Con las campañas actuales en pro de nuestro planeta, muchos de nosotros nos preocupamos por adquirir productos de creados de manera “ecológica” por compañías cuyas fabricas sean responsables con el medio ambiente. Lamentablemente el producto que consumimos generalmente es solo una fracción de una serie de otros procesos donde diferentes proveedores con diferentes políticas ambientales actúan de manera casi independiente.
Esta preocupación llego cuando mi hermana (estudiante de Chef) adquirió un kilogramo de kiwi orgánico. La etiqueta adherida a la cascara del fruto presumía que los kiwis habían sido cultivados de manera natural sin recurrir a pesticidas o fertilizantes orgánicos. Todo en una responsable granja en Auckland.
Después de googlear Auckland llegué a la conclusión de que el kilogramo de kiwi que mi hermana compró venía desde el otro lado del pacifico. Por lo tanto decidí investigar más.
He aquí el resultado de la investigación:
La fruta cosechada es se envuelta en papel para retrasar el proceso de maduración, una vez envueltos en papel los kiwis son agrupados en cartones (similares al del huevo) que permiten trasladar veinticuatro piezas sin el riesgo de que estas se golpeen.
Como los paquetes van a ser trasladados en barco estos son colocadas en cajas térmicas con recubrimiento interior de aluminio, estas cajas se depositan en contenedores marítimos.
Ya en México es necesario revisar cual fruta maduró en el camino y cual se pudrió. Una vez seleccionada la fruta se le coloca su etiqueta de orgánica y se envía a las tiendas.
Muchas tiendas exhiben las frutas en los cartones que se utilizan para evitar los golpes, pero las cadenas de supermercados las ofrecen en bolsas plásticas que a su vez serán envueltas en otras bolsas plásticas. (Un empleado me comenta que en algunas tiendas los cartones son reemplazados por unos similares pero de otro color por cuestiones de imagen corporativa)
Gracias a un cálculo se llega a la conclusión de que trasladar kiwi orgánico a mi país es ecológicamente más dañino que cultivarlo cerca de mi casa utilizando algún fertilizante químico.
Carga ecológica en todos los productos.
La historia del kiwi pudiera ser un caso específico con su respectiva moraleja de: Compra productos locales pero en la actualidad son pocos los productos que no llevan su carga ecológica de almacenamiento (CEA ).
Un buen ejemplo son los productos de limpieza que podemos comprar en nuestras tiendas locales, sin importar lo responsable de la producción de tu limpiador de pisos sigue teniendo una CEA. Las botellas de limpiador se almacenan en cajas que a su vez son colocadas en tarimas para su transporte. Al momento este uno de los métodos más eficientes del mercado (esto debido al afán de reducir costos) pero no queda exento de sus cargas ecológicas ya que las cajas y las tarimas son desechables.
Cuando traslado el ejemplo a otro producto como mis rastrillos desechables o las navajas de rasurar el problema se agrava ya que aunque el método de trasporte es muy similar cajas y tarimas (en algunos casos reutilizables) el empaque del paquete de 4 rastrillos desechables pesa más y ocupa más volumen que los rastrillos en sí.
Plan de diseño
Al momento de diseñar un producto el empaque de venta (con el que se exhibe en las tiendas) puede representar hasta el 10% del costo total del equipo , con la intención de que el producto pueda competir en los aparadores el empaque tiende a ser progresivamente más grande y llamativo.
El problema con la estrategia es que los empaques serán desechados un 80% de las compras por lo que tenemos un generador de basura que se acumula a las cajas, tarimas, empaques de materia prima, contenedores y otros desechos acumulados durante el transporte y almacenamiento de los productos.
Actualmente ningún gobierno cuenta con una regulación vigente para la reducción del contaminante generado por almacenar, empaquetar o trasladar un producto. Esto se debe a que en promedio la fábrica produce un 80% de los contaminantes y residuos totales, pero si consideramos que los empaques (ya sean de almacenamiento o de exhibición) también deben ser fabricados obtenemos un círculo vicioso basado en el simple hecho de dar un empaque adecuado a los productos.
Afortunadamente existen maneras en las que podemos reducir la cantidad de residuos generados por efecto de nuestro consumo.
• Adquirir productos locales. Reducir los traslados de un producto hace que los residuos generados por almacenar o trasladar un producto sean menores
• Comprar los empaques minimalistas. Una tendencia a adquirir los artículos con menor empaque puede ser detectada por los fabricantes los cuales no dudaran en modificar sus diseños.
• Comprar paquetes de mayor tamaño. Siempre y cuando sea práctico (y accesible a nuestro bolsillo). Adquirir 5kg de jabón produce menos residuos que adquirir cinco bolsas de un kilo.