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  1. #11
    Quark Avatar de colbi2
    Fecha de Ingreso
    11-August-2014
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    Ansioso Respuesta: Duelo de instintos

    Gracias, me alegro de que te haya gustado

    Ahora lo que no me queda claro es si seguir subiendo capitulos a este post, o ya que la gente que quiera leerlo se meta al blog.

    Un saludo a todos, y gracias por ir leyendo y comentando

    Por cierto oriafontan, ya me vas comentando si vas leyendo los siguientes capitulos, quiero criticaaas
    Última edición por colbi2; 14-Aug-2014 a las 03:52

  2. #12
    Quark Avatar de colbi2
    Fecha de Ingreso
    11-August-2014
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    Capitulo 1

    Capitulo 1

    Al fin estaba amaneciendo, y con la luz del día Junior comenzaba a recobrar la esperanza. Su verdadero nombre era Marcus, pero todos le llamaban Junior por ser el más pequeño del grupo. El más pequeño a pesar de tener ya 16 años. La vida era difícil en aquel lugar, y esa extraña enfermedad no permitía a los niños vivir demasiado.
    —Pensé que no volvería a ver amanecer nunca más— dijo Marie, una chica joven y delgada de cabello rubio.
    Junior pensó que le había quitado las palabras de la boca. La noche se había hecho muy larga, y los ruidos de animales salvajes parecían oírse a escasos metros. Habían caminado durante horas entre la oscuridad, recorriendo un escabroso sendero a través de las montañas, hasta que encontraron aquella pequeña y casi derruida casa abandonada en lo alto de una colina; allí se refugiaban ahora.
    Habían sobrevivido, pero ahora ninguno de los dos sabía qué hacer.
    Los dos se miraron, y después miraron a Costa; el cual aún seguía dormido. Los tres consiguieron escapar cuando la puerta del refugio cayó, y ahora Costa era el líder del pequeño grupo. Tan despreocupado y arrogante como siempre, a ninguno de los dos le caía bien, pero ahora mismo era su mejor baza para sobrevivir.
    —¿Cómo puede dormir en esta situación? — preguntó Junior casi indignado.
    —Pues no lo sé, pero a veces me gustaría ser como él—
    —Tú no eres como él— le respondió de inmediato.
    Marie no sabía si se lo decía para bien o para mal, pero ya le daba igual, estaba demasiado cansada, simplemente suspiró e intentó imitar a Costa y dormirse; lo cual sabía que por supuesto no conseguiría.

    —¿Has oído eso? — preguntó Marie en voz baja.
    Algo parecía acercarse, se oía un ruido de pisadas y un intenso olfateo. Cada vez se escuchaba más cerca, tanto que parecía estar ya dentro de la casa. Los dos se miraban aterrorizados, sin saber qué hacer, simplemente esperando que aquel ser dejara de aproximarse.
    Un sonoro ronquido rompió la tensión del momento. Junior se acercó raudo hasta Costa y le tapó la boca posándose encima de él.
    El ruido del animal había cesado, ni pisadas ni olfateo. Ahora ambos se miraban de nuevo con inquietud, esperando. Inmediatamente después Junior salió volando.
    —¡¿Pero qué cojones haces, enano?!— le dijo Costa tras empujarlo con fuerza e incorporarse.
    Junior cayó encima de Marie, la cual soltó un pequeño gritito y tapándose la boca para intentar no emitir ningún sonido.
    Acto seguido un impacto retumbó en la parte de fuera. Costa se levantó de golpe, echándoles una fugaz mirada de desprecio mientras agarraba su cuchillo y salía para comprobar el ruido.
    —Idiota— expresó divertido junto a una risa maliciosa y exagerada.
    El pequeño animal daba vueltas sobre sí mismo atontado, tenía la cabeza llena de sangre y en la pared había una pequeña brecha; todo indicaba que el golpe había sido brutal.
    Marie lo vio y sintió una pena enorme. Era un animal muy mono, parecido a un conejo pero con piernas más grandes, una cabeza enorme y muy peludo. Rápidamente se acercó para ver cómo se encontraba e intentar ayudarle.
    Cuando ya estaba a apenas un metro de él, un enorme cuchillo militar atravesó la cabeza del animal.
    —¡Ya tenemos desayuno!— vociferó Costa más que orgulloso —No me mires así, nena, le he hecho un favor—
    El rostro de Marie estaba desencajado, unas gotas de sangre le habían saltado a la cara; aunque no parecía percatarse de ello, solo seguía observando atónita la escena.
    —Cuando su jugosa carne esté dentro de ti ya verás como me lo agradeces, cariño— manifestó Costa mientras despellejaba de forma salvaje al animal —Y si quieres, después podría ser mi jugosa carne la que se introduzca en tu cuerpo— tras esto soltó una sonora carcajada.
    Pero Marie seguía igual, absorta; apenas escuchaba lo que le decía.

    Junior seguía en el suelo, sentado contra la pared examinando su propia rodilla. Un pequeño reguero de sangre descendía por su espinilla.
    —Enano, ve a buscar algo de leña— le ordenó Costa en tono autoritario.
    Junior le echó una corta mirada de odio y volvió a centrarse en su herida. De inmediato Costa lo agarró de la camiseta y lo alzó de golpe.
    —¡Que te levantes he dicho! —ahora estaban cara a cara. Junior intentaba mantener la mirada fija intentando ocultar el miedo, pero sentía que no podía más, quería llorar.
    —Venga enano, tráeme esa hermosa leña que tanto deseo— expresó Costa con ironía mientras lo empujaba con fuerza hacia delante.
    Junior salió lleno de furia de la casa. Había visto a Marie junto a una pequeña criatura cubierta de sangre; parecía triste y abstraída. No le dijo nada. Por la mente le pasaban imágenes de la cara de Costa chocando con fuerza contra su puño. Quería gritar, pero no podía, prefería no hacer ruido.

    Las malas caras y el mal humor empezaron a desaparecer cuando el olor a carne a la brasa inundó el ambiente; Marie ya veía con otros ojos a ese pobre animalito despellejado; y la rabia de Junior desaparecía al imaginar la jugosa carne entre sus dientes.
    —Os dije que me despertaseis si algo se acercaba. ¡Estúpidos niñatos!— los jóvenes se miraron el uno al otro sin saber qué decir. Mientras tanto Costa desgarraba un trozo de su presa con ferocidad —¡Joder!, soy un cocinero cojonudo. Esta bueno, ¿eh?— expresó con superioridad mientras lo degustaba.
    —Gracias— las palabras salieron en voz baja y con esfuerzo, pero realmente estaba agradecida, entendía que sin él probablemente ya habrían muerto.
    —Así me gusta, cariño. Veo que la idea de mi carne dentro de ti ya empieza a atraerte— de nuevo otra carcajada.
    Junior pensó en decir algo para defenderla, pero finalmente solo se quedó en eso, un pensamiento.

    Salieron de allí una vez terminado el banquete. A pesar de todo los dos se sentían bien al tenerle como líder, mejor aguantar a un inmenso capullo que morir despedazado por una bestia salvaje. Le seguían ciegamente, sin siquiera saber a dónde iba, simplemente seguían la estela de seguridad que les dejaba.
    La zona era rocosa y seca, apenas había arboles pero si maleza y pequeños arbustos. Empezaron a bajar de la colina en la que se encontraba la pequeña y destrozada casa en la cual habían pasado la noche. Desde allí habían podido divisar una antigua carretera a la que ahora se dirigían.
    Durante la bajada pudieron ver dos animales de tamaño medio, algo parecido a un ciervo pero de piel verdosa con escamas, semejante a la de un reptil. Junior se asustó al verlos.
    —Cuidado, allí abajo— dijo mientras se agachaba.
    Costa se dio la vuelta y lo miró con una sonrisa.
    —Junior, ¿qué haría yo sin ti?— expresó irónicamente.
    —Pero que dices. Calla y agáchate idiota— continuó Junior.
    Tras oír el comentario Costa soltó una sonora carcajada de mofa.
    —Mi pequeño payaso que nunca deja de sorprenderme. Eres como un espectáculo viviente— disfrutaba viendo sus reacciones, le recordaba la inmensa diferencia que había entre los dos.
    —Levanta, Junior, no son peligrosos— dijo Marie en un tono cansado.
    Eso le hizo sentir mal, le dio la sensación de que los dos estaban contra él, como si solo fuera una carga. Miró a Marie confuso y preocupado. Ella le devolvió la mirada con una sonrisa, pero duró poco, pues enseguida volvió a su estado ensimismado; tal y como había estado toda la mañana.

    Continuaron bajando por la colina. Junior vio algo en el horizonte, una extraña figura oscura en lo alto de una colina que parecía estar observándoles.
    Se quedó paralizado, la silueta parecía humana pero mucho más alta y delgada; algo siniestra a su parecer. Pensó en decírselo a los demás, pero no se atrevió por si notaban su miedo; ya había hecho bastante el ridículo por hoy.
    —Allí, hay alguien— señaló Marie.
    Costa paró la marcha para observarlo con detenimiento. Aquella silueta no se movía un solo centímetro, como si fuera una estatua.
    —¿Es… humano? — preguntó desconcertada.
    —Sigamos— ordenó Costa sin hacer caso a la pregunta.
    Marie lo observó durante un instante más y continuó caminando. Sin embargo Junior no podía despegar la mirada de la silueta. A pesar de que le aterrorizaba no podía dejar de observar, le transmitía una sensación muy extraña; extraña pero a la vez adictiva. Tras un momento ambos se dieron la vuelta para ver qué pasaba, y mientras miraban a Junior la silueta desapareció; no poco a poco, sino de golpe, como si de repente se hubiera evaporado. Solo él lo había visto.
    —¿Piensas quedarte ahí todo el día mirando? Por mi perfecto, así no tendré que cargar con tu cobarde culo durante todo el camino— las palabras cortaron la paranoia de Junior; la marcha se volvía a reanudar.

    Llevarían andando cerca de una hora. Duramente el camino habían divisado algún que otro animalillo merodeando por la zona; ninguno peligroso. El último de ellos era uno exactamente igual al que se habían comido esa misma mañana.
    Marie comenzó a pensar en él, a recordarlo. No sabía si sentirse mal, después de todo ya había comido muchos animales inocentes, solo que ahora había visto la matanza en primera persona. Le pareció curioso que se hubiera golpeado tan fuerte contra la pared, incluso gracioso, pero inhibió cualquier tipo de risa, pues eso sería una crueldad, pensaba.
    Aun así, cuantas más lo pensaba más extraño le parecía, ¡que animal más idiota! Sin embargo no era algo tan insólito para ella. La evolución de los animales parecía haber enloquecido, nuevas y extravagantes especies aparecían cada día, algunas destinadas directamente a la extinción.

    —Seguiremos esta carretera, si la seguimos es posible que encontremos un pueblo o quizá algún refugio en condiciones— dijo Costa.
    —Menuda estupidez— replicó Junior que parecía haber recobrado el valor.
    —Si tienes una idea mejor solo tienes que decirla, enano—
    —Yo solo digo que hace semanas que no encontramos otro grupo de supervivientes. Y aunque fuera así, dudo que nos recibieran con los brazos abiertos; o peor aún, que fuera un grupo de esos jodidos asesinos—
    —¿Otro grupo? Y que te hace pensar que quiero encontrar otro grupo, idiota. Además, ¿acaso crees que apareceremos delante de ellos con una banderita y con el culo al aire?— Costa soltó un bufido de exasperación.
    —Lo que yo es creo que deberíamos buscar al resto del grupo, y cuanto más nos alejemos más difícil será encontrarlos— Junior miró a Marie esperando un poco de apoyo, pero ni siquiera le estaba mirando. Esa actitud no era propia de ella, no parecía la misma de siempre.
    Acto seguido Costa se aproximó hasta tenerlo a escasos centímetro y clavó su mirada en él.
    —¿Quieres volver allí, enano? Puede que no vieras lo que le hacían a Meison, pero yo sí. No tienes ni idea de lo peligrosos que son esas jodidas bestias, jamás vi nada moverse tan rápido, ni siquiera yo... — prefirió no terminar la frase, le costaba aceptar que ni siquiera él era rival para aquellas criaturas. Imposible, ni siquiera Meison, el líder del grupo, único hombre al que respetaba había podido con ellos —Así que deja de decir tonterías si no quieres que sea yo mismo el que acabe con tu vida— Costa se había cabreado, su impotencia se había convertido en rabia. Tras la amenaza le dobló la cara de un tortazo.
    De inmediato Junior posó la mano sobre su mejilla. Ahora lo miraba fijamente y lleno de ira.
    —Vaya, pensé que ibas a hacer algo, que por primera vez te defenderías como un hombre. Que decepción— expresó con sarcasmo —Habría sido divertido— Costa se dio la vuelta y continuó caminando.
    Acto seguido Junior profirió un grito descontrolado, ese que tanto había reprimido.
    —¡¿Pero qué haces?!, calla— espetó Marie preocupada por el ruido, pero antes de darse cuenta ya estaba viendo a Junior saltar encima de Costa, golpeándole en la nuca torpe pero salvajemente.
    Costa se desequilibró y a punto estuvo de caer hacia delante. Se dio la vuelta rápidamente y recibió un nuevo golpe en la frente; Junior gritaba enloquecido. Contagiado por su rabia Costa lo agarró por el cuello y lo levantó en el aire. La expresión de ira de su rostro se acrecentaba junto a la fuerza de la tenaza. Marie le gritaba desesperada para que lo soltase. Por su parte Junior forcejeaba con desesperación mientras el color de su rostro se transformaba.
    En ese momento se escuchó un chirriante alarido, tanto que hacía doler los oídos. Era algo así como el aullido de un lobo, pero mucho más agudo y repugnante.

    Un enorme animal de dos patas se acercaba a toda velocidad.
    —¡Cuidado Costa, un puñetero!— espetó Marie mientras lo agarraba del brazo.
    Así llamaban a ese nuevo tipo de animal, era un nombre ridículo, pero así lo llamaron por primera vez y así se quedó. Sería algo más grande que un humano, parecido a un gorila pero más esbelto. Tenía unos brazos extremadamente largos con unos puños enormes; desproporcionados para su cuerpo.
    Costa lanzó a Junior al suelo y se volvió hacia el animal.
    —Hoy es mi día de suerte— dijo mientras ladeaba su cuello a ambos lados a modo de calentamiento; rutina que solía realizar cuando la situación se ponía interesante.
    Cuando apenas estaba ya a unos metros de él, Costa se abalanzó y le lanzó una brutal patada voladora al pecho. El animal cayó rodando hacia detrás. Este se levantó inmediatamente, pero para entonces Costa ya estaba encima de él, ladeando su cuerpo antes de soltar el puño. Acertó de pleno en su mejilla y la cara del animal se giró completamente; por desgracia su brazo también giró con la inercia, haciendo chocar su enorme puño contra las costillas de Costa.
    —¡¡Aaarghhh!! — soltó un grito de dolor pero sobre todo de rabia —Ahora sí que la has cagado, puto cabrón— la cara de Costa cambió completamente, furioso y concentrado a la vez, absolutamente preparado, matar o morir.
    El animal ya se había recuperado del duro golpe. Ahora se dirigía hacia su enemigo de forma feroz, tan lleno de furia como él. Lanzó un puñetazo directo, este con toda su potencia, terrorífico si consigue impactar a su objetivo. Segundos antes Costa había sacado su enorme cuchillo militar, y en el momento justo lo clavó en el puño que se dirigía hacia él. El choque fue tremendo, el cuchillo se clavó hasta el mango. Costa retrocedió unos centímetros debido a la fuerza del golpe; aun así consiguió mantener el equilibrio.
    El grito del animal fue desgarrador, parecía destrozar los tímpanos. Pero a él no le afectó, estaba demasiado concentrado, era su momento. Inmediatamente movió el cuchillo hacia arriba desgarrando carne y hueso, a punto de partir en dos el desmedido puño.
    El animal seguía chillando descontrolado, y Costa seguía inmerso en su furia asesina. Apenas un instante después de sacar el cuchillo lo lanzó contra su cara con una habilidad y potencia difíciles de creer.
    Volvió el silencio, el animal caía moribundo al suelo y Costa levantaba los brazos a modo de triunfo. De inmediato se puso las manos detrás de la cabeza y bostezó forzadamente.
    —Que bien sienta un café por la mañana, nada mejor para activarse— Costa pensó en lo que había dicho, ¿un café?, seguramente ni Junior ni Marie sabrían lo que era; demasiado jóvenes para haberlo conocido —Bueno, no es mi culpa que solo sean un par de idiotas— dijo para sí mismo.
    Junior ya lo había visto hacer cosas impresionantes antes, pero esta se llevaba la palma. Ahora mismo lo observaba con una extraña mezcla entre miedo, odio y admiración. Mientras tanto Costa se agachaba para sacar el cuchillo de la sangrante cara del cadáver. Durante el movimiento clavó la rodilla en el suelo. Se hecho la mano al costado; aquel golpe lo había dañado más de lo que habría imaginado.
    —Puede que sea un capullo pero… a su lado me siento protegida— expresó Marie mientras observaba la escena absorta.
    —Vaya, con que ahora es tu favorito— dijo Junior molesto y sin pensar.
    —¿Mi favorito? — preguntó extrañada.
    —Sí, tu favorito. Parece que ahora te has pasado a los de su grupo—
    Marie se extrañó todavía más con este comentario. Respiró hondo e intentó tranquilizarse.
    —Junior, estamos todos en el mismo grupo, y solo estando juntos podremos sobrevivir— Marie consiguió controlarse a pesar de que en ese momento le apetecía más bien mandarlo a la mierda. Entendía que todavía era solo un niño, pues a pesar de tener ya 16 años no parecía haber madurado demasiado.
    —Lo… lo siento mucho, Marie, es solo que no me siento bien, y ya no sé lo que digo— expresó tras un breve silencio en tono lloroso —, ni lo que pienso, ni lo que hago, ¡ni nada joder!— a Junior le saltó una lágrima del ojo derecho; se tapó la cara rápidamente.
    Marie se sintió conmovida por su reacción, por un momento olvidó su propio malestar y se centró en ese pobre chico que la necesitaba.
    —¿No irás a llorar, verdad nenaza? — Costa llegó justo cuando Marie se disponía a abrazarle. Había oído parte de los lamentos y ahora se disponía a aprovechar la situación.
    —Déjalo en paz capu... —
    —¡¡Calla!! — Costa la cortó rudamente en tono violento y autoritario. Ella se calló sin rechistar lo más mínimo, echó la vista hacia abajo y volvió a su estado de ensimismamiento.
    —No estoy llorando— respondió Junior mirándole a los ojos tras quitarse las lágrimas con la mano. Sin embargo las gotas seguían brotando, y se podía apreciar un pequeño temblor en su mandíbula por intentar mantener una expresión digna.
    —Patético— Costa se echó a reír y desvió la mirada hacia Marie. Acto seguido se acercó a ella hasta estar casi pegados.
    —Mírame, cariño. Hoy es tu día de suerte— se levantó la camiseta, cogió la mano de Marie y la puso en su costado. Ella cerró los ojos y se preparó para lo que tanto había estado temiendo —No está rota, ¿verdad? — abrió los ojos y lo miró sorprendida, aliviada.
    —Mmm no, pero… es posible que tengas una fisura. Deberías guardar reposo—
    Marie ejercía el rol de médico en el grupo antes de que se separara. No era una médico titulada, ni siquiera era muy experta, pero era lo mejor que tenían. Había aprendido lo suficiente del anterior médico; el cual por desgracia murió hace apenas dos meses.
    —Sabes qué no puedo descansar, ahora tengo que cuidar de vosotros— dijo Costa en tono más amable de lo normal.
    Ella continuó examinándolo un poco más para asegurarse bien de su diagnostico.
    —Te gusta tocarme, ¿eh?— dijo con voz suave. Ella respondió con un no rotundo —No hace falta que disimules, pequeña, desde aquí puedo oler la excitación de tu cuerpo— Marie le quitó la mano del costado y le bajó la camiseta con brusquedad, haciéndole un poco de daño. Costa le puso la mano en la barbilla suavemente y levantó su cara hasta que sus miradas se encontraron —Puedes estar tranquila, no voy a hacer nada que tú no quieras— fue un fugaz momento de complicidad entre ambos, en el cual ella se sintió atraída instintivamente.
    —Venga, tenemos que irnos— Costa apartó la mirada de golpe dejándola allí plantada.
    Inmediatamente Marie se reprochó por lo que había sentido, recordándose el tipo de persona que era él, y lo poco que le convenía.

    Se pusieron en marcha. Junior se resistió un poco a seguirles e hizo el amago de quedarse, pero solo lo hizo para sentirse un poco mejor, pues sabía que no iba a quedarse allí a solas.
    Tras apenas unos metros Costa paró en seco, dio la vuelta y se dirigió hacia el cadáver del puñetero. Agarró su cuchillo militar y empezó a descuartizarlo. La escena era horrible, tras cortar los músculos y hueso de la pierna izquierda pegó un fuerte tirón arrancándola de cuajo. La sangre brotaba con fuerza, aumentando el tamaño del charco que ya se había formado.
    Junior y Marie miraban atónitos la escena.
    Costa exprimió la pierna como si fuera un enorme limón para intentar sacar la máxima sangre posible. Una vez terminado la levantó y se la puso encima del hombro. Sin decir nada y sin siquiera mirarlos se volvió a poner en marcha; no sin antes golpear a Junior en la espalda con la robusta pierna.
    —Hasta un muerto te patea, chaval—

    No llevarían más de cinco minutos andando cuando Costa cayó en la cuenta de la estupidez que estaba cometiendo, ¿por qué tenía que cargar él mismo con la pierna cuando podía llevarla el enano? Se dio la vuelta, miró a Junior y justo cuando iba a decírselo Marie comenzó a hablar.
    —Hay algo que no entiendo. Según tenía entendido los puñeteros no suelen atacar a menos que los provoques directamente, entonces… ¿por qué esa reacción tan violenta? — preguntó Marie, que parecía sentirse algo más cómoda con él tras el momento de extraña complicidad.
    —Te equivocas de nuevo, mi caliente hembra. Se sienten ciegamente atraídos por la violencia, por la rabia de los demás— Costa se volvió hacia ellos y prosiguió con la explicación —Esto era solo una hipótesis, pero creo que ha quedado bastante probado con lo que hemos visto. De alguna manera, su propia rabia se ve influida por la rabia de los demás seres, la aumenta, la desata. ¿Que por qué? No tengo ni idea. Imagino que lo interpretan como una posible amenaza— Marie estaba impresionada. No es que conociera mucho a Costa, pero algo como eso, algo tan inteligente jamás lo habría esperado de él —Es increíble que no os dierais cuenta por vosotros mismos. A veces pienso que no durarías ni cinco minutos sin mí— se quedó pensando un momento —No, espera, eso lo pienso siempre. Ay pero que monos son mis chiquitines— expresó en tono burlón mientras manoseaba el pelo de Junior con su mano llena de sangre.
    —Realmente es un completo capullo— dijo Marie para sí, remarcando las palabras completo y capullo.
    Justo después Costa se posicionó delante de Junior. Allí plantado con su porte y su expresión amenazadora, con la pierna cortada en su hombro y la ropa manchada de sangre, pudo sentir un escalofrió. Costa siempre le había parecido intimidante, pero hasta ahora lo había visto como una fiera domada tras una celda. Ahora la fiera estaba delante de él, libre, sin barrotes para detenerlo, dominada por su instinto animal, imprevisible y sumamente peligrosa.
    Costa esbozó una sonrisa y lanzó la pierna sobre él.
    Junior sintió como algo lo golpeaba en el pecho; consiguió mantener el equilibrio por los pelos. Sin embargo la pierna cayó al suelo golpeando la punta de su pie izquierdo. Soltó un grito exagerado de dolor.
    —¡¿Pero qué haces hijo de…?!—
    —¡¡Llévala!!— Costa lo cortó bruscamente, su mirada amenazadora y su tono dominante paralizaron a Junior por completo. A continuación se dio la vuelta y siguió caminando con tranquilidad.

    Última edición por colbi2; 20-Oct-2014 a las 16:16

  3. #13
    Quark Avatar de colbi2
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    Respuesta: Duelo de instintos

    Muy buenas, dejo aquí el tema principal de la BSO de la novela, a ver que os parece


  4. #14
    Cometa Avatar de herreiere
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    295

    Respuesta: Duelo de instintos

    Carajo, tu propuesta es buena, muy buena.
    Ya visite la pagina en wordpress e incluso te deje un comentario por allí, de hecho estoy considerando dejar de escribir relatos a causa de la evidente falta de calidad de mi trabajo.
    Sigue así y trata de hacer que eso que hacer llegue a las librerias
    Twiter: @herreiere
    Mi blog:cerdovenusiano.wordpress.com
    Toda critica es constructiva, excepto la destructiva

  5. #15
    Quark Avatar de colbi2
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    11-August-2014
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    Respuesta: Duelo de instintos

    Gracias tío

    Iré dejando nuevos temas aquí y en el blog, en los cuales intento transmitir las distintas emociones que aparecen en al historia. Tengo ya un par a punto de terminar que representan la tristeza y la soledad, y otra, cuya grabación se me esta atragantando, ya más cañera para los momentos de acción y hostias

    Y no dejes de escribir, tal vez sea poco comercial, pero eso no significa que no sea bueno. Ya te iré comentando conforme vaya leyendo.


  6. #16
    Quark Avatar de colbi2
    Fecha de Ingreso
    11-August-2014
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    Respuesta: Duelo de instintos

    Hola de nuevo a todos. Es un placer para mí comunicaros que acabo de publicar mi novela en Amazon. Bueno, ya me contáis que os parece.
    Encantado de volver por aquí
    Duelo de Instintos en Amazon

  7. #17
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    Respuesta: Duelo de instintos

    Hey! Mucha suerte con la difusión!
    Si quieres puedo publicar una ficha informativa de tu novela en la sección de libros de nuestro portal.
    Mira esta ficha a modo de ejemplo, para que veas la información que necesito (tu foto es opcional);
    http://www.portalcienciayficcion.com...s-pascual.html
    Puedes enviármelo a portalcienciayficcion@gmail.com

  8. #18
    Quark Avatar de colbi2
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    11-August-2014
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    Respuesta: Duelo de instintos

    Muchas gracias. En breves lo mando.


  9. #19
    Quark Avatar de colbi2
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    11-August-2014
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    Respuesta: Duelo de instintos

    Muy buenas a todos. Os aviso que solo durante el dia de mañana (lunes de 6 abril) la novela estará gratis en Amazon, según tengo entendido a partir de las 9 o las 10 de la mañana.
    http://www.amazon.es/Duelo-Instintos...…/…/B00UNMY5ME

  10. #20
    Admninistrador Avatar de Admin
    Fecha de Ingreso
    07-September-2009
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    Ciberespacio
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    7.409

    Respuesta: Duelo de instintos

    Al final no me pasaste los datos de tu novela para anunciarla en el portal, no?
    Por cierto, el enlace para descargarla es http://www.amazon.es/Duelo-Instintos...o+de+instintos

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