No es el tema baladí.
Con la ingeniería genética consumada y una sociedad hedonista y deshumanizada cuyo único objetivo es satisfacer sus hambrientos deseos, pronto proliferarían verdaderos enjendros de todo tipo con desorbitados miembros, ojetes grotescos, protuberancias y aberraciones de lo más dispares y antinaturales.
He dicho.

Vean como un ideal de belleza enfermizo, desencadena monstruosidades difícilmente explicables;



Quédense con el perturbador comentario;
"No lo hago por exhibicionismo, lo hago porque tengo ganas de ofrecérselo a mi papá que ya no está aquí".