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Ayer andaba charlando con mi muy apreciado Mr. Bukovy sobre la imposibilidad de viajar a lugares en los que nos gustaría se desarrollaran nuestras historias. Naturalmente imaginar y contar no son la misma cosa, es algo que le quita textura a la narración.

Por aquí (foro literatura) se habla mucho de la importancia de documentarse, de puntuar bien, de ser constantes en el trabajo (teclear malditos, teclear) y los demás puntos narrativos y estructurales que hay que tener siempre en cuenta.

Pero me he puesto a hacer recapitulación de las últimas novelas que he leido, o que al menos he intentado leer, buscándo los factores que hacen que no funcionen y terminen aburriendome.

La conclusión es tan simple que da coraje:

Cada cual tiene un nivel de conocimiento sobre ciertos temas. Si alguien aficionado a la astronomía lee el manuscrito sobre el tema de un autor que sabe poco menos que lo que se dá en el colegio, posiblemente termine decepcionanado al astónomo aficionado. Esto es de "cajón"

Pero la pregunta de este hilo:
¿Biblioteca o calle?
¿Cuantas veces os habeis encontrado con un texto en el que los personajes son una clara muestra de la falta de vida social del autor?
¿Cuidais vuestro nivel de "mala vida" tánto como el académico?
¿O creeis que no es necesario?

Personalmente creo que demasiadas veces se lee sobre sexo y pasión de alguien que es "virgen" ya me entendeis. O simplemente se pasa por alto que también hay que documentarse sobre el tema pricipal de la literatura "el ser humano" (y eso no se aprende en una biblioteca)

Imaginar historias está muy pero que muy bien, pero imaginar sensaciones y acciones humanas.... no es distinto a alguien que escribe un libro sobre caballos sin haber visto nunca uno de cerca.