Los 45 últimos minutos son un ejercicio de pura testosterona samurai. Las comparaciones con "Los 7 Samurais" son inevitables, y justas, pero este filme tiene vida propia. Al igual que en clásico de Kurosawa, la justicia y el bien quieren prevalecen en él, y son el principio y fin del mismo, no de una forma tan filosófica y emocional, pero sí de una manera más física y épica.