Esto se hace desde hace mucho tiempo. Recuerdo haber llevado manuscritos para que los encuadernasen, hace más de veinte años (y supongo que se llevaba haciendo desde más tiempo atrás). Lo que supongo es que ahora, los costes seán menores.
Una máquina para encuadernar libros es algo muy específico que difícilmente todo el mundo tendrá en sus hogares, pero una impresora 3D para personalizar objetos será algo muy común dentro de poco. Ya en Barcelona existe un Fabcafé donde la gente lleva sus diseños y mientras la máquina los imprime, puedes tomar algo mientras esperas.