Dentro de nuestro propio sistema solar, el mejor candidato para albergar vida no es Marte, como la gente se piensa, sino Europa, que es un satélite de Júpiter. Su superficie está congelada, aunque se cree que bajo ella hay un océano de agua líquida, indispensable para la existencia de vida (al menos, tal y como la conocemos). Así que el asunto de las exolunas tampoco es tan extraño.