Los maestros del espacio:

[cazaazor]

Un día yo estaba de excursión en un pueblecito escondido, en el más espeso y oscuro bosque que uno pueda encontrar, en los montes universales de la provincia de Guadalajara, en España.

En la taberna del pueblo se respiraba un ambiente espeso, enrarecido por el humo y el bullicio, pero después de un rato, pude oír de boca de un anciano la historia de un jabalí gigante, un monstruo del bosque, un ser temible que destripaba terneras y caballos, y que arrasaba las cosechas, era como una criatura salida del mismo infierno, y muchos fueron los cazadores que intentaron acabar con él.

Yo me quedé sorprendido de que tan cerca de la civilización hubiera algo semejante, luego regresé con el grupo de la excursión y en el castillo, pude observar algunos tapices de antiguas cacerías de jabalís gigantescos.

No sé, algo en mí me empujó a dirigirme hacía el ayuntamiento, para informarme sobre las licencias de caza, y allí pude pagar unos días de caza.

Pasaron unos meses, yo estaba en mi casa preparando todos los pertrechos de caza, mi cuchillo de monte, y mi fiel rifle. Tras unas cuantas horas de viaje llegué nuevamente al pueblecito, y me presenté en el ayuntamiento avisando de que iba a cazar al monstruo.

Después con mi todo terreno, llegué al oscuro y tenebroso bosque, los lugareños me hablaron que solía frecuentar las orillas de un riachuelo, de aguas cristalinas, luego elegí bien el lugar cara al viento, escondido entre unos matorrales.

La noche cayó sobre mí, y las temperaturas cayeron en picado, y una neblina escalofriante se precipitaba desde las laderas del monte que tenía enfrente.

El sonido de los animales salvajes rompía el silencia de la noche, un búho, los ratoncillos, un zorro escarbando entre la maleza.

Yo estaba inquieto, el frío y la emoción hacían mella en mí, cuando de repente oigo un leve siseo, casi inaudible, y por el rabillo del ojo veo una inmensa figura negra acercarse por detrás.

A escaso medio metro el monstruo pasó casi rozándome, el maldito casi me descubre, la bestia se quedó quieta como sospechando, caminó unos metros delante de mí, y ahora entre la vegetación pude ver que era una autentica mole, ¡Dios mío!, debía pesar unos 500kg, yo tenía el seguro puesto, y apenas me atrevía a respirar, cuando la bestia empieza a rascarse contra un árbol, y el árbol se movía como si un buldózer le estuviera envistiendo.

En esos instantes tuve mucho miedo, no sabía si mi rifle era lo bastante potente, y yo estaba solo ahí en medio del bosque, sin poder pedir ayuda.

Después de mucho tiempo pude quitar el seguro sin hacer ruido, pero la vegetación me tapaba la visión y apenas podía intuir su figura en la oscuridad de la noche.

Más tarde el formidable animal, se acercó al arrollo a beber agua fresca, y justo ahí le iluminaba la Luna, era dantesca la estampa, era alucinante ver a ese monstruo de los cuentos, delante de mí.

Apreté el gatillo del rifle con mucho cuidado, sin ninguna prisa.

Y disparé, al instante el monstruo cayó, y después me levanté y fui hacía el inmenso jabalí, las piernas me temblaban entre el frío, las horas de estar inmóvil y el miedo aterrador que tenía.

Cuando el monstruo se levanta y se gira, en ese momento yo me quedé como congelado, los dos estábamos cara a cara, ya no tenía escapatoria.

Y en ese momento el inmenso jabalí se arranca, yo disparaba una y otra vez pero este ser esquivaba las balas, el jabalí seguía su camino cuando yo me quedo sin munición, entonces recargo el rifle, y en el último segundo le disparo en la frente.

Ahí estaba esta bestia descomunal, a escaso medio metro.

Muchos años después, me di cuenta de lo cerca que estuve de perder la vida esa noche.

Ahora en la taberna de un pueblecito de la provincia de Guadalajara, en España, hay una gigantesca cabeza de jabalí colgada de la pared…….