Nada hombre, me alegro de que lo veas con buenos ojos. Y de justificarte nada, que se aprende escribiendo y equivocándose, si te enseñara algunos de mis primeros textos te reirías un buen rato. Nadie nace sabiendo.

Yo no empecé a enterarme hasta que sobrepasé el medio millón de palabras.

Si es que esto de escribir no es sino una carrera de fondo.