De acuerdo con lo dicho. Todo se reduce a lo que un autor va escribiendo y a los que se acostumbra. Ya jamás pensé que pudiese escribir relatos, y ahora mismo los saco como churros, como quien dice, con una calidad que, en mis últimas obras (pendientes de fallo), a mí me satisface sobremanera.

De todos modos: cualquier obra, desde una línea hasta mil páginas, es difícil y hay que valorarla en su justa medida.