Añade la reducción de población, al probable hecho de que empecemos a salir de la Tierra dentro de no mucho (y los puestos de trabajo que ello inevitablemente conllevará).
Podemos ser pesimistas. Podemos argumentar que mucho antes que eso, nos moriremos todos de hambre... O podemos seguir trabajando como hasta ahora para que la conquista espacial sea consolide, confiando en que llegará a tiempo y será suficiente.
Sea como sea, las profecías apocalípticas (vengan de donde vengan y se alimenten de los argumentos que se alimenten), suelen acabar desmentidas con el paso del tiempo.