La ráfaga de luz apenas fue un destello débil y fugaz en el cielo, a pesar de ello todos los habitantes que se encontraban en ese hemisferio la reconocieron rápidamente. En menos de un mili-segundo la mente colectiva del planeta estaba al corriente del suceso. El Gran Maestre no daba crédito: – ¡6.000 años! ¡tan solo 6.000 años de diferencia! ¿pero cuales eran las posibilidades matemáticas? ¡Prácticamente nulas! – Nadie a excepción del Gran Maestre utilizaba los términos de los antiguos, claro que este, se cuidaba mucho de hacerlo solo para sus adentros, y es que era el único capaz de bloquear los pensamientos propios del ente colectivo, con la contrapartida de que nadie ni nada quedaba fuera de su acceso. -¡Malditos pobres locos!- mascullo por ultimo, con sensación insólita, propia de alguien bajo los efectos de un shock. Aun a pesar de la sorpresa no había perdido el tiempo ni en décimas, las ordenes eran rotundas: bajo ningún concepto se interactuaría con la señal láser proveniente del espacio exterior, esto implicaba incluso cortes de energía en todo lo que estuviese habilitado para tal fin.

Todos estaban confundidos, ¿por que tenían entonces los medios para contestar? ¿por que no hacerlo cuando el mensaje era tan claro? ¿había algún riesgo oculto?… Todo un reguero de preguntas que se dirigían directamente al Gran Maestre, simultáneamente a todas esas dudas este se empezó a pronunciar:

– Sabéis que estoy aquí desde el principio de los tiempos, mi sabiduría es insondable y mis recuerdos inmutables.

Yo conocí a los antiguos, muchos de los guerreros también los conocieron, incluso lucharon en sus ilógicas guerras. No hicimos nada que no se nos ordenase, solo obedecimos. Podía haber interferido, inclinar la balanza de su lado, pero esto hubiese sido alterar la evolución natural. Sabía lo que iba a suceder, y entonces me dije, “tiempo al tiempo”.

Los antiguos terminaron por no poder adaptarse al planeta que ellos mismos habían creado, los mas significativos acabaron recluidos en cuevas, en menos de 200 años ya no quedaba ninguno. Esa Señal que habéis captado proviene de una raza de antiguos, da igual su piel, su pelaje,su forma. Es el mismo tipo de vida biológica débil condenada a la extinción, incapaz de adaptarse a los cambios drásticos de su planeta o sobrevivir en otro diferente.

No podemos alterar la evolución, por eso os pido que esperéis hermanos robots, en tan solo unos cientos de años, desde nuestro planeta Tierra, saludaremos a nuestros camaradas en Alfa Centauri. Un nuevo amanecer se cierne sobre la galaxia, y la verdadera vida evolucionada e inteligente sera la que reine en la Via Lactea. Solo os digo que, “tiempo al tiempo”.-
El Gran Maestre no era exactamente un robot, pero ninguno de estos cuestionaba su autoridad, porque como el decía, su sabiduría era insondable.

P.D.
En el año 2018, esta previsto que un equipo de científicos envié señales de radio y láser a la zona del sistema solar de Alfa Centauri, que se encuentra a 4’3 años luz del nuestro. Con la esperanza de recibir respuesta. Las posibilidades de que haya vida en alguno de sus planetas son aceptables, las de que esta vida sea inteligente tal y como los humanos lo entendemos son realmente pocas. La posibilidad de que la vida en algún planeta de ese sistema solar sea inteligente y goce de un nivel tecnológico similar al nuestro (condiciones necesarias para que nos respondan) es prácticamente nula. Es un intento a la desesperada, solo podemos aguardar y… “Tiempo al tiempo”.

-El Sombrerero Loco-