.

    -Enemigos, shmenemies, dijo ella. No te preocupes a mi costa. No me hagas ser la causa de que termines en el frío. No estoy indefensa. Tengo a Mace.

    Hershie pensó en las batallas que había librado: los soldados, mercenarios, terroristas, fanáticos y super fanáticos con sus locos planes y aparatos imprácticos. Su madre era tan formidable como una ancianita judía sin nietos podía serlo pero no era rival para las armas automáticas.

    -No puedo hacerlo, Mamá. No sería un acto responsable. ¿Podemos dejar el tema?.

    -Bien, ya no hablaremos más de ello. ¿Estás seguro de que no necesitas dinero?.

    Él imploró desesperadamente por una forma de aplacarla.

    -Estoy bien. Tengo un conferencia programada.

    * * * * *

    Había un mensaje esperándole en su comunicador cuando lo encendió. Un mensaje de una despiadadamente alegre mujer con un animado acento de Texas, que se identificó como la coordinadora de programación de la DefensaFest 33. Ella confíaba que él le devolviera la llamada esa noche.

    Hershie flotaba en una oscura nube sobre el lago, el viento soplaba su abrigo hacia atrás. Él sujetaba el comunicador en su mano. Miró de reojo a través de las nubes y en la distancia hasta que vió el edificio de su apartamento, una fila de ventanas encendidas como dientes, su ventana oscura era un vacío en la sonrida. No le molestaba el frío, hacía mucho más frio en su fortaleza de la soledad pero su apartamento tenía esa calidez especial.
    Era su propia desharrapada esquinita hogareña en la horrorosamente cara ciudad. En el vuelo desde la casa de su madre, encontró al viejo estilo un billete de cincuena dólares, doblado limpiamente y metido en el bolsillo del pecho de su abrigo.

    Él le devolvió la llamada.

    * * * * *

    El súper no estaba feliz de que le levantaran de sus sitcoms pero gruñonanente permitió a Hershie enviarle el dinero del alquiler a su comunicador. Él querìa levantarse y coger el candado pero Hershie le convenció para le que diera la llave con la promesa de devolvérsela por la mañana.

    Su apartamento era un pequeño dormitorio con una constante sinfonía de radiadores. Cada pieza de mobiliario en él había sido rescatada de los rincones de la ciudad mientras Hershie volaba en sus patrullas nocturnas, salvando sillas, sofas e, incluso, armarios de piel de foca de la basura.

    Hershie se sentó a la mesa redonda de formica y llamó a Thomas.

    -Soy yo, dijo.

    -¿Qué pasa?

    Él no quería andarse por las ramas.

    -Voy a hablar en la DefensaFest. Luego me voy de gira seis meses. Pagan bien. Muy bien. Muy, muy bien, lo suficiente para que no tenga que preocuparme por la pensión.

    Los promotores de la base USA habían solucionado su exención de impuestos con el IRS, que la aceptó felizmente, liberándolo totalmente de entrelazamientos con el Rédito de Canadá.
    La alegre Tejana había estado FELIZ de hacerlo.

    Esperó la riada de vitriolo marca registrada de Thomas. No llegó. Con mucha calma, Thomas dijo.

    -Ya te veré.


    -Thomas, dijo él con un tono suplicante en su voz. Yo no he elegido hacer esto. Si no lo hago, tendré que darle a Woolley mi identidad secreta. No me dará la pensión sin mi Número de la Seguridad Social.

    -O puedes conseguir un empleo, dijo Thomas, la injuria del enredo familiar regresaba arrastrándose.

    -Te lo acabo de decir, no puedo revelar mi SIN.

    -Pues haz que tu identidad secreta tenga un empleo, ¡lava platos!

    -Si busco empleo, Hershie dijo, con las palmas sudorosas, tendría que dejar de hacer patrullas nocturnas. Tendría que dejar de luchar contra el crimen.

    -¿Luchar contra el crimen?, la voz de Thomas no mostraba remordimiento.¿Qué crimen? Los bugouts se encargan del crimen, ¡tienen planes para cerrar la policía! Súper, te has quedado obsoleto.

    -Ya lo sé, dijo Hershie, sintiendo pena de sí mismo. Lo sé. Por eso me uní a tus proyectos en primer lugar. Necesitaba un propósito. ¡Soy el Súper Man!

    -¿Y tu propósito es ahora hablar en espectáculos militares? ¿Decirle al mundo que aún necesita sus arsenales aún cuando los bugouts han hecho obsoleta la guerra? Es un propósito estupendo, Súper. Muy Noble.

    Se atragantó en un sollozo desesperado.

    -¿Qué hago entonces, Thomas? No quiero venderme pero tengo que comer.

    -Aplasta carbón y haz diamantes, dijo él.

    Estaba de broma pero no de broma pesada.
    Hershie sintió que su tensión disminuía, Thomas no le odiaba.

    - ¿Tienes idea de lo grande que tiene que ser un trozo de carbón para conseguir incluso una piedra de un quilate? Créeme, alguien notaría que los estratos de carbón están desapareciendo.

    -Mira, Súper, esto se puede vadear. No tienes que venderte. Lo has dicho tú mismo, eres el Súper Man, tienes responsabilidades. Tienes obligaciones. Simplemente, no puedes venderte. Consultémoslo con la almohada, ¿vale?.

    Hershie estaba muy, muy cansado. Siempre era duro para él cuando los rayos amarillos del sol de la Tierra se ocultaban; la luna era un pálido sustituto de sus rayos rejuvenecedores.

    -Hagámos eso. Gracias, Thomas.

    * * * * *

    DefensaFest 33 abría sus puertas en uno de esos días increíblemente brillantes de Marzo cuando la nieve del suelo devolvía suficientes lumens como para encogerte las pupilas hasta micropuntos. A pesar del brillo del día, un amargo viento helado exploraba la Calle Front y el Centro de Convenciones Metro.

    Desde la distancia, Hershie observaba la demostración de asalto frontal del Centro Eaton, a pocos kilómetros al norte y la marcha al final de la calle Front, junto a su ruta permitida predefinida. El resultado era bueno, especialmente para el tiempo que hacía. Aparecieron alrededor de 5,000 con bufandas de lana y pancartas que el viento amenazaba con arrancar de las manos.

    Los veteranos marchaban delante bajo un estandarte, de uniforme. Les seguían los Cuáqueros, que tenían la misma apariencia que los veteranos pero vestían como profesores de inglés. Venían después tres facciones comunistas diferentes que circulaban adelante y atrás, tratando de venderse revistas entre ellos. Por último venía el populacho: el grupo de anarquistas vestidos de harlequines del grupo de Thomas; estudiantes de instituto con sacos de dormir que, aplicadamente, avisaron por comunicador a los empollones de la clase, los cuales votaron quedarse en sus pupitres; civiles que vieron una nota, salieron e intentaban el juego de seguir las letras de los cantos.

    Los cantos se hacían más altos según se acercaban al cordón de seguridad alrededor del Centro de Convención. Los diferentes grupos se mezclaron todos cuando se masificaron frente a las barricadas. Los Cuáqueros y los vets cantaban Dale a la Paz Una Oportunidad, mientras que Thomas y su cohorte merodeaban por allí distribuyendo material a varios individuos de confianza.

    Los estudiantes gritaron abuso a los asistentes que se burlaban en caros abrigos del Centro de Convenciones, con vistosos y caros desayunos e inmaculado servicio de catering.

    La aparición de Hershie silenció a la multitud. Él volaba sobre el lago al lado de la Torre CN, inclinado verticalmente y cayendo a plomo. Los manifestantes lanzaron una gran ovación cuando él los recorríó por encima y luego quedó en silencio y estupefacta cuando aterrizó sobre el lado CONTRARIO de la barricada, junto a los visitantes de la convención. Un poli antidisturbios le sujetó la puerta y él caminó al interior. Un rugido surgió de los manifestantes y fue aumentando hasta convertirse en un aullido furioso sin palabras.


    * * * * *

    Hershie evitó el escenario del espectáculo y se dirigió a la sala verde. De camino le paró un general Somali que había sido absuelto por un tribunal de Crímenes de Guerra pero solo por los pelos. El hombre le saludó como un viejo camarada y pidió a su ayudante que les hiciera una foto estrechándose las manos.

    La sala verde estaba atestada de presentadores succionadores de café que picoteaban furiosamente sus comunicadores y revisaban sus diapositivas. Hershie arrastró curiosas miradas cuando entró pero para cuando había cogido su café y donut, todo el mundo alrededor suyo estaba de nuevo volcado en su trabajo, un campo de repollos calvos untados con productos capilares de alta tecnología.

    Las palmas de Hershie estaban pringosas, su corazón alienígena latía en contrapunto. Su
    pelo irregular caía marchito por el calor agresivo que surgía del ventilador que había detrás de su sofá. Trató de mantener la calma pero cuando un asistente le llamó al comunicador y le indicó la dirección al salón principal estaba hecho una ruina.

    * * * * *

    Hershie entró a la zona donde se grababa el evento de la demostración a tiempo de ver a los Cuáqueros sentados en masa frente a la barricada, con las manos entrelazadas y los culos empapados en el fango del borde de la acera. Los polis los observaban imperturbables y mientras estaban distraídos, Thomas dió la señal a su gente. Ésta desenrrolló rápidamente una pantalla smart de varios pisos de altura, la tela de gasa golpeaba tensa en el viento mientras se desplegaba sobre la fachada del Centro de Convenciones.

    Los polis se percataron de pronto, pero Thomas fue cuidadoso de mantener la pantalla en su lado de la barricada. Tina condujo a un grupo de estudiantes de instituto que extendieron un colector solar del tamaño y consistencia de un paracaídas. Brillaba con el duro sol del dìa.

    Szandor conectó al colector los cables de un aparato proyector con altavoces. El perro de Szandor mordía sus talones mientras preparaba y enfocaba el apararo sobre la pantalla. Szandor enchufó su comunicador al proyector y lo encendió.

    Hubo un zumbido de estática cuando los altavoces volvieron a la vida lo bastante alto para que pudiera oirse sobre el ruido de la calle. El poderoso proyector emitió su imagen sobre la pantalla, brillante incluso a pleno mediodía.

    La multitud vitoreó cuando reconoció la imagen: una emisión en directo de los apuntes clave del Centro de Convenciones. El prominente sillón volador del Patron Ik'Spir Pat. La camara se detuvo en los ojos del Patrón, la única parte de él que era visible desde el interior de la infraestructura que enmascaraba el sillón. Eran orbes plateados observando, con pesados párpados e inexpresivos.

    La cámara giró hasta Hershie. Szandor escupió dramáticamente y encabezó un coro de silbidos.

    Hershie cerró rápidamente su comunicador y se aclaró la garganta, ajustó el micro y se dirigió a la multitud.

    * * * * *

    -Uh..., dijo


    Sus tripas dieron un salto acrobático tres-sesenta en el aire. Era hora de hacerlo bien o de volver a casa.

    -Hola.

    Eso estaba mejor.

    -Gracias. Soy el Súper Man. Durante años he trabajado junto a las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU por todo el mundo. Espero haber hecho un buen trabajo. La mayoría del tiempo, supongo que puede haber sido así.

    Captó el ojo de Brenda, la alegre tejana que le había registrado. Parecía incómoda.

    -Aunque hay una cosa de la que estoy seguro: es que la preparación de la guerra nunca ha llevado a nada salvo a la guerra. Con este espectáculo, vosotros, damas y caballeros, estáis participando en una gigante conspiración para cometer asesinato. Individualmente, podéis no ser malos, pero colectivamente, vosotros sois el mayor inmoral super-villano con el que jamás me haya enfrentado.

    Brenda estaba hablando frenéticamente con su comunicador. El micro dejó de funcionar. Él simplemente expandió su poderoso diafragma y continuó con su discurso. Su voz llenaba el Salón Principal.

    -Os insto a que dejéis esto atrás. Entramos en una nueva era en la historia de la humanidad. El buen Patron aquí ofrece el Universo entero, vosotros medráis por la Tierra negociando las muertes de gente que nunca habéis conocido.

    -Es una terrible, estúpida y descabellada empresa. Tendría que daros vergüenza.

    Con esto, Hershie se alejó del podium y salió caminando del Salón.

    * * * * *

    La cámara le siguió cuando hizo su camino de regreso atravesando el Centro de Convención hacia las puertas exteriores. Saltó la barricada y se puso delante de la pantalla. Los manifestantes le dieron una admirable ovación y Thomas estrechó dignamente su mano.
    La escena se repitió en la pantalla gigante tras ellos, cortesía del cámara que le había seguido volcando la barricada.

    La multitud bailó, se abrazó, rió, el perro de Szandor le mordió en el culo y casi tira el proyector.

    Se recuperó a tiempo de hacerlo caer de nuevo cuando el sillón volador de Patron Ik'Spir Pat atravesó las puertas del Centro y serpenteó hasta Hershie.

    Hershie observó con temor nauseabundo cómo el coche se acercaba. El Patron paró a escasos centímetros de él, de modo que estaban casi ojo con ojo. El Asistente Personal del sillón del Patrón se activó y el Patron habló con el enervante contralto bugout:

    -Gracias por tu contribución, dijo el bugout.
    Fue refrescante haber presentado otra perspectiva.

    Hershie trató un asentimiento de cabeza heroico.

    -Me alegra no haberle ofendido.

    -Todo lo contrario, fue estimulante. He de hablar con los organizadores de la conferencia, este formato parece muy bueno para futuros encuentros.

    Hershie sintió la expresión del Patrón resbalar y deslizarse, deslizarse hacia una mandíbula floja de incredulidad.
    Luchó por mantenerla, luego la perdió por completo cuando uno de los párpados de los plateados ojos del Patron cayó a plomo en un inconfundible guiño.

    * * * * *

    -Hola, Mamá.

    -Hershie, Lo acabo de ver en la televisión.

    Él se acercó de nuevo al comunicador mientras penetraba en la esquina del Belquees a dónde se habìa movido cuando sonó su comunicador.

    -Mama, todo va bien. Me han anotado para los próximos seis meses. Estaré bien.

    -Pues claro que estarás bien, nenito. Pero, ¿Te mataría peinarte un poco antes de salir por televisión delante del mundo entero? ¿Quieres que todos piensen que tu madre a criado a un gandúl?

    Hershie sonrió.

    -Lo haré, Mamá.

    -Sé que lo harás. Eres un hombre muy guapo, ya sabes. Pero nadie quiere casarse con un hombre que va despeinado.

    - Lo sé, Mamá.

    -Bueno, no te entretengo. ¿Crees que podrás venir a cenar el viernes? Sé que estás ocupado pero tu vieja madre no estará aquí para siempre.

    El miró el símbolo de su padre.

    -Estaré allí, Mama.

    ***********************************
    Última edición por Artifacs; 23-Nov-2017 a las 16:19
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