Realmente, es más una cuestión de costumbres que otra cosa.
Yo de pequeño comía cerebros a la plancha, y todavía me siguen gustando (mientras que a la mayoría les repugna).
Lo mismo con los caracoles, que aquí en España se comen mucho (pero para muchos son nauseabundos).

En fin, que la cuestión es poder comer, e irse adaptando en función de la sostenibilidad.
En lo particular, reconozco que a mi los insectos me dan mucho repelús, todo sea dicho.
Bienvenido de nuevo al foro, hiperion!